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Cómo afecta el cambio climático a la Laguna Del Diamante: la explicación del ambientalista Daniel Funes

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El sancarlino brinda un amplio panorama sobre la situación actual de la Reserva Natural. «La situación es grave porque a esta altura del año donde hay mucho deshielo, cuando más agua debería estar trayendo, uno nota la baja y se ve con los propios ojos lo que los científicos explican».

El cambio climático es, sin dudas, el problema ambiental más importante al que se enfrenta la humanidad. Es un cambio de clima atribuido, directa o indirectamente, a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables, según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

La crisis climática es un hecho real y Mendoza y el Valle de Uco no están exentos de ella. Muchos de los sitios más emblemáticos de la provincia y de la región se ven afectados por el cambio y uno de ellos es la Reserva Natural Laguna del Diamante, ubicada en San Carlos. Daniel Funes, reconocido ambientalista del departamento, explica en esta nota al menos tres causas que que lo demuestran.

“Los que visitamos la Laguna del Diamante y la visitamos con regularidad, vamos viendo como el efecto del cambio climático, este retroceso de los glaciares y este cada nevar menos, va afectando cada vez más a la Laguna y es un claro ejemplo de lo que el efecto climático va haciendo en toda la Cordillera de Los Andes. Los expertos dicen que se ha acelerado mucho, que cada vez es más grave y que es más grave incluso de lo que ellos mismos habían pronosticado” comentó Funes a El Cuco Digital.

Luego, el ambientalista recordó que el último año que nevó mucho fue en el 2006 y como consecuencia de ello, la temporada de la Laguna debió comenzar el 15 de enero porque era imposible despejar antes la ruta para llegar a la Reserva por la gran cantidad de nieve que había; «de hecho me acuerdo clarito que en febrero había nieve hasta en lo que nosotros conocemos como la Quebrada de la Orqueta, a poco kilómetros de Cruz de Piedra. Bueno, desde entonces a la fecha cada año que pasa uno va viendo que hay menos nieve, no solamente a la vera del camino que era muy bonito, sino que también empieza a ver menos nieve en la cordillera, en el Cerro Laguna al que uno le pasa por la ladera sur; tengamos en cuenta que las ladera sur de toda la montaña en el hemisferio sur del planeta permanecen con nieve todo el año. Bueno, la ladera sur del Cerro Laguna permanecía con nieve todo el año, veíamos planchones de nieve que a lo largo de los años se ven cada vez más descubiertas”.

Otra de las evidencias de que la crisis que ha afectado a la Laguna del Diamante, tiene que ver con el panorama externo que se observa en este espejo de agua: “Dentro del anfiteatro de la Laguna, que está conformado por estos grandes cerros de 29 y pico de kilómetros de sur a norte y casi 16 kilómetros de este a oeste, uno va viendo como se van secando las vegas.  También el verde que había sobre la ladera del río, el verde que estaba pegado a la Laguna Barrosa, las vertientes que salían desde las morenas, todo eso que hace el marco exterior a la Laguna, todo lo que hacía el paisaje precioso, antes tenía un verde muy bonito que ha ido muriendo. Además, vamos viendo como cada año se va poniendo más marrón y no verde brillante y eso tiene que ver también porque cada vez hay menos agua en estos glaciares congelados -en la base de los cerros- y tiene que ver también con que la Laguna Barrosa ya hace muchos años no desagua agua a la Laguna del Diamante”.

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La Laguna del Diamante en la apertura de la temporada 2019-2020

El tercer y último síntoma que destaca el sancarlino Daniel Funes tiene que ver con lo que sucede con la Laguna misma y la naciente del Río Diamante. Él menciona que la Laguna años atrás siempre mantenía estable el límite de su tamaño, porque por más que hubiera sido un año muy nevador el agua que hay allí, desagua en el Río Diamante, entonces por lo general siempre mantenía una misma proporción o cantidad de litros la reserva, pero eso con el tiempo cambió.

“La naciente del Rio Diamante se encuentra en la Laguna del Diamante, lo cual curiosamente si una laguna tiene desagüe no sería una laguna, pero nosotros le decimos Laguna del Diamante, aunque debería haberse llamado lago; sin embargo estamos cometiendo un error dialéctico en el camino. Pero bueno, lo que vamos viendo es que ese río que jamás se cortaba y que además, salía agua permanente hacia el Río Diamante, año a año durante la temporada, como ha bajado muchísimo el nivel de la Laguna, ahora deja de salir agua antes (…) abajo el Río sigue llevando mucha agua, por ejemplo al Agua del Toro o sigue pasando por La Jaula; hay muchos afluentes del Río Diamante que lo alimentan, pero si se corta antes de la naciente»

Para entenderlo mejor, Funes recalcó: “Lo que está sucediendo es que desde la Laguna deja de salir agua antes de la temporada. Si antes se cortaba en abril, de golpe empezábamos a ver que ya en marzo no había agua en el Río a la salida de la Laguna. Después, ya vimos que a principio de marzo. El año pasado ya en febrero empezamos a preocuparnos muchísimo (…). Empezamos a ver con preocupación que la problemática del agua es cada vez es más temprana, cada vez hay menos nieve, menos hielo y se acaba antes en la temporada de verano”.

También, destacó que quienes conocían la Laguna desde hace años atrás y la ven ahora, podrán notar un gran cambio: “Los que conocemos el lugar sabemos que donde ahora hay playa antes había agua. El espejo de la Laguna del Diamante se está reduciendo en tamaño, se ha bajado la altura del agua y se retira de la costa. Es muy triste ver como el cambio climático va afectando ese lugar tan bonito”.

Por último, Daniel Funes cerró sus declaraciones aclarando un punto importante: “Quiero aclarar que no estamos diciendo que el Río Diamante se secó. Al Río Diamante le llagan muchísimos afluentes importantes de agua. De hecho, el mayor caudal lo va adquiriendo kilómetros más abajo de la Laguna. Entonces, el Río Diamante no se ha secado, sino lo que se ha secado o se ha cortado es el escurrimiento que tenía la Laguna del Diamante como naciente del Río Diamante. La situación es grave porque a esta altura del año donde hay mucho deshielo, cuando más agua debería estar trayendo, uno nota la baja y se ve con los propios ojos lo que los científicos explican, de hecho, ya no hacen falta datos técnicos, uno palpa y ve con los ojos la escasez de agua que hay en nuestros ríos de Mendoza”.