A la entrada de producto del norte en el mercado interno se sumó el uso de semillas híbridas que generan mejores rendimientos por hectárea. Los valores pagados al productor se han ubicado en $ 1 el kilo.
La salida del zapallo mendocino encontró este año al mercado nacional saturado con producto de las provincias del Norte y precios deprimidos, lo que dejaría a buena parte de los agricultores locales, sobre todo los del Valle de Uco, con los números muy ajustados.
Los chacareros del Norte provincial, en tanto, tienen normalmente la chance de una siembra escalonada, por lo que, si pueden guardar para los próximos meses lo que vienen cosechando en marzo-abril, probablemente logren el beneficio de un esperado repunte en los valores cuando -según se presume- podría llegar a mermar considerablemente la oferta del resto de las provincias productoras.
Este escenario se ajusta a las generales de la ley del negocio hortícola de frescos, donde la puja entre oferta y demanda termina fijando los precios. Pero en el caso del zapallo, al menos, la preocupación supera el acotado plazo de una temporada, porque hay quienes advierten -como tendencia- un incremento de los volúmenes ofertados por sobre lo que el mercado interno es capaz de absorber, debido a uso creciente de semillas híbridas de mayor productividad, y la incorporación de nuevas regiones del país al cultivo de zapallo que, en la provincia de Mendoza, ocupa alrededor de 4.000 hectáreas todos los años.
Daniel Astrela, horticultor de Los Álamos, en Maipú, tiene 15 hectáreas cultivadas. Todavía está cosechando el producto de la siembra tardía, que piensa guardar para sacar al mercado recién a partir de fines de julio. El zapallo de la siembra temprana, que se empieza a cosechar a fines de diciembre y sigue en enero y febrero, ya se vendió. Es una práctica frecuente en el Norte y el Este de Mendoza.
Astrela aseguró que, en ambos casos, “la producción ha sido muy buena, porque no hemos tenido lluvias”. Recordó que “el año pasado fue un desastre, porque llovió mucho y gran parte se pudrió”.
A todo esto, Pedro Della Gaspera, especialista en Horticultura de la Estación Experimental Agropecuaria INTA La Consulta, dijo que en el ciclo 2016/2017 los cultivos “vinieron bien, hasta que comenzaron las lluvias, que este año se retrasaron un poco, y a pesar que, normalmente, tienen mayor incidencia en febrero, llegaron en marzo-abril”. A partir de ese momento “hubo algunas complicaciones con la sanidad, pero dentro de todo ha sido una cosecha bastante normal para lo que han sido los años anteriores”.
Armando Castillo, que produce hortalizas en Casas Viejas, departamento San Carlos, explicó que “la producción de zapallo, en la zona, es bastante complicada” y reveló que esta temporada “a mí, particularmente, me ha ido muy mal, porque cayeron dos mangas de piedra en momentos en que no le dieron al cultivo la posibilidad de recuperarse”.
Los rendimientos
Daniel Astrela aseguró que en su zona “los rindes han sido muy buenos, de entre 40.000 y 60.000 kilos por hectárea, y en algunos casos se ha llegado hasta 70.000 y 80.000”.
Explicó que “un zapallo al que se le hacen varios cortes (cada 15 días, más o menos), se va curando y fertilizando en el mismo momento de cosechar, puede llegar a dar 70.000 u 80.000 kilos y al que se le hace un solo corte, como no se descarga la planta, no supera los 35.000 a 40.000 kilos por hectárea”.
Astrela aseguró que la diferencia de producción lograda haciendo más de un corte, justifica la inversión en agroquímicos y fertilizantes, porque a un precio del producto de $ 1 el kilo, le está haciendo una diferencia de 30.000 a 35.000 pesos, y con un par de fertilizaciones que tenga que hacer mientras va cosechando, puede tener un gasto de 2.000 pesos”.
El sancarlino Armando Castillo -que produce específicamente variedades para la industria del deshidratado- precisó que, en esos casos, “si el cultivo está bien hecho, en años normales puede dar entre 60 y 70 toneladas la hectárea, nunca menos de 50 a 65 toneladas”. Pero “este año, aunque no hubo heladas tempranas, tuvimos eventos de lluvia y piedra por encima de lo normal, y hemos sacado 15.000 kilos por hectárea”.
Señaló, no obstante, que “al menos -como lo entregamos a la fábrica- no lo vamos a perder todo; pero si hubiera sido para mercado, se hubiera perdido todo, porque nadie lo hubiera llevado”.
Della Gaspera, en tanto, estimó que el rendimiento promedio en la provincia, “puede estar entre 25 y 30 toneladas” por hectárea. Pero aclaró que “en la zona Norte, con las nuevas variedades híbridas, los cultivos están rindiendo entre 60 y 70 toneladas por hectárea”.
Cayeron los precios
Antonio Escudero, productor hortícola con explotación en la zona lindante entre Maipú y Lavalle, comentó que “hago muy poco zapallo, sobre todo para ir rotando suelos y tener una oferta más variada, sumándolo al ajo, el tomate de industria y la cebolla». El productor del Norte mendocino aseguró que «este año el zapallo no vale nada, porque hay superproducción”.
Señaló que “en esta época, en Buenos Aires hay mucha oferta (de Bahía Blanca y de toda la zona del sudeste bonaerense) y han producido mucho en Formosa, Santiago del Estero, Salta”.
Desde el INTA la Consulta, Pedro Della Gaspera apuntó que “el año pasado se vendió muchísima semilla, sobre todo de las variedades de tipo Anco, y se han hecho más hectáreas que las que el consumo interno puede absorber, por eso estamos en problemas con los precios”.
El referente técnico del Valle de Uco explicó que “esta superoferta se da porque los agricultores de las provincias del Norte, en coincidencia con el inicio de las cosechas nuestras, en lugar de conservar una parte de sus producciones, las han sacado lo más rápido posible al mercado -a precios muy bajos- porque han tenido muchos problemas sanitarios provocados por lluvias intensas”.
Por su parte, el maipucino Daniel Astrela señaló que el precio del zapallo Anco común de la primera cosecha, “tuvo un precio muy bajo, anduvo entre 80 centavos y $ 1,10 ó $ 1,20 el kilo, según el comprador”. Explicó que el mejor precio se pagó por el producto que iba a supermercados, pero exigían más calidad, y “si era para la Feria o el Mercado Central de Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario o Santa Fe, que no son tan exigentes, han pagado entre 85 centavos y un peso el kilo, en el campo”.
Recordó que el año pasado “pagaron de $ 1,20 a $ 1,50 el kilo, y con insumos mucho más baratos”, por lo que éste “ha sido un buen año en lo productivo pero malo en lo económico”.
Indicó que la caída en el precio se debió a que “había muchos kilos en el campo, y esto se mueve por oferta y demanda”.
Astrela comentó que se están sumando a la producción las provincias de La Rioja y Catamarca, donde están haciendo cultivos con riego por pivote central, inclusive hay gente de Mendoza que ha ido a hacer chacra allá», reveló, porque “tienen la posibilidad de salir de 30 a 45 días antes que acá, y eso les sirve a los exportadores”.
Fuente: Los Andes