El Poder Ejecutivo de la provincia promulgó la ley mediante la cual se impone el nombre de “Padre Jorge Juan Augusto Contreras” a la Estación Terminal de Ómnibus de Mendoza ubicada en Guaymallén. Dicho nombre rinde homenaje al párroco que nació en San José el 27 de abril de 1925 y dedicó su vida a trabajar con los sectores más desprotegidos de la comunidad.
La norma lleva el número 8.347 y fue aprobada por unanimidad por las cámaras de Diputados y Senadores.
La iniciativa surgió a partir de un proyecto de ley presentado en octubre del 2010 por el diputado Gustavo Arenas del Frente para la Victoria en el que fundamenta que la Terminal debía denominarse como el párroco ya que el mismo nació precisamente en el mismo distrito donde se emplaza ésta.
Es por esto que el nombre rinde homenaje al párroco que nació el 27 de abril de 1925 en San José, el distrito del departamento de Guaymallén donde está la principal estación central de colectivos de la provincia, y falleció el 24 de agosto del 2008 en Godoy Cruz. El desposeído “Cura de los Humildes”, en sus 83 años de vida, fue un ferviente defensor de los derechos humanos y jamás dejó de trabajar con los sectores más desprotegidos de la comunidad.
Asimismo el indomable espíritu de solidaridad que acompañó al padre Contreras toda su vida provocó que su fallecimiento, ocurrido el 24 de agosto del 2008 en Godoy Cruz, dejara una sensación de orfandad colectiva en las comunidades adonde se desempeñó con su afecto natural y su voluntad inagotable.
En este sentido, el diputado Gustavo Arenas se reunirá esta semana con familiares, instituciones y autoridades municipales y provinciales para organizar el evento en el cual se le imponga el nombre de Padre Jorge Contreras a la terminal más importante del Oeste argentino.
Semblanza del párroco
El padre Contreras recibió numerosos reconocimientos públicos incluso después de su fallecimiento. Uno de los más importantes se lo otorgaron el 8 de noviembre del 2007, cuando la Universidad Nacional de Cuyo le entregó el título de “Doctor Honoris Causa” respondiendo a una solicitud de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por iniciativa de los consejeros estudiantiles.
Antes de ordenarse sacerdote, en 1962, se había recibido de profesor de Historia y Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo. Además fue docente secundario y universitario.
En la década del ´80 profundizó su trabajo junto a las comunidades huarpes cuando estuvo a cargo de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Lavalle. De 1987 a 1989 fue director y profesor del Seminario Diocesano de Mendoza. También fue capellán de la Penitenciaría provincial, y desarrolló numerosas actividades en los barrios marginales de la provincia.
Desde 1991 se desempeñó como párroco de la iglesia Virgen Peregrina, en el barrio La Gloria (Godoy Cruz). Con el tiempo se transformó en un referente en la defensa de los derechos humanos, gracias a su inagotable labor junto a los más pobres. En este aspecto, conjugó el trabajo para concretar las obras de servicio que demandaba la realidad de los barrios con la necesidad de ayudar a desarrollar un pensamiento plural en la comunidad.
Historia de vida
Ya desde su infancia, Contreras tomó contacto con los más pobres mientras crecía en Campo Los Andes, Tunuyán.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Normal, donde se recibió de maestro, y posteriormente estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo para egresar con el título de profesor de Geografía e Historia.
En ese mismo claustro desarrolló posteriormente su actividad docente, mientras que también dictaba clases en escuelas secundarias y se destacaba como un firme defensor de los derechos humanos.
Su vocación sacerdotal y su servicio hacia los más humildes debieron esperar hasta 1954, cuando su hermano se recibió de médico y pudo reemplazarlo en el cuidado de su padre ciego (su madre ya había fallecido). Con 29 años ingresó al Seminario Mayor de la Ciudad de Córdoba y se ordenó sacerdote en 1962.
Se desempeñó, entre otros destinos, en la Vicaría San Pablo en Guaymallén. En 1981 fue designado cura de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Lavalle, donde realizó una importante labor social tanto en el pueblo como en el desierto. En esa época acompañó fervientemente los reclamos de reivindicación social, política, económica e histórica del pueblo originario de Mendoza: la milenaria comunidad huarpe.
En 1991 fue destinado al barrio La Gloria en Godoy Cruz, donde, además de hacerse cargo de la parroquia Virgen Peregrina, luchó para conseguir mejores condiciones de vida para sus habitantes. Entre sus aportes deben tenerse en cuenta también los trabajos de promoción de la cultura popular, como apoyar la formación de la conocida murga Los Gloriosos Intocables.
Con 70 años en 1995 fue designado capellán de la Penitenciaría provincial de Mendoza. Allí no sólo apoyó a los internos desde el punto de vista pastoral sino que gestionó constantemente en pos de mejorar las condiciones de vida de éstos.