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Diputados reconoció a la tunuyanina Ana Clara Gómez por su ejemplo de vida

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La Cámara de Diputados realizó un acto reconocimiento, por iniciativa de la diputada Beatriz Varela (UCR), con el fin de distinguir a la tunuyanina Ana Clara Gómez, por haber recibido el Premio Nacional a la Voluntad, otorgado por la Junior Chamber International y la Cámara Argentina de Comercio; y al Equipo de Fútbol Godoy Cruz Uniredes por consagrarse Campeón Nacional de Fútbol para Ciegos, que se realizó en la provincia de Buenos Aires.

Ana Clara Gómez es de Tunuyán y tiene 18 años. A los 2 años se le diagnosticó una discapacidad motriz severa. Sin embargo, el apoyo de su familia y su voluntad de aprender le permitieron sortear los obstáculos que le puso la educación formal. Hoy, aunque no puede hablar, estudia Comunicación Social.

La diputada Varela resaltó que el esfuerzo de Ana Clara hace que “hoy sea un ejemplo de vida” y transmita a los demás “que el esfuerzo es lo que permite los logros” y que “si hay alguna discapacidad es la que tenemos nosotros en los corazones y en la mente”.

Ana Clara expresó, utilizando una computadora que reproduce lo que escribe, que “tengo la suerte de ver cómo la sociedad va cambiando su mirada sobre la discapacidad y espero que en un futuro cercano se convierta en una feliz realidad la palabra inclusión”.

En el mismo sentido, la diputada destacó al equipo de fútbol, la importancia de destacar y visibilizar a “los mendocinos que en forma silenciosa hacen la Mendoza de hoy”. A continuación, el capitán del equipo de futbol, Federico Accardi, agradeció a sus compañeros que “son los que permitieron lograr el título” y aseguró que “no tenemos un techo” y que piensan seguir ganando títulos y “representar a Mendoza lo mejor posible”.

Asimismo, resaltó el hecho de que la Cámara Baja haya distinguido al equipo, “es histórico” y hace muy bien a los que trabajan por superarse.

En el mismo sentido, Romeo Fiorentini, DT del campeón nacional, expresó que “en un año conseguimos lo que muchos equipos no han logrado” y es “un orgullo estar con esta gente” que ahora “tiene la oportunidad de jugar mundialmente”.

Participaron del acto la diputada Gladys Sánchez (UCR), la senadora Mariana Caroglio (UCR), el director de deporte de la municipalidad de Godoy Cruz, Fernando Muñoz y el vicerrector del Instituto de Educación Superior 9-015 «Valle de Uco», Rodrigo Pérez Catón.

(Fuente: prensa Cámara de Diputados)

Rompe a diario sus limitaciones físicas (Nota publicada en diario Los Andes el 5- 6- 2015)

Después de haber pasado por más de 30 neurólogos, Aldo y Alejandra dieron con el diagnóstico certero: su hija de 2 años sufría parálisis cerebral con una discapacidad motriz severa. “Esto no tiene cura. Su hija tiene un piso, pero no un techo. No sabemos hasta dónde puede llegar, todo dependerá de la familia y la rehabilitación que haga”, le dijo entonces el médico.

Ana Clara Gómez hoy tiene 18 años y aún no encuentra su techo. Difícilmente lo haga un espíritu tan libre. Todos los días se levanta decidida a dar un paso más. Lo hace confiada en su empeño y el de sus padres y hermanos.

Así, logró egresar de la primaria como escolta; terminó la secundaria entre los 15 mejores promedios -en un colegio multitudinario como el Normal Toribio de Luzuriaga, de Tunuyán- y ahora cursa la tecnicatura en Comunicación Social en el IES 9-015 de La Consulta. 

A muchos les resulta extraño y hasta paradójico que haya elegido esta carrera. Sin embargo, para Ana Clara la comunicación no es sólo un desafío diario, también es un campo en el que aprendió a abrirse camino y al que puede aportar mucho desde su situación. “Quiere profundizar en los medios y canales alternativos de comunicación”, explicó su papá, Aldo Gómez, quien la acompaña mientras cursa en el terciario. 

Aunque terminó de decidir su vocación en la Feria Educativa de fin de año, el interés por la carrera arrancó mucho antes. En la secundaria, armó un proyecto de Ciencias que denominó ‘Mi parálisis cerebral en la escuela común’, donde mostraba sus libros, recursos y técnicas de estudio. “Aunque casi gana la ronda provincial, sentía que la gente aún no la entendía”, acota Aldo. 

Entonces, el segundo año llegó a la Feria de Ciencias con otro proyecto: ‘Los sistemas alternativos y aumentativos de la comunicación’. Tampoco encontró el eco que esperaba y le dijo a su papá: “Debo ir más atrás, estudiaré Comunicación Social”.

 

Creando su voz
Transcurre la clase de Taller de Radio en el anexo del IES 9-015 que está cerca de la plaza. La profe da las consignas y se arma el debate. Ana Clara escucha atenta. Levanta la mano o hace sonidos cuando quiere preguntar o aportar algo.

Entonces, el grupo espera que ella escriba su mensaje en la laptop (gracias a un puntero-lente que le construyó su papá) y un sintetizador hace el resto. La pregunta de Ana es emitida con otra voz como soporte, pero con su total autoría.

Así, mientras que sus compañeros se prueban como locutores, ella ‘cocina’ gacetillas o arma los separadores de los distintos programas que tiene la radio del IES. “Es muy creativa y le gusta participar mucho. Al final de cada microprograma hace un comentario”, dice Silvina Rossi, docente y fonoaudióloga. 

Aunque enseguida le abrieron las puertas de la institución, la integración de Ana Clara implica un desafío para el terciario de La Consulta. Reciben alumnos con otras discapacidades pero es la primera vez que trabajan con este tipo de patología.

La inclusión es uno de nuestros objetivos y tenemos un equipo de especialistas que se ocupa de acompañar estos casos. Pero es un aprendizaje para todos”, admite el vicerrector de la institución, Mauricio Garófoli. 

 

Abrirse camino
“Ella siempre tiene voluntad de hacer cosas. No puede estar quieta, siempre está inventando algo”, cuenta el papá. Este empuje -que sin lugar a dudas heredó de sus padres- es el que la llevó a no claudicar ante los numerosos escollos que ha ido encontrando en el camino. 

Derechos simples que tienen los niños, como el de estudiar, para ella han significado una lucha. A fuerza de notas periodísticas, reclamos, discusiones, una insistencia sin fin y hasta de juicios, su familia consiguió los docentes de apoyo, adaptaciones edilicias y didácticas, transportes y demás recursos básicos que necesitaba Ana para estudiar. Pero no fue fácil y muchas veces terminaron resignados. 

Hay escuelas que no están preparadas, pero el sistema educativo en general todavía no está listo para la inclusión. Usted no sabe lo que pasamos las familias con chicos con discapacidad y si el chico no tiene padres que lo acompañen, está perdido”, dice Aldo en una crítica fundada contra las obras sociales y la educación pública. 

Quizá toda esta lucha esté quedando registrada en la autobiografía que Ana Clara escribe desde hace dos años y por recomendación de su terapista ocupacional. “Es un misterio. Nadie en la familia sabe lo que ha escrito, respetamos su intimidad hasta que se haga público”, se ríe su padre. 

 

Un caso ejemplificador

No se sabe si fue gestacional o producto de una hipoxia que sufrió al nacer, pero Ana Clara quedó con una parálisis cerebral que le afectó la motricidad y el habla. Desde que su familia recibió un diagnóstico certero, a los 2 años, no han parado de viajar a Mendoza para realizar las terapias necesarias.

La estimulación ha dado grandes resultados en Ana. Empezó la secundaria caminando con un andador, “pero una situación conflictiva en la escuela le afectó psicológicamente y volvió a la silla de ruedas”. 

Al principio hablaba señalando las letras en un abecedario pegado en un cartón, pero ella sola descubrió los aportes de las nuevas tecnologías. “Un día todos estábamos muy ocupados para atenderla, entonces agarró el celular y apretó las letras con la nariz y envió el mensaje con voz a su mamá. Después diseñamos el método actual, con el puntero”, cuenta el papá.

La joven de Tunuyán es la mayor de dos hermanos: Lucas (16) y Juan Bautista (3). Alejandra y Aldo, sus papás, han renunciado con alegría a proyectos y horas personales por acompañarla en sus proyectos. “A mi familia se le hace difícil a veces la tarea. Mamá, papá y mis hermanos son unos grandes compañeros”, dice Ana.

(Gisela Manoni- diario Los Andes)

4 comentarios

  1. Alejandra y Aldo los mejores padres que existen! Siempre acompañando a Clara en todo. Dios los siga bendiciendo

  2. Casi que hasta me avergüenzo de situaciones que vemos a diario donde falta la voluntad,la meta el proyecto…Deseo que los jóvenes que hoy están tan poco entusiasmados puedan leer e internalizar el caso de esta joven y que se contagian de este espíritu maravilloso…

  3. Bravo Clarita genia total !!!!! Soy testigo que a través de su abuelo , a quien se le cae las babas por esa nieta, todo lo que la familia a logrado , y la voluntad incansable de Clarita !!! Felicitaciones .

  4. Realmente la felicito!!Después de leer este tipo de notas y análisis de la realidad, me convenzo cada día más que las imposibilidades están en nuestro interior,en la falta de voluntad y acompañamiento, no existen barreras para quien quiera franquear obstáculos y se lo proponga. Felicito a la familia

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