El secretario de Comercio destacó la aceptación del plan y aseguró que los empresarios ven con buenos ojos su continuidad más allá del 6 de enero. Los supermercadistas consideran que al menos seguirá durante el verano, mientras la Copal pide libertad de mercado.
“Los consumidores ya se apropiaron del programa Precios Cuidados y los empresarios ven con buenos ojos su continuidad después del 6 de enero”, indicó ayer el secretario de Comercio, Augusto Costa. Desde el sector patronal ven como escenario probable en un gobierno de Daniel Scioli o Sergio Massa la vigencia de Precios Cuidados, al menos por un trimestre más. En la búsqueda de señales, los supermercadistas se reunieron días atrás con Mario Blejer, asesor económico de Scioli, quien les dijo que la Secretaría de Comercio en un gobierno sciolista mantendría algunos de los programas actuales aunque en líneas generales reduciría su peso en la gestión de la economía nacional. En el caso de Mauricio Macri, la continuidad de Precios Cuidados sería bastante más dudosa. Desde Copal, que nuclea a las alimenticias, prefieren libertad de mercado.
Anteayer se anunció la última revisión trimestral del año, la octava etapa desde el lanzamiento de Precios Cuidados, a comienzos de 2014. La lista pasó de 506 a 512 productos, con una suba promedio de 2,5 por ciento. Con ese alza, el aumento durante 2015 de los precios dentro del acuerdo llegará a fin de año a un 11,9 por ciento, el mismo aumento promedio que rigió para 2014. En cambio, la inflación el año pasado fue de 31,6 por ciento y entre enero y septiembre llega a un 16,3, según la consultora de Miguel Bein.
Es decir que el plan ofrece productos más baratos. El consumidor bien lo sabe, por eso las ventas de los artículos del acuerdo crecieron en este tiempo a tasas de dos dígitos. “El programa se ganó la buena expectativa. Tiene un volumen de ventas altísimo. Y el principal fantasma, vinculado al abastecimiento de los productos y las multas, se estabilizó y no hay mayores problemas. Hay categorías críticas, desde siempre, como aceite, azúcar y yerba. Pero en general funciona y todo el mundo acepta que va a seguir al menos un trimestre más”, comentó a este diario el representante de una de las cadenas de supermercados más importantes del país.
La visión de las empresas alimenticias nucleadas en Copal es diferente. “En general es preferible una libertad de mercado más amplia. Puede haber políticas de carácter voluntario –como el acuerdo de Precios Cuidados– pero no puede ser de manera permanente. En el marco de su política macroeconómica, el nuevo gobierno definirá sus instrumentos. Por lo pronto, hay un convenio y se va a respetar hasta su vencimiento”, indicó a este diario Daniel Funes de Rioja, titular de la Copal. “En cuanto al impacto del acuerdo de precios sobre las empresas, cada una tiene su situación. No hay una respuesta general”, agregó el dirigente empresario.
“Si gana el Frente para la Victoria, las políticas que viene desarrollando el Gobierno desde hace doce años van a continuar, aunque se ajustarán a las necesidades del momento o la coyuntura, o a lo que el futuro presidente considere mejor para el momento”, dijo ayer Costa.
En la búsqueda de señales, los supermercadistas se reunieron días atrás con Mario Blejer, asesor económico de Scioli. El economista planteó que alguna de las políticas actuales de la Secretaría de Comercio van a continuar, aunque con un nivel mayor de descentralización. Los empresarios esperan que durante el verano al menos el acuerdo de precios se mantenga, para contener las presiones inflacionarias que en general aparecen en ese período, máxime teniendo en cuenta la transición de gobierno.
Más allá de Precios Cuidados, hay otras políticas de Comercio que no son tan visibles pero que han impactado en el sector de consumo masivo, cuya continuidad también es una incógnita. Un ejemplo de ello es el accionar de la Dirección de Lealtad Comercial. Esa oficina realizó este año numerosos controles de diverso tipo en los supermercados. Por ejemplo, vinculados a que el precio que dice la góndola se respete en la línea de cajas, que en verdulería y carnes el peso establecido en la bandejita sea el peso real del producto y que todos los artículos tengan explicitado el precio por peso o unidad, para poder comparar correctamente. También que el stock al que supuestamente está atada cada promoción sea el real, con el control sobre los remitos. Comercio también corroboró varias veces que las características de los productos se correspondan con su descripción. Por ejemplo, obligó a la mayonesa Hellmanns a modificar el valor indicado de calorías y a la cervecería Quilmes a cambiar la etiqueta de su productor “sabor mojito”.