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Sin pies ni manos, hizo cumbre en el Aconcagua

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Kyle Maynard, estadounidense de 29 años, se convirtió en el primer hombre cuádruple amputado en llegar a la cima más alta de América. Un ejemplo de superación.

No hay excusas, nada es imposible. Esa es la visión de vida que llevó a Kyle Maynard, estadounidense de 29 años, a convertirse en el primer hombre cuádruple amputado, es decir sin pies ni manos, que logró llegar al pico más alto del continente, el Aconcagua.

Escalar y hacer cumbre allí no es una aventura sencilla ni para el más experimentado andinista. Hacerlo con las dificultades que representa no tener la parte inferior de los brazos y las piernas es una verdadera proeza.

El domingo por la tarde, luego de 14 días de altura (el doble de lo que lleva una expedición normal) desde que partieron de Plaza Argentina a 4.200 metros sobre el nivel del mar, Kyle cumplió uno de sus más grandes sueños que fue, según él, «sentarse en el techo de América del Sur».

Kyle logró entrar en la historia acompañado por su amigo personal y líder de la expedición Kevin Cherilla, de la K2 Adventures Foundation, sumado al elemental apoyo de los dos guías locale,s Guillermo Fuentes y Nanika Stahringer.

Fuentes, de 39 años y con diez de experiencia como guía, expresó emocionado: «Es algo fuera de lo común, hermoso. Fue uno de los laburos más complicados de mi vida pero el más gratificante sin dudas».

En conjunto decidieron encarar la travesía por la ruta 360, que comienza en Plaza Argentina, con un plan diferente al habitual, ya que tuvieron que hacer campamentos intermedios.

Aparte de los elementos de seguridad, como cuerdas, arneses o cascos, para esta ocasión también llevaron una mochila carguero con la que, en caso de que se llegara a complicar, servía para fijarlo a sus espaldas y emprender el regreso. Además, llevaron una camilla plegable y oxígeno por si suscitaba algún problema.

«Así y todo, es una persona muy consciente, sabía que teníamos nuestras chances de poder o no hacer cumbre. Tampoco es una persona que iba a poner en riesgo su vida o la de los demás, al contrario», continuó Fuentes.

Una vez que el objetivo se cumplió y Kyle se convirtió en una leyenda, llegó el momento del regreso, en el que participó un helicóptero que lo trasladó desde Plaza de Mulas hasta Horcones, ya que no tenía sentido realizar la caminata de bajada completa.

«Realmente fue una experiencia que nos ha enseñado mucho, que la discapacidad no tiene que ver con el aspecto y con lo que a uno le falta, sino más que nada con lo mental. Puede haber muchas discapacidades mentales y espirituales, pero no físicas», concluyó el guía.

Una historia de vida ejemplar

Kyle Maynard nació el 24 de marzo de 1986 con una malformación genética llamada amputación congénita, es decir, con ambas piernas amputadas por encima de las rodillas y los dos brazos arriba de los codos.

Su historia es una superación constante, que comenzó desde el momento en que su padre le dijo que él debía ser quien se adaptara al mundo, porque el mundo no iba a resolver sus necesidades.

En 2004, mientras asistía a la universidad, escribió un libro llamado No excuses (Sin excusas), donde cuenta su manera de afrontar la vida para superarse diariamente, que se convirtió en un éxito de ventas del New York Times.

Años más tarde obtuvo la certificación como instructor de CrossFit y en 2008 abrió su primer gimnasio de la especialidad, al que decidió ponerle el mismo nombre que a su libro.

A principios de 2012, Kyle comenzó una expedición que duraría diez días hasta hacer cumbre en la montaña Kilimanjaro, la más alta de África, con 5.994 metros, una previa de lo que sería su gran desafío en el Aconcagua.

(Fuente: Diario Uno)