En lo que fue considerado un claro rechazo popular al fallo de la Corte, organismos de Derechos Humanos y dirigentes de diversa extracciones políticas, se manifestaron ayer en Capital Federal.
Una vez más, como cada vez que la impunidad intentó instalarse desde la democracia, hace 34 años. Sobre el atardecer de ayer, la histórica Plaza de Mayo, reunió a una multitud convocada por las organizaciones defensoras de los derechos humanos que rechazó la nueva forma que por estos días adoptó la impunidad: el “2×1” con el que tres de los cinco integrantes de la Corte Suprema de Justicia beneficiaron a un genocida condenado por delitos de lesa humanidad.
“La sociedad ha reaccionado con firmeza y esto nos llena de esperanza. Necesitamos que los representantes de los tres poderes del Estado tomen el reclamo del pueblo reunido en esta plaza, que cada uno realice las acciones para dar vuelta este fallo antidemocrático y prodictadura”, señaló el documento acordado por los organismos de derechos humanos que esta vez hicieron a un lado diferencias como las que los separan en cada aniversario del 24 de marzo.
La prueba de ello es que el texto fue leído por párrafos por Taty Almeida y Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora), Lita Boitano (Familiares de Detenidos Desaparecidos) y Estela de Carlotto (Abuelas).
“Señores jueces: Nunca Más. Ningún genocida suelto. 30.000 detenidos-desaparecidos. ¡Presentes!”, podía leerse sobre el telón de fondo del espacioso escenario montado a mitad de la Plaza de Mayo, de cara a la ciudad, de espaldas a la Casa Rosada y a Puerto Madero.
Sobre él se ubicaron dirigentes políticos y legisladores cercanos a los organismos, como también sindicalistas de la Corriente Federal y algunos de la CGT, actores y dirigentes sociales. “Le salió (al gobierno) el tiro por la culata”, fue el comentario que hizo a este diario el titular del CELS, Horacio Verbistky.
Producto seguramente de esa búsqueda de consenso, el documento tuvo un sorpresivo tono “apolítico”, entendido ello como que careció de referencia alguna a la responsabilidad que habría tenido el gobierno de Mauricio Macri en la génesis del fallo pro 2×1, algo que desde la oposición se encargaron de marcar durante la última semana. La referencia al Presidente sólo partió desde la multitud con el grito de “Macri, basura, vos sos la dictadura”, que terminó por cerrar el acto.
Reclamos y una queja fuera de libreto
Así, el documento reclamó a la “corporación judicial” que “escuche el reclamo” de la sociedad contra los beneficios a represores de la dictadura y advirtió que no claudicarán con su reclamo “nacional e internacional” contra el “2×1”.
“Los organismos de derechos humanos no estamos solos como en épocas aciagas. Acá está el pueblo, sabio, comprometido y fuerte ante estos embates que nos retrotraen al pasado siniestro y quieren proyectarse al futuro”.
En otro párrafo, Taty Almeida había leído: “Nunca más privilegios a los criminales de lesa humanidad, nunca más terrorismo de Estado, nunca más genocidas sueltos, nunca más el silencio”. Después de que se abucheara con nombre y apellido a los tres jueces pro 2×1, como también a los dos que votaron en disidencia.
Más tarde y ya fuera de texto, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo pidió “libertad a Milagro Sala”. La multitud avaló.
Calculan medio millón de personas
Entre las misiones imposibles de un periodista está la de cuantificar cuántas personas participan de una marcha, sobre todo cuando tienen una magnitud como la de anoche en la Plaza de Mayo, cuando la multitud desbordó el espacio y por lo menos seis o siete cuadras de avenidas y calles que la circundan.
“Cuatrocientos mil”, dijo la locutora media hora antes de iniciarse el acto, que al finalizar redondeó en medio millón. Sea como sea, poder retirarse a pie del lugar demandó casi media hora.
El momento culminante fue cuando al final cada uno de los presentes levantó y extendió con sus dos manos los pañuelos blancos que portaban. “En representación de los 30 mil detenidos-desaparecidos”, habilitó Taty Almeida.
Fuente: Los Andes por Horacio Serafini