El sol nos proporciona una serie de efectos beneficiosos para nuestro cuerpo: antidepresión, síntesis de vitamina D. Pero también efectos perjudiciales que debemos evitar: envejecimiento cutáneo (manchas, arrugas) y cáncer de piel.
El siguiente decálogo pretende serte de ayuda para poder disfrutar del sol sin sus efectos nocivos:
1. Además de los fotoprotectores, usa gafas de sol, sombreros, gorras y ropa adecuada. Evita la exposición solar en las horas centrales del día (12 a 16 horas).
2. Los fotoprotectores proporcionan un aumento del tiempo de tolerancia al sol, pero no anulan los efectos de la radiación ultravioleta totalmente. Debes aplicar el fotoprotector 30 minutos antes de la exposición solar. Tras cada baño o cada 2 horas debes renovar la aplicación del fotoprotector. Incluso aunque sea “water resistant”. Los lunares deben protegerse igual que el resto de la piel, ni más ni menos.
3. Extrema los cuidados durante las primeras exposiciones al aire libre para ir creando una protección natural frente a la radiación ultravioleta. No son aconsejables las sesiones de rayos UVA para ponerse moreno antes de verano, ya que el moreno “artificial” protege menos que el moreno “natural”. Si son de ayuda las cremas autobronceadoras y los nutricosméticos. Estos últimos contienen vitaminas C, E, D, antioxidantes y carotenos. Van a ayudar a proteger nuestra piel frente al sol y nos darán un bronceado más duradero.
Las quemaduras solares repetidas en el tiempo aumentan el riesgo de cáncer de piel.
4. La quemadura solar (enrojecimiento, escozor y dolor) aparece varias horas después de la exposición al sol. Por lo que evita pensar que no te has quemado porque aun no sientas ninguna molestia.
5. Los días nublados seguimos recibiendo radiación ultravioleta del sol, por lo que debemos protegernos del sol también en esos días.
6. No te olvides de proteger especialmente cara, escote, cuello y manos. Cada año los dermatólogos vemos aumentar el número de consultas por los efectos del fotoenvejecimiento en estas zonas corporales.
Evitar la exposición solar en las horas centrales del día.
7. En general, no es recomendable la exposición al sol en verano en niños menores de un año.
8. Si tu piel presenta manchas (melasma, léntigos) que han aparecido con el paso de los años, no es el mejor momento para empezar tratamientos que las eliminen: láser, IPL, peelings. En verano, procura protegerte del sol al máximo para no mancharte más. Evita también la depilación láser. Ya que existe un aumento de riesgo de quemaduras y aparición de nuevas manchas (hiperpigmentaciones postinflamatorias). En cambio, no existe contraindicación para realizar tratamientos con toxina botulínica o rellenos de ácido hialurónico.
Consume alimentos con alto poder antioxidante.
9. El cuerpo pierde más agua cuando hace calor. Hidrata tu piel tanto por dentro como por fuera. Bebe agua y zumos de frutas naturales en mayor cantidad. Aprovecha estos meses para disfrutar de la gran variedad de frutas, hortalizas y verduras que disponemos en en esta época. Son ricos en antioxidantes y nos ayudan en la prevención del envejecimiento. Hidrata tu piel adecuadamente, utiliza cremas hidratantes tanto en la cara como en el resto del cuerpo. Puedes mejorar los resultados si aplicas un serum con antioxidantes antes de la crema hidratante en la cara.
Melanoma cutáneo
10. Si has descubierto alguna lesión en tu piel que crece o no tenías previamente, consulta con tu dermatólogo.