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Con barro, ramas y pasto edificaron un eco hostel en Malargüe

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eco hostel«Las botellas de vidrio y los parabrisas viejos sirven para la iluminación, pero también hacen a la estética».

Desde hace 10.000 años la humanidad utiliza los materiales naturales que tiene a su alcance, principalmente la tierra, para construir sus viviendas. Sólo en los últimos 100 años reemplazó estas materias primas por productos industrializados.

Sin embargo, nuevamente están surgiendo miradas que intentan dar diferentes respuestas a las necesidades humanas básicas, como es el derecho a una vivienda adecuada en un entorno digno.

Desde esta perspectiva, se han vuelto a revalorizar algunos sistemas antiguos a partir de los cuales, aplicando tecnologías contemporáneas, se intenta gestar nuevos espacios habitacionales. Así, uno de los materiales naturales de más antiguo uso, la tierra, resurge como una alternativa sostenible en algunas nuevas corrientes arquitectónicas.

En Malargüe, y a tan sólo 6 kilómetros al sur del centro de la ciudad, en la Colonia Pehuenche, Yony Albino y Gabriela Díaz, desde hace varios años dedicados a la actividad turística, decidieron en el 2006, y gracias a un proyecto presentado por la arquitecta de San Carlos Adriana Saua, realizar en su finca un eco hostel en barro y quincha para sumarlo a su complejo denominado «El Choique hostel internacional».

Arena, arcilla, ramas y palos o tirantes de álamo, caña, restos de centeno, trigo o cebada, parabrisas viejos, botellas de vidrio, fardos de pasto, entre otros materiales que puede brindar la naturaleza o que están a nuestro alcance, fueron los elementos utilizados para la construcción de este hostel, salvo las bases (edificadas en ladrillo) y la cobertura del techo, que es de chapa.

«El Eco hostel nació como un hostel internacional y es miembro de la cadena de más de 6.000 hostel que hay en el mundo. A partir del lugar donde se emplazó, cinco hectáreas de tierra rodeadas de verde y aire puro, nuestra filosofía fue cambiando y pensamos en hacer un eco hostel» explicó Yony Albino.

«De hecho es uno de los primeros eco hostel en la Argentina en sentido integral. Es decir, desde el punto de vista constructivo, utilizamos barro, un material reciclable y no contaminante. También clasificamos los residuos. Todo lo que es orgánico va a los animales, de los animales a las lombrices y con lo que producen las lombrices abonamos la tierra. Trabajamos en el aprovechamiento del agua, estamos estudiando utilizar energías alternativa y a nuestros clientes tratamos de ofrecerle todo casero», agregó.

Tanto Albino como su esposa explicaron que la construcción en barro y quincha tiene que ver con una filosofía y estilo de vida. «Decidimos romper con ese preconcepto de que el barro está asociado a la pobreza, a algo frágil, sucio o que atrae insectos, pero principalmente buscamos integrar la vivienda a la naturaleza, que sus materiales, sus formas y tamaños armonicen con el ambiente.

«Hay que tener en cuenta -agregaron- que todo lo que se utiliza para el barro en la construcción de las paredes, como así en la pintura son ingredientes naturales. Por ejemplo, el barro lleva materia orgánica como avena, trigo, alfalfa, arena y arcilla. El revoque fino lleva arena, arcilla, engrudo cocido, sal y aceite de lino. Y la pintura tiene suero de leche y cal. Todo lo que agregamos depende de la característica y calidad de la arcilla del lugar».

Según los especialistas, en la elaboración del barro, la arcilla actúa como aglomerante, la arena da la estructura y el agregado de fibras (rastrojos de cereal, paja, restos de estopa, coirón, aserrín) u otros elementos (excremento de caballo, suero de leche, agua, aceite de lino) cumplen la propiedad de darle consistencia.

Cabe destacar que el proyecto de esta novedosa construcción fue elaborado teniendo en cuenta los riesgos naturales más relevantes del lugar que la pudieran afectar, como los sismos, viento o nevadas. En zonas donde llueve mucho hay que evitar que el agua caiga directamente sobre las paredes efectuando aleros de techo más largos y zócalos de piedra o ladrillo en la base.

«Es una construcción viva, es decir, las paredes respiran y por eso la ventaja es que en invierno es más cálida y en verano mucho más fresca que una casa de material industrial. Además, es más saludable, ya que se equilibra la humedad de los interiores», comentó Albino.

«Lo lindo que tiene el barro es que lo trabajas con la mejor herramienta que existe, que es la mano. Podés ir esculpiendo la casa a medida que la vas construyendo y dándole la forma que más te guste. Las botellas de vidrio y los parabrisas viejos sirven para la iluminación, pero también son importantes elementos que hacen a la estética de la vivienda», comentó la bióloga y profesora Gabriela Díaz.

Decorar con botellas

En el interior de la vivienda se han utilizado botellas de vidrios de distintos colores para lograr un efecto decorativo luminoso de manera conjunta con el estilo rústico que brindan los palos de la estructura y el techo de caña. También fardos de pasto revestidos en barro actúan como muebles fijos y una estufa rusa calefacciona el lugar.

Aproximadamente dos años les ha llevado a los propietarios de este Eco hostel poder concretar su sueño, pero mucho más fue lo que aprendieron y que hoy pueden transmitir a quienes se muestren interesados en volver a utilizar un material tan noble como el barro. A lo largo de este tiempo, especialistas en construcción natural, como Jorge Belanko hicieron su aporte, así como manos e ideas de amigos, colaboradores, interesados y turistas, principalmente extranjeros.

Independencia, abundancia y disponibilidad local, ductilidad para el modelado, bajo costo de fabricación y transporte, aislante acústico y regulador ambiental, su autorreciclaje y re- utilización son otras de las virtudes que tiene este material por el cual desde siempre el hombre construyó sus casas.

«Cuánta gente vemos que parece estar condenada a no hacer nunca su casa o a vivir en una especie de jaula, cuando simplemente acarreando un poco de barro, un poco de pasto y un poco de excremento de caballo podría hacerse una casa tibia y bonita que además le va a ayudar a tener menos reuma y menos problemas bronquiales», destacó en su visita al lugar Jorge Belanko, quien hace varios años comenzó a investigar y experimentar con materiales y técnicas naturales y hoy lleva realizadas varias obras de este tipo en el sur argentino.

 

 

 

 

Fuente: Los Andes

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