En zonas como Mendoza donde son frecuentes las bajas temperaturas, debemos tomar ciertas precauciones y cuidados, tanto en el jardín como en nuestras plantas de interior, para evitar que perezcan las especies cultivadas
Asimismo, es importante tener en cuenta el tipo de clima que distingue a nuestra provincia a la hora de elegir especies que vamos a conservar en nuestro jardín. La frecuencia, duración e intensidad de las heladas condiciona el tipo de plantas que podemos tener en el jardín.
Esta es la parte negativa de este fenómeno meteorológico. Lo positivo es el efecto saneador que tiene sobre la naturaleza porque limita la expansión de ciertas plagas.
En el caso de las plantas dispuestas en macetas, tanto en interiores como en exteriores, es posible cambiar su ubicación para protegerlas de vientos, heladas y lluvias, ingresándolas a la casa o colocándolas en sitios más reparados. Teniendo en cuenta la época del año en la que se registran las temperaturas más bajas, debemos observar si las plantas necesitan un cambio de maceta, por ejemplo debido a que han crecido en demasía.
Aunque con el frío las plantas registran menor actividad, su vida continúa y es necesario estar atentos a hojas amarillas u otros indicadores que nos hagan ver la necesidad de renovar la tierra donde se asientan. En las plantas de interior hay que considerar especialmente no colocar las macetas cerca de aberturas o ventanas por las que puedan sufrir con las lluvias o los vientos helados.
Cómo se produce una helada y cuáles son sus efectos
Cuando la temperatura ambiente baja de los 0ºC, la humedad del aire se congela y al depositarse sobre el suelo forma la escarcha. Si la temperatura baja mucho, el agua contenida en la tierra también se congela y esto puede dañar las raíces o impedirles absorber los nutrientes. Además si se congela el agua que contienen los vegetales entonces se produce un daño en su estructura interna que según la intensidad y duración de la helada puede ocasionar desde heridas superficiales a la muerte de la planta. Las plantas herbáceas suelen ser más sensibles que las leñosas, y las perennes soportan peor el frío que las caducifolias.
Las peores heladas son las tempranas y las tardías porque atacan a las plantas desprevenidas. Es más frecuente que haya heladas tardías en las primaveras secas que en las húmedas.
Qué precauciones se pueden tomar
No usar fertilizantes con alto contenido en nitrógeno al final de la temporada pues daría lugar a brotes tiernos, muy sensibles al frío. Abonar preferentemente con fertilizantes potásicos que propician un crecimiento fuerte.
No situar las plantas delicadas en zonas de túneles de viento. Por ejemplo, entre dos construcciones o entre una construcción y una masa vegetal espesa.
Podar sólo cuando haya pasado el riesgo de heladas, pues una herida no cicatrizada es un canal abierto por donde el frío puede llegar a matar la planta.
En casos de plantas arbustivas muertas por la helada limpiar la parte aérea pero no arrancar las raíces porque si no están dañadas, los rebrotes crecerán más deprisa que en una planta nueva que tiene que desarrollar de cero su sistema radicular.
No pise el césped helado ya que puede dañarlo exponiéndolo a enfermedades del tipo fusarium (extenso género de hongos filamentosos ampliamente distribuido en el suelo y en asociación con plantas).
Compactar árboles de tamaño pequeño y mediano con alambre o cuerdas.
Por último, hay que analizar la dosis de agua a aplicar para que las plantas reciban la cantidad requerida. Regarlas en exceso puede ser tan perjudicial como su opuesto. Continuar abonando normalmente y limpiar suciedades y polvo que traiga el viento hacia las hojas de las plantas son también dos cuidados necesarios para conservar la salud de nuestras plantas durante los períodos de bajas temperaturas.
Fuente: Diario MDZ Online