Paula Giglio, tenía 33 años, era licenciada en relaciones públicas y productora de radio. Fue asesinada un 18 de junio a puñaladas en la Municipalidad de San Carlos. Su hermana la recordó con una hermosa carta.
Se había dirigido hacer un trámite y cuando estaba en la caja del edificio municipal para cobrar un cheque, un joven de 24 años la atacó con un cuchillo hasta dejarla sin vida.
Ezequiel Palleres fue el atacante, quien confesó a la justicia que en la noche había recibido un mensaje satánico que debía matar a alguien. Por lo que la víctima había sido elegida al azar.
El asesino de María Paula Giglio consumía varias drogas y había abandonado un tratamiento psiquiátrico. El caso llegó a los medios nacionales y rápidamente las responsabilidades sobre el seguimiento y la contención para este tipo de pacientes llegaron a la esfera más altas del Ministerio de Salud.
Su familia sigue reclamando al Estado leyes para que las personas con este tipo de trastornos no queden amparados por la justicia.
En el cuarto aniversario del asesinato de Paula Giglio, compartimos una carta conmovedora de su hermana Malena .
Es inevitable no escribir sin que mis ojos se llenen de lágrimas. Hay tantos sentimientos, que a veces siento que me sobrepasan. No espero que me entiendan, porque para hacerlo deberían vivirlo y la verdad que no se lo deseo a nadie.
Todos los días me pregunto por qué. ¿Por qué tenemos leyes que nos ponen en peligro? ¿Por qué tenemos que despedir a los que amamos por la corrupción y la inseguridad? ¿Por qué tiene más derechos un criminal que una víctima? ¿por qué externaron tantas veces a tu asesino? ¿por qué tenemos una ley que prioriza que el adicto siga siendo adicto? ¿por qué tenemos que llorar tu ausencia cuando tu muerte era evitable? ¿por qué a nuestros políticos la vida humana solo les significa un voto? ¿por qué a los Derechos Humanos tus derechos no le significan nada? ¿Por qué la sociedad duerme frente a la necesidad de una nueva ley? ¿por qué hay padres y madres que deben ver morir a sus hijos por la droga y que la ley les prohíba salvarlos? Tantas preguntas …
Un año más, tendrías 37 años. Tal vez ya hubieras ingresado al convento o tal vez hubieras decidido formar una familia con tu gran amor: Fede. Tal vez ya tendrías tu casa y hubieras cumplido tu sueño de convertirla en un refugio para los ancianitos que están solos, donde les hubieras dado tu amor y compañía. Tal vez seguirías trabajando en la productora, donde encontraste tu vocación. Tal vez seguirías venciendo nuevos desafíos con esa seguridad de convicción que siempre te movilizó. Tal vez hubieras conocido a tus 5 sobrinos, y tal vez nos hubiéramos podido reunir una vez más los 4. Tal vez hasta hubiéramos podido hacer la gran reunión familiar con nuestra familia del corazón: Pepe y Sandra que nos adoptaron como hijos, y sus hijos como hermanos. Tal vez, sólo tal vez… nos queda imaginar como hubiera seguido tu camino en esta tierra, y frente a tanta injusticia el único consuelo, es la certeza que has trascendido y que desde el cielo intercedes por nosotros.