> Calendario del Archivo de Noticias <

Canciones para no dormir la siesta.

WhatsApp
Facebook
Twitter
Imprimir

La hora del letargo: 3 p.m. El silencio inunda estas paredes y se filtra un haz de luz solar por los intersticios de una persiana “totoriana”. Los párpados buscan la pendiente. El cuerpo se entumece. Las ideas dejan de ir y venir y reclaman una pausa. Es casi un hecho que me pondré en “stand by” hasta que vuelvan las ganas. Si es que vuelven o se pierden definitivamente. El sueño comienza su decantación. ¿Lucho o no? Parado en el borde del trampolín persiste la duda. ¿Salto a ese supuesto colchón de aguas danzantes, o doy marcha atrás y me pongo el overol? Opción dos. Entonces: tiro un salvavidas a mis ganas; burlo el bien más preciado de los mendocinos; me “enchincho” los ojos y armo un compilado para no dormirme en los laureles.

Hit ganchero: Él mató a un policía motorizado “Rey del terror”. Ciudad de Mendoza. 22 de abril de 2011. Cine Teatro Universidad. Apocalypse now!!! No. “Es el tiempoooo, eterno tiempooooo”. Un nuevo punto de partida. De cuando un mundo herido se desploma y solo deja desazón, a ese horizonte-faro que parpadeante señala el resquicio para empezar de cero. “Vox Dei lo hizo” -dirán unos cuantos con la enciclopedia del rock nacional: 1965/1989 bajo el brazo-. Él mató lo actualiza.

El Hype virtual de los tarambanas: 3 Pecados “Diciembra”. Buenos Aires. Noviembre de 2011. Tencnópolis. Después de entrar, presenciar y salir de varios galpones asiento el traste en el piso de un nuevo tinglado. Empieza una banda y también una descarga que me infla. Le pregunto a un vecino sentado a lo indio de qué se trata. Uruguayos – me apunta. Escucho dos o tres canciones y, a decir de los españoles: ¡de puta madre! Calificación made in uy: ¡Arriba!

Pista para despistados: Skatimbaos “La moda mundial”. Eugenio Bustos. Parque Uco. 29/01/12. San Carlos Dame Rock. Organizar un recital de rock en la capital de la tradición es una tarea fina y con riesgos. Que se haya logrado; que haya sido gratis; que haya tenido asistentes; que genere runrún; que algunos medios le hayan dado bola; que participen bandas del Valle de Uco tocando canciones propias; que sirva para volver a creer en el rock como expresión contracultural; no son pocas cosas. Por eso: me gusta y espero que sea la nueva ola. ¿Te lo perdiste? Alpiste.

Surco de enlace: Los Silver Mangiacazzi “Las milanesas como a mí me gustan”. Mendoza. 03/02/12. Mendorock 2012. Teatro «Gabriela Mistral». “Pop adolescente paraguayo” advierte el rótulo creado por ellos mismos. El eslogan me compra y me dirijo a saldar una cuenta pendiente: ver a LSM a 15 años de sus primeros pasos. Deciden recibirnos en nombre de su álter ego, Silenzio Stampa y, en cinco o seis canciones hilvanadas con interpolaciones sarcásticas, se aventuran -por indeterminada vez- a destrabar el nudo de la modorra “menduca”. ¿Resultado de la degustación? Un bocado que hay que masticar varias veces para “seguirles el hilo”. Ahora creo entender por qué cierran la canción deseándonos: ¡Buen provecho!

Corte de difusión: Cecilia Krill Contesta “Harakiri”. Pareditas. 10/02/12. “La Estafeta”. Para su disco dos: “El motor del tiempo”, los “cecilios”, se ponen zen. Desoyen teorías y tiran el ancla en la acción. Emprenden un viaje en cuyo recorrido se entrecruzarán fragmentos de poesía nipona con referencias explícitas a la revolución. Todo esto sostenido por un “background” musical retro-futurista-punk potente y meticuloso. La banda sonora soñada para un film desencantado con el presente.

(Anti Barrick) Gold Track: Morrissey “Everyday is like Sunday”. Maipú. 28/02/12. Cada día se escurre rápido y parecido al de ayer. Cada día la confusión y el miedo te arrojan contra el rincón y te quedas quieto mirándote. A menos que decidas salir y no perderte “That´s entertainment”.

5 p.m.: la hora de abrir ventanas. Pasó el duro periplo intestinal; de a poco el sopor se evapora y, gradualmente, emergen los sonidos de la cotidianidad. Me cuelgo la mochila en la espalda. Mis manos sostienen el cuaderno de bitácora que señala los próximos “trips”, le doy una ojeada, tomo envión y cavilo: “Voy a saltar la cerca”. Antes de salir levanto la vista y avizoro, recostado sobre el umbral de la puerta, un cartel con la inscripción: “Exit”. Fin de la siesta. Me voy de gira.

Bonus track: Pregunta con dos caras (de un lado grabada con el escudo de la ingenuidad; del otro con el signo de la malicia): ¿Creen que pude o podré encontrarme con Zeta Bosio en esta “Rock Road” de una sola vía emparchada?… Tiro la moneda al aire.