Uno de los principales problemas de la actualidad es la cantidad de basura que se encuentra en los océanos. No es raro encontrar dentro del estómago de peces elementos hechos de plástico.
Un grupo de científicos quiso ir más allá y plantearse el uso de microorganismos que pudieran degradar el plástico. En su documento publicado en Journal of Hazardous Materials, explican cómo podrían ser explotados para una eventual estrategia de limpieza del océano.
Cuando el plástico flota indefinidamente sobre el agua sufre diversas condiciones y está expuesto constantemente a los rayos UV, cambios de temperatura y fuerzas de abrasión.
Este tipo de degradación, llamada abiótica, termina generando pequeños trozos de material. Esto deja vía libre a microorganismos para que se adhieran y empiecen a hacer un proceso de biodegradación. Pero, ¿qué tan rápido y que tan efectivo es este proceso?
Los científicos decidieron entonces probar qué tan rápido los microorganismos trabajan con el plástico. De esta manera, seleccionaron dos variedades muy comunes del material: polietileno (PE) y el poliestireno (PS). Para las muestras de ambas variedades se seleccionaron desechos encontrados en playas griegas.
Por supuesto, los investigadores limpiaron y cortaron las muestras en partes pequeñas. Acto seguido, las sumergieron en solución salina para simular las condiciones del agua de mar. Además, fueron expuestas a dos tipos de comunidades microbianas. Por un lado, estaban los organismos presentes de forma natural y otra cepa mejorada para formar biopelículas más fuertes sobre el material.
La exposición se hizo durante unos cinco meses. En este tiempo los microbios nativos lograron reducir la masa de las piezas de poliestireno en 11%. Mientras tanto, la reducción al polietileno fue de 7%.
En el caso de las cepas mejoradas, no hubo un mejor desempeño que los microorganismos nativos. Sin embargo, fue más efectivo para adherirse al plástico y crecer allí.
Lo curioso es que los mejores resultados se obtuvieron con microorganismos que ya habían sido probados con anterioridad. Es decir, desarrollaron una costumbre por consumir plástico.
Con esto los científicos creen que los microorganismos podrían usarse para empezar a limpiar los océanos. Si bien aún falta avanzar la investigación, lo obtenido hasta ahora puede ser planteado como una solución.
Fuente: FayerWayer