La ruptura de dos diques con residuos mineros provocó un torrente de lodo tóxico que arrasó con un poblado en el este del país. Los socorristas avanzan en la búsqueda de desaparecidos.
Un torrente de lodo y residuos minerales sepultó un poblado entero en el sureste de Brasil, donde decenas de socorristas rescataron a 500 personas tras una tragedia que según bomberos ha dejado al menos 17 muertos.
Bento Rodrigues, un poblado de 620 personas en el estado de Minas Gerais, quedó completamente bañado en un barro ocre mezclado con desechos minerales al recibir el impacto de una gigantesca ola de lodo que arrastró camiones, coches y hogares y cubría hasta los tejados de las casas, según un fotógrafo de la AFP en el lugar.
Quinientas personas han sido rescatadas hasta ahora y descontaminadas con baños de agua y jabón para librarse de residuos del mineral de hierro y otros minerales mezclados con el barro, informaron los bomberos.
El accidente tuvo lugar la tarde del jueves, cuando reventó un dique y luego otro y un tsunami de desechos mineros recorrió velozmente cientos de metros hasta desembocar en Bento Rodrigues, a 23 km de Mariana y a unos 140 km al sureste de Belo Horizonte, capital del estado.
«Un ruido horrible»
«Estábamos allí, hubo un ruido horrible y vimos cómo el barro se acercaba. Es un milagro que estemos con vida», dice a la AFP con lágrimas en los ojos Valeria de Souza, de 20 años, al llegar en un autobús al gimnasio de Mariana, donde se refugian unos 150 sobrevivientes.
«Salimos corriendo», añade esta joven morena, que carga un bebé en brazos y está acompañada por otros siete familiares de ojos enrojecidos.
El sindicato de trabajadores mineros de Mariana ha indicado que el barro es tóxico, pero Samarco, la minera propietaria de los diques, afirmó que los desechos son «inertes» y «no presentan ningún elemento químico que sea dañino para la salud».
Las acciones del gigante minero brasileño Vale y el grupo australiano BHP Billiton, propietarios a partes iguales de Samarco, caían en las bolsas de Sao Paulo y Londres.
«La noche del jueves había 17 muertos pero se han encontrado otros cuerpos. Debido a las familias, que no están todas al tanto, no damos aún un nuevo balance. Habrá que esperar un poco», dijo el viernes a la AFP el comandante de bomberos de la ciudad de Mariana, Adao Severino Junior.
Este jefe de bomberos había informado ya el jueves en la noche de un saldo de 17 muertos, posiblemente 40 desaparecidos y más de 50 heridos.
«No hay ninguna posibilidad de sobrevivir bajo ese material», señaló Severino.
«Un filme de terror»
«Vivimos un filme de terror. Las personas comenzaron a correr, gritaban que se acababa el mundo y el agua venía de todos lados», contó una sobreviviente que no quiso identificarse al portal G1 de Globo.
El saldo de víctimas es muy preliminar porque es muy difícil acceder a las zonas inundadas de barro.
«La información precisa de muertes es de una persona que tuvo un ataque cardíaco. Existen sí 14 personas que estaban trabajando en la región del accidente que están desaparecidas», informó a la AFP Duarte Junior, alcalde de Mariana.
El barro se ha trasladado a lo largo de kilómetros y llegó a otros distritos más lejanos, como Paraquetí, que «fue muy afectado», añadió.
La población de Mariana donó de inmediato docenas de colchones, mucha ropa, agua mineral y alimentos no perecederos para atender a los refugiados en el gimnasio municipal.
Daños ambientales
«Movilizamos todos, absolutamente todos los esfuerzos necesarios para priorizar la atención y la integridad de las personas que estaban trabajando en el local o que residen próximo a los diques», dijo el jueves de noche el presidente de Samarco, Ricardo Vescovi, en un video publicado en Youtube.
«Tampoco estamos midiendo esfuerzos para la contención de daños ambientales», precisó, sin dar información sobre las víctimas.
«El daño ambiental es enorme» en la región inundada, dijo a la AFP uno de los fiscales del área ambiental que investiga el desastre, Carlos Ferreira Pinto.
Aún se desconoce qué provocó la ruptura de los diques. Expertos del Centro de Sismología de la Universidad de Sao Paulo confirmaron que antes del accidente hubo en la zona cuatro pequeños temblores de tierra, habituales en Brasil y en general imperceptibles para el ser humano. Pero aclararon que sería muy difícil que temblores tan insignificantes provoquen la ruptura de un dique.
El estado de Minas Gerais es el corazón minero de Brasil desde el siglo XVI. La explotación de oro, que le dio su riqueza inicial, fue reemplazada luego por la extracción del mineral de hierro y otros minerales y piedras semipreciosas.
(Fuente: www.semana.com)