También a las dependencias de los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo. La iniciativa es del diputado Marcos Niven.
Cada año, cuando se aproxima el invierno, resurge la discusión sobre si deberían atrasarse los relojes 60 minutos ya que en la provincia, cuando los días son más cortos, amanece a las 8.40. Sin embargo, la última vez que se corrió la hora hacia atrás fue en 2004 y desde entonces el debate no pasa de un intercambio de opiniones. El diputado Marcos Niven (PD) presentó un proyecto para que los tres poderes del Estado y la Dirección General de Escuelas atrasen una hora el horario de ingreso entre el 1 de mayo y el 31 de agosto.
Niven comentó que el proyecto, que ingresó el 23 de abril, pasó a comisiones y que se contactó con el titular de la DGE, Jaime Correas, para hablar sobre la viabilidad de la propuesta. Esta semana tienen previsto tener una reunión para analizarlo.
El horario de ingreso a los establecimientos educativos varía de acuerdo al nivel, entre las 7.45 y las 9 (secundaria a nivel inicial) y puede incluso adelantarse a las 7.20 en algunos colegios privados. Durante el invierno, la mayor parte de los alumnos entra a las 8.30, minutos antes de que amanezca, porque se corre media hora la entrada.
“Hay muchos estudios sobre cómo beneficia a la salud levantarse con luz solar natural. Pero además, los alumnos que van a la escuela de mañana tienen que esperar el colectivo en plena noche. O los llevan sus madres en bicicleta o en moto cuando está oscuro y con varios grados bajo cero en las zonas rurales”, planteó.
La propuesta del legislador es que los empleados de los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo; de los organismos autárquicos, descentralizados y de la empresa estatal atrasen sus horarios de inicio de actividades y de atención al público una hora en mayo, junio, julio y agosto. Esto, con el objetivo de reducir el consumo de energía.
Niven comentó que algunas municipalidades comienzan a atender a las 7, pero que en invierno son pocas las personas que acuden antes de las 8.30 o 9, ya que a primera hora está oscuro. De hecho, San Carlos fue el primer municipio en fijar un horario invernal y Godoy Cruz adoptó poco después la misma medida.
Federico Norte, doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, señaló que el huso horario que corresponde a todo el país es el de 4 horas menos respecto del meridiano de Greenwich (aunque el que rige en todo el territorio es el -3). De ahí que considere que, en particular en otoño e invierno, se deberían atrasar los relojes una hora, como lo hizo Chile hace unos días.
El doctor Norte recordó que el huso -4 se aplicó en Argentina entre marzo y octubre de cada año desde 1963 hasta 1969. Luego, Mendoza lo utilizó en 1992 y 1993, y nuevamente entre mayo y setiembre de 2004. Desde entonces, el sector científico insiste en que esto es lo que corresponde, pero sin recibir eco en el ámbito político.
La doctora en Astronomía Beatriz García resaltó que el huso -3 es el de Río de Janeiro y añadió que si bien al oeste argentino le corresponde el -5, considera que lo ideal sería que el territorio estuviera unificado en el -4. Sin embargo, señaló que quienes viven en el este no advierten el problema para las provincias del oeste porque en aquellas amanece casi una hora antes. En tanto, en Mendoza, en invierno el sol sale a las 8.40.
García explicó que el ahorro energético de atrasar los relojes una hora en invierno está discutido y debería estudiarse durante varios años, pero que el principal beneficio de ajustarse a la hora solar es que el reloj biológico se coordina con la salida y la puesta del sol. Pero además, comentó que es perjudicial iniciar la actividad de noche, cuando la atmósfera está fría, ya que al calentarse empiezan a moverse las masas de aire y a dispersarse los contaminantes, como los gases de los vehículos. En cambio, antes de que salga el sol esta dispersión no se produce.
Fuente: Los Andes por Sandra Conte