Con 22 años de edad y un futuro por delante en el deporte, Agustín ha vivido experiencias únicas e irrepetibles viajando por el país representando a Tupungato y a Mendoza. En Corea representó a toda Argentina en los juegos para chicos con capacidades diferentes.
Su casa se ubica en la calle 25 de mayo y Adolfo Calle de Tupungato. Allí Agustín nos recibe junto a su mamá Susana y nos cuentan sobre su experiencia internacional y sobre su trayectoria como deportista.
El joven deportista terminó la escuela hace 4 años. Con 18 años de edad egresó de la escuela “Laura Nadal de Portillo”, pero ya practicaba diferentes disciplinas hace algunos años atrás. “No tiene limitaciones físicas, puede hacer de todo”, afirma Susana.
Antes de viajar a Corea en enero, Agustín tuvo la oportunidad de representar a Tupungato en lugares como Malargüe, San Rafael y San Luis. Participó en competencias de vóley y fue el único referente del departamento.
Al enterarse de la oportunidad de viajar a Corea para representar a la Argentina con los “Juegos Nacionales Evita”, toda su familia se emocionó y alegró mucho. “Tantos años de lucha de alguna manera fueron gratificados con esta oportunidad”, cuenta su madre.
En el viaje asiático, el equipo de vóley del cual formó parte Agustín obtuvo el segundo lugar en el torneo y el país anfitrión se llevó el primer puesto. “La gente era buena conmigo, me trataban bien, conocí muchas canchas de futbol y de vóley. Me gustaron muchos lugares”, relata Agustín mientras cautivado recuerda su experiencia en la que estableció un gran lazo afectivo con la coordinadora de Corea, Ara Jeong.
Todas las actividades de Agustín están relacionadas con el deporte y actualmente está en un periodo de vacaciones. En unas semanas comenzará a entrenar nuevamente y es muy probable que compita en el equipo de bochas como representante de la Municipalidad.
“Lleva una vida normal, tiene muchos amigos que lo vienen a buscar para jugar, no necesita que yo lo esté cuidando de manera especial. Estamos muy orgullosos de él”, concluye Susana y pide de manera gentil ayuda para que Agustín pueda acceder a una vivienda propia para recibir mejores condiciones de educación y vida.