Empleados del paseo cuestionan el traslado de la mona Cecilia y advierten irregularidades. Desde Ambiente lo desmienten.
El traslado a Brasil de Cecilia, la mona de 19 años que vivió siempre en cautiverio, esconde para los trabajadores del Zoológico de Mendoza «una intención manifiesta de la nueva gestión de vaciar el lugar y lograr así su cierre».
Entienden que todo lo que ha sucedido es una estrategia premeditada, que se refleja a través de una serie de hechos que van a denunciar ante la Fiscalía de Estado.
Desde la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial respondieron que el único propósito es que Cecilia viva mucho mejor los 20 años que le quedan de vida y que con el Ecoparque van a quedar muchos animales exóticos que no se van a poder trasladar por cuestiones de salud o de edad.
«Por eso los empleados no van a trabajar menos, al contrario, van a tener que trabajar más y espero que lo hagan cuando les toque», dijo a Diario UNO Humberto Mingorance, secretario del área.
Este contrapunto entre los empleados del Zoo –agrupados en ATE– y la Secretaría de Ambiente data de fines del año pasado, cuando en pocos días murieron 17 animales, que luego de acusaciones cruzadas, se confirmó que fueron envenenados.
Volver a empezar
El nuevo capítulo comenzó porque los trabajadores del Zoo repartieron panfletos en Vendimia, donde manifiestan su oposición al cierre y se preguntaban: «¿Qué hay detrás del traslado de nuestra mona Cecilia?».
La crítica de base apunta a que la nueva gestión tiene como objetivo acelerar los traslados y generar las condiciones necesarias para que el proyecto del Ecoparque se materialice lo antes posible.
«No mejoraron ni lo básico. No hay voluntad de hacer nada y eso nos hace pensar que están llevando adelante una destrucción paulatina y programada para el cierre del Zoo. La directora se piensa que dirige el Ecoparque y en realidad dirige el Zoológico. Decidieron el traslado y no le consultaron a los veterinarios», afirmó Daniel Baronio, ayudante veterinario del paseo desde hace 35 años.
Desde Ambiente rechazan la tesis de los empleados y aseguran que cada decisión se estudió delicadamente, como ocurre con el caso de la mona Cecilia, que cuando los trámites concluyan terminará en el Santuario Sorocaba, en Brasil, exclusivo para los monos.
Sobre el destino de Cecilia se abre una nueva discusión: los empleados dicen, basándose en la información que les suministraron unos veterinarios, que el Santuario Sorocaba es propiedad de un grupo farmacéutico, con lo cual no es descabellado inferir que los animales pueden ser utilizados para experimentos.
Este miércoles a la mañana los trabajadores convocaron a la prensa para mostrarles documentación en donde se lee que la Justicia de Brasil autorizó, hace cinco años, que se investigue a ese santuario por presunto tráfico de animales.
Pero Mingorance dice: «No vamos a considerar cualquier información. Es un tema que vamos a atender, pero si las razones están fundamentadas por las Naciones Unidas, por algún juicio en contra del santuario (no denuncias) o por motivos serios, no por la opinión de un veterinario. De hecho, la información que tenemos es favorable y está respaldada por la ONU».
Cada uno con su propia agenda
Los empleados pusieron de relieve que esta férrea oposición al cierre del manejo que está llevando adelante la administración de Mariana Caram en el Zoológico no obedece a una preocupación por los puestos de trabajo, que según prometieron las autoridades están garantizados, pase lo que pase.
Por lo que están luchando es por el cuidado de los animales. «¿A dónde van a ir a parar los más de 300 animales abandonados que el Zoo recibe por año?», se pregunta Baronio, quien aboga por un Zoo con sesgo científico y educativo, capaz de preservar especies en extinción, con la ingeniería genética necesaria.
Desde Ambiente, la agenda pasa por introducir una serie de modificaciones sobre el proyecto del Ecoparque la semana que viene, vinculadas a la situación heredada. Esperan que cuanto antes se apruebe en la Legislatura, en donde, por ahora, duerme la propuesta.
Fuente: Diario Uno