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Crónica de una corta anunciada: la peor crisis hídrica de los últimos 70 años

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El río Tunuyán enfrenta la mayor crisis hídrica de los últimos 70 años. Desde que se comenzó con las mediciones del caudal en el año 1.930 nunca los niveles del acuífero estuvieron tan bajos como en esta temporada. Las magras nevadas del invierno anterior no alcanzaron ni siquiera los mínimos históricos. Desde Irrigación se implementó una extensión en las cortas de aguas en canales y acequias para asegurar la provisión del embalse El Carrizal en los meses de regadío intensivo para los oasis del Tunuyán inferior. Los regantes del Valle de Uco se resisten a la medida no solamente por considerar que muchos cultivos se verán afectados por la falta de agua, sino por algunas situaciones que consideran irregulares y por la toma de una decisión drástica sin ningún tipo de consulta.

La crisis hídrica se vislumbraba desde el año pasado. Las mediciones del caudal del río no dejan lugar a especulaciones ni dudas: la aportación media (promedio) anual del Tunuyán según la estación de aforo Valle de Uco es de 928 millones de metros cúbicos. Su máximo histórico se registró en la temporada 72-73 con más de 1.970 millones, el mínimo en la temporada 76-77, no superando los 600 millones. En la temporada actual, las mediciones no llegan a los pronósticos más optimistas y el caudal apenas ronda los 500 millones de metros cúbicos. Ante esta situación de emergencia, Irrigación decidió que en el Valle de Uco las cortas de agua se hicieran por 60 días.

Según lo manifestado por algunos funcionarios del Departamento General de Irrigación los inspectores de cauce habían sido avisados de la extensión de la corta de agua para este año desde hace varios meses, sin embargo los regantes tomaron conocimiento de la decisión hace solo unas semanas. A partir de ese momento se desató una tensa situación en la que incluso, apareció una solicitada de las inspecciones del Tunuyán inferior (zona Este) apelando a los derechos de todos los regantes, a la solidaridad en virtud de la emergencia, y a la necesidad de que los regantes del Tunuyán superior no se opongan a las extensiones en las cortas para poder abastecer El Carrizal.

Los regantes del Tunuyán superior han manifestado en varias reuniones y asambleas su resistencia a la extensión en las cortas de agua. Uno de los motivos planteados es el perjuicio que acarreará a la producción de cultivos anuales (en especial el ajo), ya que aunque las cortas sean en varios períodos, la mayoría de los regantes necesita de dos o tres turnos para regar cada finca. También se plantea la situación de los que crían animales o incluso utilizan el agua de riego para uso doméstico. Desde el Departamento General de Irrigación, después de la explosión de los productores, se ha manifestado que el organismo irá analizando los casos puntuales y los distintos servicios para minimizar los perjuicios. También, y en forma acelerada se llevan adelante numerosas obras de limpieza y drenaje de cauces para el recupero de agua y mejoramiento de los suelos y, se proyecta en breve la construcción del canal Capacho, para regular tomas directas del río.

Es este último punto uno de los combustibles que acrecentó la disconformidad de los productores, ya que existen cuatro tomas directas desde el río Tunuyán que no estarían siendo controladas por el organismo y que por ende, no sufrirían las limitantes y exigencias de la emergencia. Estas situaciones, sumadas a permisos de riego denominados “precarios” que aparentemente se habrían otorgado en los últimos tiempos encendieron los ánimos de los regantes. A partir de los reclamos y algunas situaciones casi violentas, Irrigación comunicó no solamente que las cortas serán evaluadas sino que además se buscará regular las tomas directas del río, se limpiarán la mayoría de los cauces, se evaluará la necesidad de habilitar pozos comunitarios e incluso, se ofreció el recorte de los permisos precarios, aunque se explicó que con esta medida el porcentaje del caudal hídrico se modificaría mínimamente.

Lo concreto hasta el momento es que los oasis del río Tunuyán están atravesando la peor crisis hídrica por lo menos registrada. Más allá de entredichos o decisiones poco felices o apresuradas, lo lógico es que entre todos se busque la solución menos perjudicial. Lo importante es tener en claro que habrá que disponer de medidas, obras, proyectos o planes que no solo tiendan a solucionar las coyunturas, sino a elaborar estrategias para un aprovechamiento óptimo de un recurso, que según parece, cada vez será más escaso.


 

Un comentario

  1. muy buena la nota.. y la encuesta, yo soy productor y la falta de agua afecta y mucho.. las personas que no saben bien del tema votan cualquier opcion… HAY QUE BUSCAR UNA SOLUCION Y/O CONVENIO CON LOS PRODUCTORES.. no lo que el gobierno crea correcto..

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