El ministro de Energía, Juan José Aranguren, dijo que se hará para «recuperar la calidad del servicio» y «atraer la inversión» a fin de disminuir importaciones. Aseguró, además, que «los sectores vulnerables» mantendrán el beneficio. No se refirió a los subsidios a las empresas, los que podrían sostenerse por un tiempo. El impacto de la medida en las tarifas domiciliarias.
El gobierno nacional pondrá en marcha desde enero próximo un plan de reducción de subsidios a los consumos domiciliarios de gas y electricidad, anunció ayer el ministro de Energía, Juan José Aranguren, durante el almuerzo de celebración por el Día del Petróleo, realizado en un hotel porteño.
Aranguren anunció ante una nutrida concurrencia de hombres de negocios del sector que el gobierno nacional pondrá en marcha «un proceso de modificación gradual de los subsidios a las tarifas de los servicios eléctricos y de gas natural», al tiempo que precisó que los «sectores más vulnerables» de la sociedad seguirán contando con este tipo de beneficio.
«Implementaremos un proceso de modificación gradual del esquema de subsidios a la oferta de energía eléctrica y producción de gas natural con el objetivo principal de recuperar la calidad del servicio eléctrico y atraer la inversión de forma tal que se disminuya la dependencia importadora de gas», explicó Aranguren.
El funcionario señaló que en ese proceso «se mantendrán los subsidios a la demanda de los sectores más vulnerables de la sociedad», para lo cual se implementará un programa específico tanto para los servicios de energía eléctrica como para los del gas natural.
El ministro, que fuera titular de la petrolera Shell hasta julio pasado, no abundó en detalles sobre la faz operativa de sus anuncios. No obstante, trascendió ayer que las autoridades nacionales ya están cruzando información de distintas fuentes oficiales, como la AFIP y la Seguridad Social, además de datos sobre los consumos energéticos, de forma tal de «lograr una radiografía» del usuario, según señaló ayer una fuente oficial.
En el caso de los «sectores vulnerables» de la sociedad, se buscará adoptar un criterio que ya había adelantado años atrás el kirchnerismo, en el sentido de que los beneficiarios del programa AUH podrían gozar de tarifas subsidiadas plenas. En cambio, se discute si los jubilados que cobran la mínima y los pensionados también tendrían el mismo beneficio.
Respecto del plan de quita de subsidios al consumo energético, se sabe que en el caso de la electricidad estará enfocado sobre los consumidores de la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires que viven en las zonas concesionadas a las distribuidoras Edesur y Edenor. Los subsidios son más fuertes en este territorio que en el resto del país.
El antecedente inmediato es el intento trunco de reducción de subsidios que implementó el kirchnerismo en 2012 y que alcanzó a unos 300 mil usuarios residenciales de una cantidad de barrios porteños y bonaerenses, además de una cantidad de empresas comerciales, financieras e industriales.
Con todo, los subsidios siguen vigentes para la producción y el comercio. Este diario publicó que una quita de los subsidios a las empresas derivaría, en un contexto gubernamental que asegura que los precios se regulan por la libre concurrencia de la oferta y la demanda, en una suba inmediata de los productos y servicios que prestan.
Aranguren no se manifestó ayer sobre los subsidios a las empresas. No aclaró qué pasará con ellos.
Es decir, los particulares sufrirán un primer golpe a su bolsillo por la quita de subsidios directos. Luego, se podría agregar un segundo golpe por la quita de los subsidios a las empresas. El tercer golpe, la suba de los precios del gas y la electricidad, también está en carpeta. El gobierno evalúa el ‘timing’ con el que aplicará estas medidas.
Fuente: infonews.com