El gobernador Paco Pérez se manifestó “a favor de la vida”, mientras que el titular del justicialismo de Mendoza y precandidato K a diputado nacional fustigó a los que se opusieron a su aprobación, el martes, en el Senado provincial.
Era sólo cuestión de tiempo. Menos de 24 horas después de que el Senado provincial mandara a archivo el proyecto de adhesión de Mendoza a la guía técnica para abortos no punibles elaborada por el Ministerio de Salud de la Nación y avalada por la Corte Suprema, se produjo un violento cortocircuito entre el gobernador Paco Pérez –en contra- y el titular del justicialismo local, intendente de Guaymallén y flamante precandidato a diputado nacional, Alejandro El Pelado Abraham.
Primero fue Pérez quien manifestó, escuetamente, que él siempre ha estado “a favor de la vida”, en un claro mensaje de rechazo a la guía nacional que contempla el derecho a abortar para mujeres que fueron violadas y quedaron embarazadas. Asimismo, Pérez indicó que el Gobierno apoya un proyecto de ley de dirigentes peronistas conservadores que contempla un “abordaje integral de la mujer víctima de violencia sexual”.
El proyecto da garantías a las mujeres encuadradas en este tipo de casos de tener todo la contención necesaria por parte del Estado para que eviten tomar la decisión de interrupir el embarazo, tal como lo permite el Código Penal.
Al poco tiempo, Abraham salió con los tapones de punta contra los senadores –justicialistas y de otros partidos- que el martes mandaron al archivo el proyecto de adhesión. “Ojalá que a los senadores que votaron en contra del proyecto nunca le violen a una hija, o a la esposa o la hermana”, disparó el titular del PJ mendocino en una entrevista publicada por el portal Sitio Andino. “Y si lo hacen –agregó-, quiero ver si siguen manteniendo esas convicciones”.
Las diferencias puertas adentro del peronismo local eran ya evidentes cuando, desde e Gobierno, no se decidió adherir a la guía nacional tras el aval de la Corte Suprema. El ministro de Salud de Mendoza, Carlos Díaz Russo, nunca salió a criticar el protocolo, pero la inacción dejaba en claro la postura. Lo mismo el gobernador Pérez, quien como este miércoles, había manifestado que él estaba “a favor de la vida”.
El detalle es que un amplio sector del oficialismo local, más progresista y también más compenetrado con el ideal kirchneristas,
comenzó a movilizarse a favor del proyecto de ley de adhesión que presentó, vaya paradoja, una diputada provincial radical, Liliana Vietti. En el medio de la larga discusión, desde mayo hasta este martes, el sector más conservador del peronismo presentó un proyecto alternativo de contención de las víctimas de la violencia sexual, ese que el mismo Pérez salió a bancar.
El choque de posturas religiosas y de conciencia entre dos pesos pesados como el gobernador y el presidente del PJ local, tiene a su vez implicancias políticas impredecibles. La semana pasada, Abraham aceptó ser el primer precandidato a diputado nacional por el oficialismo mendocino, convencido del apoyo sin condiciones del aparato partidario y del Gobierno provincial –y también de la Casa Rosada-. A su vez, el gobernador Pérez, manifestó apenas hace unos días, en entrevistas de balance de su primer año de gestión, que se siente el conductor del peronismo mendocino. El contrapunto, grosero, con Abraham, demuestra que lejos está de ser indiscutido.
Otro condimento que no puede soslayarse, es la precandidatura el intendente a diputado nacional. El miércoles pasado, su línea, La Corriente Peronista, lo ungió como postulante, nada menos que para enfrentar al ex vicepresidente Julio Cobos, con una alta imagen positiva en la provincia. Desde el primer momento, se habló del apoyo incondicional del gobernador Pérez y del Ejecutivo en bloque a Abraham. Hoy por hoy, y por culpa de un tema que despierta los más encarnizados enfrentamientos, todo está en veremos en el peronismo de Mendoza.
Era sólo cuestión de tiempo. Menos de 24 horas después de que el Senado provincial mandara a archivo el proyecto de adhesión de Mendoza a la guía técnica para abortos no punibles elaborada por el Ministerio de Salud de la Nación y avalada por la Corte Suprema, se produjo un violento cortocircuito entre el gobernador Paco Pérez –en contra- y el titular del justicialismo local, intendente de Guaymallén y flamante precandidato a diputado nacional, Alejandro El Pelado Abraham.
Primero fue Pérez quien manifestó, escuetamente, que él siempre ha estado “a favor de la vida”, en un claro mensaje de rechazo a la guía nacional que contempla el derecho a abortar para mujeres que fueron violadas y quedaron embarazadas. Asimismo, Pérez indicó que el Gobierno apoya un proyecto de ley de dirigentes peronistas conservadores que contempla un “abordaje integral de la mujer víctima de violencia sexual”.
El proyecto da garantías a las mujeres encuadradas en este tipo de casos de tener todo la contención necesaria por parte del Estado para que eviten tomar la decisión de interrupir el embarazo, tal como lo permite el Código Penal.
Al poco tiempo, Abraham salió con los tapones de punta contra los senadores –justicialistas y de otros partidos- que el martes mandaron al archivo el proyecto de adhesión. “Ojalá que a los senadores que votaron en contra del proyecto nunca le violen a una hija, o a la esposa o la hermana”, disparó el titular del PJ mendocino en una entrevista publicada por el portal Sitio Andino. “Y si lo hacen –agregó-, quiero ver si siguen manteniendo esas convicciones”.
Las diferencias puertas adentro del peronismo local eran ya evidentes cuando, desde e Gobierno, no se decidió adherir a la guía nacional tras el aval de la Corte Suprema. El ministro de Salud de Mendoza, Carlos Díaz Russo, nunca salió a criticar el protocolo, pero la inacción dejaba en claro la postura. Lo mismo el gobernador Pérez, quien como este miércoles, había manifestado que él estaba “a favor de la vida”.
El detalle es que un amplio sector del oficialismo local, más progresista y también más compenetrado con el ideal kirchneristas,
comenzó a movilizarse a favor del proyecto de ley de adhesión que presentó, vaya paradoja, una diputada provincial radical, Liliana Vietti. En el medio de la larga discusión, desde mayo hasta este martes, el sector más conservador del peronismo presentó un proyecto alternativo de contención de las víctimas de la violencia sexual, ese que el mismo Pérez salió a bancar.
El choque de posturas religiosas y de conciencia entre dos pesos pesados como el gobernador y el presidente del PJ local, tiene a su vez implicancias políticas impredecibles. La semana pasada, Abraham aceptó ser el primer precandidato a diputado nacional por el oficialismo mendocino, convencido del apoyo sin condiciones del aparato partidario y del Gobierno provincial –y también de la Casa Rosada-. A su vez, el gobernador Pérez, manifestó apenas hace unos días, en entrevistas de balance de su primer año de gestión, que se siente el conductor del peronismo mendocino. El contrapunto, grosero, con Abraham, demuestra que lejos está de ser indiscutido.
Otro condimento que no puede soslayarse, es la precandidatura el intendente a diputado nacional. El miércoles pasado, su línea, La Corriente Peronista, lo ungió como postulante, nada menos que para enfrentar al ex vicepresidente Julio Cobos, con una alta imagen positiva en la provincia. Desde el primer momento, se habló del apoyo incondicional del gobernador Pérez y del Ejecutivo en bloque a Abraham. Hoy por hoy, y por culpa de un tema que despierta los más encarnizados enfrentamientos, todo está en veremos en el peronismo de Mendoza.
Fuente: La Política On Line