La reforma tributaria en los combustibles provocará un ligero encarecimiento de los mismos, según un estudio realizado por Cecha, la mayor cámara de estaciones del sector. La nafta «súper» podría subir $ 1,045 con respecto a los valores actuales, teniendo en cuenta los importes de YPF, la petrolera que aún no aumentó los precios. El gasoil también subirá otros 55 centavos.
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La modificación en los impuestos internos a los combustibles se aplicará desde el 1° de marzo. Siempre tomando como referencia los valores actuales, la premium se encarecerá 26 centavos y el gasoil «premium» será unos 5 centavos más barato.
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Los combustibles «regulares» experimentarán un incremento impositivo superior al de los «premium». Sin embargo, estos cambios pueden resultar beneficiosos en el largo plazo, según Cecha.
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El ministerio de Energía e YPF querían una modificación más fuerte en el impuesto a la transferencia a los combustibles (ITC). Lo sancionado por el Congreso trae algunas modificaciones, pero que resultarán insuficientes para contener los valores de venta al público si el precio del petróleo crudo continúa en alza, según estimaciones de las petroleras. De todas formas, la principal cámara del sector -Cecha-, considera la decisión como «acertada».
Las naftas pagan un 62% de impuesto de transferencia a los combustibles (ITC), sobre el valor de venta. Eso representa un tributo de $ 6,301 en la «premium» y $ 5,58 en la «súper». A eso hay que agregarle el impuesto de la tasa hídrica. En la «premium» es $ 0,577 y en la «súper», $ 0,512. En total, la carga impositiva suma $ 6,878 por litro en la «premium» y $ 6,09 en la «súper».
Con la reforma tributaria, eso cambia. El ITC será fijo: $ 6,726 tanto para la nafta «premium» como para la súper. Ambas también pagarán un impuesto de $ 0,412 por dióxido de carbono. Las dos quedarán tributando $ 7,138 por litro. Eso es $ 1,04 más caro que el impuesto actual en la súper y $ 0,26 superior en «premium» con respecto a los actuales valores de YPF, que están en camino de ser aumentados, aunque aún sin fecha.
Aunque el consumo de nafta premium viene subiendo, todavía se vende el doble de súper que de combustible con mayor octanaje. Algo similar sucede con el despacho de gasoil.
«Si bien implica el incremento en un primer momento, la modificación del esquema impositivo para los combustibles es una decisión acertada porque busca amortiguar el impacto que puede tener en el precio del surtidor los aumentos del crudo o de otras variables que determinan la formación del precio», detalla Cecha en un estudio.
El actual ITC, sin tomar en cuenta otras cargas impositivas, representa casi un 30% del precio final que paga el consumidor. «Al ser un valor porcentual, con el sistema actual cada vez que ocurre un aumento de combustibles, el público además de pagar el incremento del producto que consume paga también el incremento impositivo que trae aparejado. En cambio con una tasa fija predeterminada, el tributo resultará invariable para el consumidor», observan en Cecha.
El 62% sobre el que aplica el ITC actual es sobre el 88% del valor de las naftas en las estaciones, ya que el 12% restante corresponde a biocombustibles.
En el caso del gasoil, el ITC que paga es inferior (19%). En el gasoil «común», ese impuesto es de $ 1,778 y en el «premium», de $ 2,043. Hay una tasa específica para este combustible: $ 2,288 para el regular y $ 2,629 para el «premium». Hoy, el gasoil regular paga $ $ 4,06 de impuestos y el de mayor valor, $ 4,67.
Tras la reforma impositiva, el impuesto será de $ 4,621 para ambos. Está compuesto por $ 4,148 del ITC y $ 0,473 por dióxido de carbono.
Para el consumidor, el gasoil regular costará 55 centavos más ($ 4,621 desde marzo contra $ 4,06 actual), mientras que el «premium» bajará de $ 4,67 actual a $ 4,62
Fuente: Clarín