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Caso Norma Carleti: el miércoles declarará Hisa y señalará su inocencia en el asesinato de su ex esposa

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La defensa tiene pocas expectativas de que el fiscal acepte la domiciliaria y se refuerza con otro penalista de rango.

Escéptica de que la fiscalía acceda a hacer lugar a la prisión domiciliaria pero convencida de que no hay un solo elemento de prueba que acredite vinculación alguna al homicidio de Norma Carleti, la defensa del ex marido de la mujer y ex legislador provincial radical, Leonardo Hisa, cree que la partida fuerte que podría liberar al empresario del Valle de Uco la jugará en la audiencia de prisión preventiva ante el juez de garantías, la que aún no tiene fecha.

En tribunales no es un secreto que la acusación contra el ex marido de Carleti está pinchada con alfileres y que se puede volar con un soplo.

Cuando llegue ante el juez, la fiscalía deberá demostrar una vinculación que ahora cruje sonoramente.

Según esta hipótesis, el empresario Hisa, hombre de negocios y ex legislador, sin antecedentes penales, un día decidió matar a su ex esposa por encargo, para lo cual contrató a tres personas, entre ellos al hijo de un empleado suyo ( lo que lo vincula directamente a él), quien además se desplazaba con una tobillera electrónica, por lo que estaba bajo vigilancia del Servicio Penitenciario. Como si fuera poco, usaron los teléfonos propios, que dejaron huella del contacto.

El encargo homicida incluía a tres personas y no solo a una, lo que aumentaba el riesgo de delatores en caso de que fueran atrapados.

Otra complicación para la fiscalía es probar que los asesinos fueron sin armas a matar a Carleti y decidieron utilizar un cuchillo de la cocina para asestarle decenas de puñaladas hasta matarla.

Aunque todo puede ser y ocurrir en una acción delictiva, desde un crimen planificado hasta un inexplicable zafarrancho que deja huellas por todos lados, estos detalles que no son menores dejarían a la fiscalía un pesado camino cuesta arriba a la hora de probar en la audiencia de prisión preventiva la vinculación del empresario con el hecho.

Declaración técnica

Por eso, el próximo miércoles, Leonardo Hisa declarará ante el fiscal Adrián Frick, bajo la gravísima imputación de homicidio agravado por el vínculo, en calidad de instigador, o lo que popularmente se conoce como autor intelectual, y que en caso de condena le impone la pena única de prisión perpetua.

El acusado llegará con una quirúrgica estrategia técnica, diseñada por su abogado Daniel Sosa Arditi y que tiene como novedad la incorporación de un codefensor de fuste: el reconocido penalista Roberto Godoy Lemos.

Sosa Arditi dejó muy en claro cómo será el tenor de la declaración: «Mi cliente va a dar su versión y lo más probable es que no responda preguntas que no sean específicas y relativas al hecho, porque yo no voy a permitir que las responda».

Precisó: «Él lo único que tiene que aclarar es que la llamada telefónica que recibió –horas antes del crimen–fue hecha por Juan Carlos Guerrero, que es un empleado de su confianza y cuyas comunicaciones entre ambos eran habituales».

Para Sosa Arditi «en el expediente no hay nada contra Hisa que dé un indicio serio de su vinculación con el crimen de Norma Carleti».

Aunque solicitó la prisión domiciliaria no espera que el fiscal Frick se la otorgue, pero recalcó que «es lo que correspondería».

Sí tiene, en cambio, altas expectativas de que la situación de Hisa se revierta a su favor cuando el caso llegue al juez de garantías y la fiscalía tenga que argumentar y sostener la vinculación de Hisa con el crimen.

Las sospechas de la fiscalía

Hay cuatro situaciones que motivaron al fiscal a detener a Hisa: una llamada telefónica hecha al empresario desde un teléfono que portaba el principal acusado del asesinato, Kevin Guerrero, tres horas antes del ataque.

Según la defensa «el celular no es de Kevin sino de su padre, Juan Carlos Guerrero, empleado y hombre de confianza de Hisa».

El ex marido de Carleti dirá que quien lo llamó fue Juan Carlos Guerrero, expresará desconocer cómo ese teléfono terminó horas más tarde en las manos de Kevin –su ADN fue hallado bajo las uñas de la víctima– con el aparato activado, según la antena, frente a la casa de la mujer.

Las otras situaciones que lo ponen bajo sospecha son la mala relación con Carleti producto de un divorcio, una disputa de bienes ya que tenían negocios en conjunto, una inminente denuncia que la empresaria le iba a hacer a su ex esposo y el dato de que Juan Carlos Guerrero habría declarado que acompañó a Hisa a buscar dinero el mismo día que su hijo Kevin compró el Fiat 600 que fue utilizado en el asesinato.

La defensa tiene sus respuestas. Destacará que el teléfono de Juan Carlos Guerrero lo tenía agendado Hisa y también Norma Carleti, lo cual además es cierto. Y que la supuesta denuncia penal que ella no llegó a ser no se iba a realizar al día siguiente del crimen.

En un segundo plano del caso ha quedado la penosa actuación de la policía, que estando a 200 metros del hecho llegó cuando ya la habían matado a pesar del aviso de los vecinos y dejó escapar al Fiat 600 blanco.

Fuente: Diario Uno por Alejandro Gamero