En la primera reunión que el Papa ofreció a un jefe de Estado, tras ser ungido sucesor de Benedicto XVI el miércoles pasado.
Antes de comenzar el encuentro, Cristina le obsequió al sumo pontífice un equipo de mate, mientras que la presidenta argentina recibió una mayólica con la imagen de la Iglesia de San Pedro. «Nunca en mi vida un papa me había besado», bromeó la mandataria tras el saludo.
El vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, informó que la reunión consistía en un almuerzo “a solas” entre Bergoglio y Cristina. De todas formas, la presidente llegó a la residencia vaticana acompañada por el canciller Héctor Timerman; el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo; y el representante diplomático ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero.
“Se trata de un gesto de cortesía, de atención hacia la Argentina y su Presidenta”, había asegurado Lombardi, cuando se confirmó la audiencia. El portavoz remarcó que es “natural” que la Presidenta del país al que pertenece el nuevo Papa tenga un recibimiento “diferente” al resto de las delegaciones.
Mañana se realizará la misa de inauguración del pontificado de Francisco, a la que también asistirá la jefa de Estado, junto a otros 150 reyes, jefes de gobierno y delegaciones.
Fuente: Página 12