Dionisio Nazar Elmelaj Elaskar (57) estaba imputado por homicidio del adolescente y por dos causas de tenencia de armas.
A más de tres años del asesinato del adolescente Emir Cuattoni (15) en Godoy Cruz, hoy se conoció la sentencia contra el único imputado por el crimen que conmocionó a Mendoza, Dionisio Nazar Elmelaj Elaskar (57) fue sentenciado a 32 años de prisión.
El empresario condenado había asegurado, según su abogado, que “no va a vivir mucho tiempo y que no le importa la condena”. Previo a esto, las partes expusieron sus alegatos. La fiscalía solicitó una condena de 32 años de prisión por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por otras dos causas por tenencia de arma de fuego que también tienen el nombre de Elmelaj.
La familia de Emir Cuattoni tras conocer la sentencia / Oscar Guillén
El jefe de la Unidad Fiscal de Homicidios, Fernando Guzzo, fundamentó su pedido remarcando dos pruebas claves en el caso: el hallazgo del arma homicida en la casa del imputado y las llantas de la camioneta que coinciden con el relato de testigos.
Por su parte, la querella adhirió a la exposición de la defensa y solicitó 33 años y cuatro meses de prisión para el empresario. Mientras que la defensa recomendó la absolución del imputado por la duda, en la causa por el asesinato de Emir, y dos años de prisión en suspenso por las dos acusaciones por uso de arma de fuego. Los defensores aseguraron que su defendido nunca pudo ser ubicado en la escena del crimen.
Emir Cuattoni (15) recibió un disparo el 17 de abril de 2016, alrededor a las 19.30, en avenida del Trabajo y Perito Moreno, de Godoy Cruz. La herida de bala lo dejó en grave estado y murió el 29 de mayo después de más de 40 días internado. Por el hecho se detuvo varios meses después al empresario metalúrgico Gustavo Seré (38) como sospechoso.
Sin embargo un testigo espontáneo se presentó ante la Unidad Fiscal de Homicidios para brindar una nueva versión del hecho e información que derivó en la detención de Elmelaj y la inmediata liberación de Seré, marcando un giro abrupto en la causa.
Fuente: Los Andes