Lo anunció el presidente Santos, a dos del inicio de conversaciones en La Habana. Según informó, el grupo guerrillero secuestró al brigadier general del Ejército Rubén Darío Alzate, el cabo primero Jorge Rodríguez Contreras y la abogada Gloria Urrego.
Los tres fueron secuestrados en el departamento del Chocó, hecho que el mandatario calificó de «inaceptable» y sobre el que indicó que «hay una serie de circunstancias que tienen que aclararse».
Santos, después de sostener una reunión con la cúpula militar en la sede del Ministerio de Defensa, responsabilizó a las FARC de cometer el «secuestro inaceptable». «Ya tenemos información que dan certeza de que fueron las FARC», aseguró Santos, citado por el diario bogotano El Tiempo.
Además, les ordenó a los negociadores del Gobierno que hoy tenían previsto viajar a la capital cubana para sostener una nueva ronda de conversaciones en el proceso de paz con la guerrilla que no viajen.
«Mañana (dijo anoche, por hoy) viajaban los negociadores de paz a una nueva ronda de negociaciones en La Habana. Les voy a decir a los negociadores que no viajen y que se suspende esta negociación hasta tanto no se aclare y se liberen estas personas, de manera que mañana no viajan los negociadores a La Habana», expresó el jefe de Estado, citado por EFE.
La decisión fue tomada tras confirmar el secuestro del brigadier general Rubén Darío Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Titán, una unidad especial de lucha contra la guerrilla, ocurrido ayer y del que se reponsabilizó a las FARC.
Alzate fue secuestrado cuando visitaba vestido de civil Las Mercedes, un pueblo a quince kilómetros de Quibdó, capital del Chocó, de acuerdo a lo que confirmó en una rueda de prensa el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
Junto con el oficial fueron secuestrados el cabo primero Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, coordinadora de proyectos especiales del Ejército para el Chocó, con quienes el general Alzate abordó una lancha para desplazarse por el río Atrato, sin llevar a su escolta personal a una zona de fuerte presencia guerrillera, confirmó el ministro.
Santos dijo además que «hay una serie de circunstancias (del secuestro) que tienen que aclararse, que queremos que se aclaren».
Entre esas circunstancias mencionó el «por qué estaba el general Alzate de civil, por qué le dijo a sus escoltas que no lo acompañaran, por qué se desatendió la advertencia del lanchero para que no fueran río abajo tan lejos».
Esto debido a que según el informe del soldado que piloteaba la lancha, en un determinado punto del recorrido le advirtió al general de que se estaban alejando mucho de Quibdó y que era mejor regresar porque la zona era muy peligrosa, pero el oficial ignoró la advertencia y le mandó detenerse más adelante, en Las Mercedes, donde poco después de llegar fue secuestrado con sus acompañantes.
El piloto de la lancha, que los esperaba en la orilla del río, al ver lo ocurrido se escapó y regresó de inmediato a Quibdó donde dio el parte a sus superiores.
El presidente añadió que ordenó a los comandantes militares «que hagan las operaciones necesarias» para «buscar el rescate o la liberación de estas tres personas», de la misma forma como se está haciendo en el departamento de Arauca, en la frontera este con Venezuela, para tratar de encontrar a dos soldados que fueron secuestrados por las FARC después de un combate registrado hace una semana.
«Estaremos pendiente en las próximas 24 horas de la evolución de estos acontecimientos, del resultado de las investigaciones que el señor ministro (de Defensa) pueda hacer en el día de mañana y de la evolución de las explicaciones que nos puedan dar sobre qué fue lo que pasó» en el Chocó, concluyó Santos.
El ministro de Defensa viajará hoy lunes al Chocó para coordinar las acciones que buscan dar con el paradero del general y los otros dos secuestrados, para lo cual ya llegó anoche a la zona el comandante del Ejército, general Jaime Lasprilla.
El secuestro ocurrió ayer, el mismo día en que el presidente Santos afirmó en una entrevista publicada por el diario El Tiempo que el acuerdo de paz que su gobierno negocia con las FARC desde hace dos años debería firmarse en 2015 porque «de ahí en adelante sería difícil mantener este proceso indefinidamente».
«El año entrante debe ser el año de la paz porque, si no lo es, me parece que de ahí en adelante sería difícil mantener este proceso indefinidamente», dijo Santos
«Yo no quiero poner fechas fatales, pero lo que sí digo es que estos procesos tienen unas dinámicas; estamos en un momento crucial y si no avanzamos, comenzamos a retroceder», agregó el mandatario.
Consultado sobre la posición de las FARC de no aceptar cárcel para sus miembros, el gobernante respondió: «Estamos entrando exactamente en ese punto de la discusión, que es el más complicado: cómo vamos a aplicar la justicia transicional».
«Somos el primer país que busca la terminación de un conflicto armado bajo el Tratado de Roma; entonces, estamos sentando un precedente y lo que aquí acordemos se va a convertir en doctrina para conflictos futuros», advirtió.
Fuente: Télam