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Alerta por las exportaciones

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Por el aumento en los costos internos la Argentina pierde competitividad. Hubo una fuerte caída en las exportaciones de vinos de menos de 18 dólares la caja. Subieron las de vinos a granel. Otros temas que inquietan son la posibles escasez de agua y el costo de la energía, en Mendoza se escuchan planteos entre los regantes aguas arriba y aguas abajo del río Tunuyán.

Los números dados a conocer por la consultora Caucasia son elocuentes: en el período enero-marzo (las variaciones son muy pocas en abril) las exportaciones de vinos embotellados de menos de 18 dólares la caja cayeron un 47,3 por ciento y el total de los vinos fraccionados cayó un 3,4 por ciento. También destaca que la salida al exterior de tetra brik cayó un 34,5 por ciento, mientras el vino a granel creció en las salidas un 80,5 por ciento.

Las reacciones no se hicieron esperar. “Lo lógico es que un país comience exportando vinos a granel y después pase a los vinos embotellados y no al revés, como está sucediendo”, dijo Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina.

“Es un tema más que preocupante, porque esto ya le pasó a Australia”, señaló por su parte Sergio Villanueva, de la Unión Vitivinícola Argentina; “Observamos con alarma la caída en los volúmenes de exportación, principalmente en la franja de precios de 20 a 25 dólares”, dijo  Javier Palau, titular del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, durante su discurso en el almuerzo de Fin de Cosecha y la preocupación también alcanza a otras provincias.

En ese sentido, Roberto Mantovani, gerente de la Cooperativa La Riojana, destacó que a las bodegas se les hace cada vez más difícil exportar y competir.

Este último es, precisamente, el centro de la discusión, porque se han incrementado los costos internos y, con un dólar planchado se pierde competitividad. Algunos plantean la necesidad de que se dispongan políticas activas para detener el proceso inflacionario interno o adecuar el tipo de cambio, mientras otros sostienen que, ante la imposibilidad de que se modifique la política cambiaria se adopten otras medidas más cercanas a reducir el porcentaje de retención por las exportaciones o a la posibilidad de un dólar referencial, aunque este último aspecto sería más difícil de obtener.

De todos modos, serán temas que se le plantearán al ministro de Agricultura y Ganadería, Julián Domínguez, durante una reunión que las Cámara de la Mediana Empresa mantendrán con el funcionario el 6 de julio.

Agua y Energía

Otros temas que inquietan son la posibles escasez de agua y el costo de la energía. Se trata de dos temas preponderantes, porque tienen que ver con los costos de la industria.
En San Juan la discusión por el agua ya se planteó y los dirigentes pidieron una reunión con el gobernador, mientras en Mendoza ya se están escuchando planteos entre los regantes aguas arriba y aguas abajo del río Tunuyán. “El del agua va a ser un tema muy importante en el crecimiento vitivinícola y en las futuras nuevas inversiones”, dijo un dirigente, quien agregó que “se está convirtiendo en un limitante natural a la producción”.

El otro aspecto, el de la energía, tampoco es menor y es un inconveniente que han encontrado algunas empresas cuando han tenido que recuperar los niveles de producción. Sucede que en 2005, cuando había restricciones energéticas, se fijó una especie de tarifa base y quien la superara, pasaba a pagar la denominada “energía plus”.

En ese marco, muchas empresas tuvieron en 2005 producciones restringidas y consumieron poca energía y ahora se encuentran con un costo exorbitante cuando la necesita. Un problema que también afecta a aquellas bodegas que incorporaron tecnología entre 2005 y la actualidad.

Se supo que habrá un planteo ante la Secretaría de Energía de la Nación para reestablecer las bases con las que se fijaron los valores de 2005, porque ahora también la energía influye sobre los costos finales.

El tema final del comentario para el almuerzo del fin de cosecha que se realizó en la zona Este. Hubo coincidencias plenas en los planteos realizados sobre el mercado interno, la mano de obra disponible para la cosecha y la erradicación del trabajo infantil (“la sola presencia de un niño en la viña, acompañando a sus padres no puede ser entendida como presunción de trabajo infantil”, se indicó); los programas de calidad, la integración de los pequeños productores y la inseguridad en las zonas rurales, entre otros aspectos.

Fuente: Diario Los Andes