Previamente, el ministro de Infraestructura habló de poner el foco en la minería no metalífera.Desde que Francisco Pérez le bajó el pulgar al proyecto San Jorge, en el Gobierno evitan hablar del desarrollo minero metalífero; incluso, las empresas con pretensiones de ingresar a la provincia se manejan con cautela. En este marco, en el Ejecutivo decidieron poner el foco en las explotaciones de minerales de segunda categoría.
En post de esta política, el primer paso fue ubicar a Carlos Molina al frente de la Dirección de Minería. Se trata de una persona que, precisamente, estuvo a cargo de emprendimientos de pequeña y mediana escala, similares a los que pretende impulsar la nueva administración del Palacio de Gobierno.
En este contexto, durante la asunción de Molina, el ministro de Infraestructura Rolando Baldasso le confió en exclusiva a MDZ que el objetivo inmediato es reactivar 20 minas no metalíferas (existen unas 1.000 inactivas), antes de analizar: «Hay que pensar en procedimientos mineros que usen cada vez menos agua».
Efectivamente, los proyectos de segunda categoría (piedra caliza , cuarzo, bentonita y talco, por ejemplo) utilizan considerablemente menos recurso hídrico que la minería a gran escala. A su vez, Baldasso sugirió que las mineras deberían abrir sus puertas a las escuelas, para que los estudiantes puedan observar sus procedimientos.
Más allá de hacer hincapié en la minería, el ministro de Infraestructura (ex titular de Hidráulica y de Aguas Mendocinas) enfatizó que «en ninguna actividad nos podemos dar el lujo de derrochar o contaminar agua». En ese sentido, anticipó que «habrá que realizar las tareas necesarias» para contrarrestar este panorama.
(Fuente: MDZ on line)