> Calendario del Archivo de Noticias <

Argentina celebra el Día de la Independencia

WhatsApp
Facebook
Twitter
Imprimir

INDEPENDENCIALuego de la Revolución del 25 de mayo de 1810, el camino hacia la independencia nacional estaba trazado: la ruptura de los lazos coloniales con España en 1810, no hicieron más que cristalizar un movimiento liberador que venía buscando mayor participación política y económica de los criollos.

Cronología del 9 de Julio

En 1810, América del Sur estaba dividida en dos bandos: los revolucionarios y los leales al Consejo de Regencia llamados “realistas”.

Los revolucionarios buscaban más autonomía dentro del sistema colonial hasta que volviera el rey  pero muy pocos se inclinaban por la independencia al principio (las juntas se hicieron en nombre de Fernando VII, el rey preso).

Cuando los revolucionarios intentaron sumar a los realistas a su determinación, comenzaron las guerras entre ambos mandos, cuyo resultado sería la independencia de los dominios coloniales en América. España no intervino porque se encontraba ocupada por los franceses y luchando por su propia independencia. La guerra no tuvo un mando único, cada gobierno americano siguió sus propias decisiones.

En el Río de la Plata, la Banda Oriental –lo que hoy es Uruguay- y el Litoral empezaron a defender su autonomía y a desafiar la postura centralista de Buenos Aires. Es por ello que, en la Asamblea de 1813, otro importante antecedente de la independencia, los representantes orientales no fueron aceptados cuando se convocó a un congreso para organizar al Río de la Plata. En la Asamblea, la mayoría revolucionaria era partidaria de declarar la independencia. Sin embargo, no se animaron a dar ese paso, a causa de los acontecimientos que se daban en Europa.

En efecto, en 1814, el rey Fernando VII fue liberado justo después de que Rusia, Austria, Prusia, Suecia, Portugal, España y Gran Bretaña formaran una gran alianza que derrotó a Napoleón. Así, las monarquías absolutistas resultaron grandes ganadores y declararon que cualquier gobierno surgido de una revolución era ilegítimo.

Sin embargo, ya desde 1813 los revolucionarios estaban bien encaminados: Bolívar reconquistó Caracas e instaló la segunda república venezolana; los revolucionarios del Río de la Plata triunfaron en la batalla de Salta sobre los realistas.  Y San Martín ya estaba formando el Ejército de los Andes, con el objetivo de liberar los territorios de Chile y Perú.

Por su parte, el enfrentamiento entre Buenos Aires y los seguidores de Artigas, máximo líder de la Banda Oriental, se agudizó: el Litoral y la Banda Oriental formaron la “Liga de los Pueblos Libres” y se separaron del resto de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Por su parte, Paraguay, que había dejado de ser realista, se desvinculó completamente del resto y se mantuvo aislada.

A fines de 1815, la situación de los revolucionarios era desesperada. Venezuela y Colombia fueron reconquistadas por los realistas. Sólo el Río de la Plata seguía en pie, amenazado desde Chile y el Alto Perú. A nivel internacional, la situación era preocupante: Austria, Rusia y Prusia habían formado la Santa Alianza para defender a los absolutismos y apoyaban a Fernando VII en su búsqueda de recuperar su imperio

En medio de esa gran emergencia, en 1816 las Provincias Unidas decidieron convocar a un nuevo congreso, que se reunió en Tucumán para decidir qué hacer. Todas las provincias de la Liga de los Pueblos Libres (Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe) no lograron participar del encuentro, ya que sus representantes fueron aprisionados por el Directorio Unitario instalado en Buenos Aires. Una sola provincia de ideas federalistas pudo hacer llegar a sus representantes: Córdoba.

El Congreso se inició el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados en una casa en San Miguel de Tucumán alquilada a Francisca Bazán de Laguna, actual Monumento Histórico Nacional. Pese a una hegemonía de representantes de todas las provincias partidarias del centralismo porteño, expresó las intenciones federales mantenidas por José de San Martín, Manuel Belgrano y Bernardo de Monteagudo. Luego de acaloradas discusiones, proclamó la declaración de la independencia argentina respecto de España y de toda dominación extranjera.