Nélida Díaz, o “Chiqui” como muchos la conocían en su departamento, fue atropellada por un automovilista que se dio a la fuga, el sábado 7 de marzo. Había salido temprano de su casa para dirigirse a la panadería donde trabajaba y encontró la muerte en la esquina de la calle 25 de Noviembre y Belgrano, de Tunuyán. La mujer de 44 años falleció a las pocas horas y el conductor responsable del hecho no la asistió y se dio a la fuga. El Ministerio de Seguridad de la provincia ofrece una recompensa de 20 mil pesos a quien aporte datos precisos a la investigación del caso.
Desde el fatídico hecho, sus hijos, su familia y amigos, han realizado varias marchas en Tunuyán para pedir justicia por Nélida. Ahora, se conoció una desgarradora carta, que circula por las redes sociales.
A quien corresponda/ A quien le interese/ A quien tenga la capacidad de pensar en el otro/ A quien entienda de dolor del alma/ A quien nos quiera ayudar/ A quien tenga los mecanismos legales a favor/ A quien asesinó a Chiqui:
El día 07 de marzo de 2015 entre las 5:30 y 06:00 de la mañana alguien transformó la vida de una familia para siempre, alguienatropelló y asesinó a Nélida “Chiqui” Díaz a unos cuantos metros de su casa y se escapó.
Para los que no la conocían les cuento que ella era una mujer hermosa, en todo el sentido de la palabra, madre, esposa, trabajadora, amiga, única e irreemplazable; trabajaba incansablemente para darle lo mejor a sus hijos, para vivir dignamente, para progresar y disfrutar algún día de los logros que obtuviera su familia. Ella pertenece a una familia de luchadores, de buen nombre y que nunca han hecho mal a ningún ser, que jamás han evadido las leyes, que nunca han hecho daño, que trabajan (como lo hacía la Chiqui) y que hoy la lloran a diario.
Ese día sábado salió de su casa hacia el trabajo, sí en ese horario iba a trabajar, y nunca llegó, nunca más sus hijos le volvieron a ver los ojos más hermosos del mundo, nunca más sus hermanos disfrutaron de su alegría, nunca más. También ese día alguien venía en un auto y la atropelló de manera salvaje, alguien le usurpó el brillo, alguien no tuvo la valentía de detener la marcha y auxiliarla para salvarla, alguien ese día se transformó en asesino y cobarde, para siempre.
Lo que pasó después ya saben, pero no se imaginan siquiera una parte del dolor que atraviesa a una familia entera, la impotencia y el desamparo se instalaron, el llanto es materia corriente, un niño no entiende por qué del día de la madre si él no tiene con quién celebrar, una familia revive la pena en cada cosa que para nosotros es cotidiana, la sensación de despojo y la bronca de la INJUSTICIA.
Lo que debería haber sucedido: jueces, fiscales, policía, investigaciones, forenses, especialistas en pericias, etc., trabajando incansablemente para descubrir al ASESINO. Lo que sucedió: una familia caminando las calles, golpeando puertas, buscando información que los acercara a la verdad, realizando marchas para pedir justicia, viviendo sin vivir. Lo que debería estar sucediendo, por lógica, es que haya un mundo de personas movilizadas, realizando investigaciones certeras, agotando instancias hasta encontrar al responsable. Lo que sucede: NADA.
Por eso escribo, porque nadie hace nada, porque a las autoridades no le importan las personas, porque hay un hijo de puta que sigue rondando por las calles, y que mañana podría hacer lo mismo con vos, con un hijo tuyo, con alguien que querés mucho, conmigo. Porque estoy cansado de vivir en un mar de incertidumbres, porque no es noble de ninguna manera burlar la justicia a costa del dolor ajeno, porque si el monstruo que amargó la vida de esta familia tiene (o tuvo) alma, tiene que aparecer, dar la cara, hacerse cargo, terminar con el infierno de la familia de Chiqui.
Así es que les hablo a todos, grandes, chicos, viejos, jóvenes, hombres, mujeres. Ayudemos a esta familia a salir del pozo. Cuando estas cosas pasan uno valora lo que puede tener y extraña lo que ya no tiene, valora, dignifica, enaltece, idolatra, desea, llora y vuelve a pensar, pude ser yo, pudimos ser nosotros, pudo ser mi hermano, mi amigo, mi hijo, mi vieja, cualquiera de nosotros y la única manera de sacarnos estos pensamientos es hacer algo al respecto. Y ojo, no hablo de
Justicia por mano propia, hablo de JUSTICIA POR CHIQUI DÍAZ, y de un movimiento colectivo que nos ayude a encontrar al asesino. Por ello propongo que nos unamos a la familia Díaz en esta lucha, generemos entre la comunidad un lazo que una y de fuerza para que puedan seguir peleándola, y que entre todos hagamos lo que sea necesario para que aparezca el responsable y pague por el delito que cometió para que ya de una vez todos puedan descansar en paz.
Por último te hablo a vos, asesino, monstruo, desalmado, anormal. Si acaso tuviste alguna vez algo de conciencia, recurrí a ella y entregate. Pensá en lo que has provocado en una familia, pensá en los hijos sin madre, pensá en la posibilidad que te perdiste de salvar una vida, pensá en que puede pasarle a tu familia algún día, pensá en que no siempre vas a poder mantener el secreto y hay una familia incansable detrás de la causa, pensá que en esta vida todo se paga, pensá que todos te estamos buscando, pensá que a donde vayas esto va a ir dentro tuyo, tu cabeza nunca te va a dejar olvidar que sos un ASESINO. No se, pensá.
P/D: Por favor compartan, no cuesta nada y puede valer de mucho, que no se quede dormido mi pueblo, profesa un cartel en una marcha y me uno, no nos quedemos dormidos, no naturalicemos las pérdidas, no naturalicemos la tristeza. Salgamos del agujero y busquemos al asesino. Gracias.
Un comentario
Pobre mujer espero que aparezca el responsable y sería bueno que todos nos pongamos en lugar de esta familia a cualquiera nos puede pasar una injuria como esta.
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