La parálisis de la obra pública y el desmantelamiento de los créditos para vivienda explican la peor performance del empleo en la construcción desde 2007, cuando comenzó la medición del Ieric. En junio hubo una caída del 14,4 por ciento, equivalente a 61.371 puestos menos.
Los puestos de trabajo en la actividad de la construcción registraron una caída del 14,4 por ciento durante junio. El dato representa la contracción más pronunciada desde 2007, cuando comenzó a realizarse la medición. La dinámica es consecuencia de la parálisis de la obra pública, el desmantelamiento del plan de créditos para la construcción de viviendas Pro.Cre.Ar, el frenazo en la exploración petrolera encabezado por YPF y la baja de la inversión en sectores industriales, entre otras iniciativas públicas y privadas que afectan a la actividad. En términos absolutos, la información publicada por el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC) revela la destrucción de 61.371 empleos formales en relación con el mismo mes del año anterior.
Frente a un relato oficial que desconoce los problemas en el mercado de trabajo generados por el programa económico del Gobierno, la situación en la construcción vuelve a confirmar la existencia de un escenario laboral de tensiones crecientes. Los datos provisorios publicados ayer por el IERIC se montan sobre el salto en los índices de desocupación a nivel nacional y para la Ciudad de Buenos Aires. De acuerdo al informe del instituto bipartito donde confluyen el gremio y la cámara empresaria, la disminución en la cantidad de puestos de trabajo en los municipios del conurbano bonaerense constituye el factor regional más relevante para explicar la caída en lo que va del año. La merma en el volumen de empleo sectorial en este distrito fue equivalente a una tercera parte de la disminución en todo el país.
Los datos del IERIC indican que durante junio la ocupación en la construcción fue de 365.908 puestos registrados. Ese nivel equivale a una reducción mensual del 0,5 por ciento. Con ese registro, el empleo sectorial retomó su tendencia a la contracción que abarca 8 de los últimos 9 meses. A su vez, los autores del informe señalan que el resultado consolidado para el primer semestre exhibe la ocupación promedio más baja de la serie histórica y se ubica un 10,2 por ciento debajo de los niveles de empleo verificados durante el mismo período de 2015. Desde Ieric señalaron que esa evolución está en línea con la profunda merma de los niveles de consumo de cemento, del 14,2 por ciento interanual entre enero y junio.
El Grupo Construya, que reúne a los principales proveedores de insumos para la construcción, ya difundió su indicador para julio, donde da cuenta de la mayor caída interanual de ventas de su historia, superando la marca de diciembre de 2008. A diferencia de otros episodios recesivos recientes cubiertos por la serie del Ieeric, como el experimentado en 2009 por el impacto de la crisis internacional y una fuerte sequía, en la actualidad las tendencias contractivas del empleo provienen con intensidad tanto del sector privado como desde la obra pública. Desde el sindicato, la Uocra, precisaron que 6 de cada 10 empleos en la construcción son generados en el heterogéneo sector privado mientras que los 4 puestos restantes corresponden a la inversión estatal.
Las estimaciones de Ieric ignoran la situación de los trabajadores precarizados, donde la elevada inestabilidad se exacerba en tiempos de crisis. Ese elemento no es menor. A pesar de las mejoras recientes, las investigaciones realizadas desde la OIT por los especialistas Fabio Bertranou y Luis Casanova revelan que la construcción continúa exhibiendo uno de los indicadores de informalidad más elevados solo detrás del trabajo en casas particulares y el empleo rural. Aunque los abusos se extienden sobre todo el universo de obras, los economistas advierten que la situación de vulnerabilidad se magnifica entre los asalariados que se desempeñan en pequeñas unidades productivas informales (por ejemplo, un grupo de albañiles que realiza breves tareas en el domicilio o local de su cliente) donde los niveles de informalidad ascienden al 90 por ciento.
(Fuente: Página 12)