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Brasil endurece su posición pero habilita un acuerdo entre privados

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Brasil amenaza con ampliar la gama de productos con licencia de importación obligatoria. Pero en paralelo alienta que los industriales de su país busquen acuerdos privados con sus pares argentinos para autoimponer cupos de ventas.

El gobierno de Brasil endureció aún más su posición en relación al comercio exterior y amenazó con ampliar el abanico de productos afectados por las licencias no automáticas de importación. El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel, aseguró que aplicaría nuevas medidas “en los sectores en los que haya claramente una amenaza en la balanza comercial”. Además, admitió que el cambio de postura del gobierno del país vecino respecto del intercambio con Argentina, que desató la actual crisis comercial entre ambas economías, tiene como trasfondo la pérdida de competitividad de la industria brasileña (ver aparte). Luego de la ronda de reuniones entre el secretario Eduardo Bianchi, y su par de Brasil, Alessandro Teixeira, la situación comercial no se destrabó y las automotrices siguen sin poder exportar vehículos al país vecino. Por eso advierten que si no se levanta la traba brasileña se podría ver afectada la producción. Por otro lado, Brasil estaría estudiando aceptar un acuerdo entre los sectores privados de ambos países en el sector de maquinaria agrícola para evitar el uso de licencias.

Según el Ministerio de Industria, Bianchi está a la espera de una respuesta a los planteos realizados el lunes y martes pasados. Uno de los principales ejes de discusión es el sector de maquinaria agrícola, donde Brasil tiene una ventaja competitiva muy grande, que se expresa en un superávit con Argentina de 450 millones de dólares anuales. “Necesitamos hacer un acuerdo especial, por el cual Brasil nos permita desarrollarnos. Es un tema muy importante para nosotros”, indicaron fuentes de la cartera que encabeza Giorgi. Por el lado argentino, la traba al ingreso se habría intensificado en el último tiempo. Según explicó a este diario Dante Sica, titular de Abeceb.com, “desde principios de año que no ingresan tractores y cosechadoras al país”. Brasil estaría dispuesto a aceptar un acuerdo de autolimitación entre privados para determinar un cupo de mercado.

Otro sector que está presente en la mesa de negociación es línea blanca, donde opera un acuerdo de limitación pero, según los fabricantes locales, no se cumple totalmente, por eso las licencias trabarían el ingreso de productos brasileños. En Industria resaltan que los fabricantes locales han tenido siempre dificultades para ingresar a ese mercado, por lo que el ingreso brasileño a la Argentina estaría supeditado a que se normalice la situación en ambas fronteras. Desde Adimra indican que el sector se compone de empresas consolidadas, cuyas ventas externas son escasas, y como están trabajando casi sin capacidad ociosa, deberían hacer inversiones considerables para llegar al mercado vecino.

Los brasileños tienen una posición muy dura en la negociación, que se refleja en el freno que mantienen a la entrada de vehículos fabricados en Argentina. Las automotrices confían en que el conflicto se va a resolver, aunque suspendieron sus envíos a Brasil, lo que les origina trastornos. “Mucho tiempo más no se puede aguantar. Las fábricas tienen capacidad limitada para stockear. Hay autos en el campo, porque las playas de estacionamiento desbordan. Tener las unidades paradas en esas condiciones es un riesgo y genera costos adicionales”, indicaron desde una terminal a Página/12. Todavía esta situación no afectó el esquema de producción.

Teixeira le ofreció a Bianchi que las nuevas licencias no automáticas de importación que impuso Brasil se liberen en 10 días, un esquema que no convence ni al gobierno argentino ni a las automotrices, que piden un máximo de cuatro días. Según datos ofrecidos por las terminales radicadas en el país, aún estarían retenidos unos 4500 vehículos en la Aduana. “Las negociaciones con Brasil van a prosperar porque se trata de un socio estratégico y hay buena voluntad de ambos países para llegar a un acuerdo”, indicó ayer Débora Giorgi.

El clima que buscó crear Pimentel fue menos optimista. Indicó que su gobierno agregará “otras medidas” en los sectores en los que haya “claramente una amenaza en la balanza comercial”, aunque no se refirió específicamente a la Argentina. “Vamos a usar todo lo que fuera posible, dentro de las reglas de la OMC, para defender la competitividad de la producción nacional”, señaló el funcionario. Además, admitió que el conflicto comercial tiene como trasfondo la pérdida de competitividad de la industria brasileña. “Tal vez el cambio exageradamente valorizado nos haya dejado un poco perezosos en esta historia, pero hoy no es más así”, concluyó.

 

Fuente: Página 12