Tras el resultado electoral del 21 de junio, el peronismo se llamó a silencio para no perjudicar al Frente para la Victoria (FpV) en sus chances de cara a las PASO nacionales del 9 de agosto. Todavía en reposo, el gobernador ensaya ahora explicaciones y argumentos sobre las razones que derivaron para el oficialismo en la pérdida del poder en Mendoza.
El gobernador Francisco Pérez no la pasó bien en el último tiempo. A la derrota del 21 de junio debió sumar la complicación personal de una fractura que lo tuvo alejado de los últimos días de campaña pero también de su rol de mandatario.
Todavía en convalecencia, pero con la idea de retomar la vida normal lo antes posible, dio esta entrevista exclusiva a Los Andes para hacer el postergado análisis de la elección provincial, pero ya se pone el traje de político en campaña y vira su mensaje hacia la elección que viene.
– ¿Qué análisis hace de la derrota del 21 junio?
– El FpV dio todo lo que podía, sacó 40 puntos. La diferencia con (Alfredo) Cornejo fue de 70 mil votos, lo que sacó en Godoy Cruz y Capital. Faltó básicamente un cuarto candidato de centro derecha, que estuvo dentro de la alianza. Más concretamente el PD, que siempre fue a las eleciones provinciales por afuera. Ése fue el acierto estratégico de Cornejo. Pero si compara con otras elecciones provinciales, el FpV acá sacó más porcentaje. De hecho (Adolfo) Bermejo sacó 70 mil votos más de los que yo saqué para gobernador.
– ¿Pero por qué la gente votó a Cornejo?
– Porque se mostró como la oposición. Debe haber sido, en parte, un voto a favor de la esperanza y del radicalismo; en otra parte, un voto de la alianza y de la conveniencia de intereses. Y también el voto opositor.
– ¿Se siente responsable de la derrota?
– Sí, sin dudas. Ocho años de gestión, sobre todo en estos cuatro cuando me tocó gobernar en un esquema de enfriamiento de la economía y con caída del consumo y falta de actividad, se siente en las arcas provinciales, básicamente en la agricultura, uno de los pilares de la economía de Mendoza.
– Hubo personajes del PJ que contribuyeron a la derrota…
– Todos somos responsables, pero esa discusión ha pasado para más adelante, porque estamos a 28 días de la elección presidencial y tenemos un desafío muy fuerte que es que (Daniel) Scioli saque más puntos de los que sacó Bermejo acá. Ésa es nuestra gran contribución a un proyecto de unidad que tiene la fórmula Scioli-Zannini. La discusión y el análisis se verán con el tiempo. Ha habido errores territoriales y desgaste provincial. Ha habido falta de articulación nacional.
– Desdoblar ¿fue un error?
– Es difícil hacer un análisis con el diario del lunes. Creo que no tuvo tanta incidencia. Hoy hay 13 boletas presidenciales. En la mayoría hubiera ido Cornejo como candidato a gobernador, con (margarita) Stolbizer, con (Elisa) Carrió, con (Sergio) Massa, con (Ernesto) Sanz y con (Mauricio) Macri. Creo que a él le ayudó ir con todos unidos. A nosotros nos ayudó en una primera etapa la movilización. Lo que sacamos en las PASO después se consolidó en la general, pero igual no alcanzó.
– ¿No los perjudicó?
– Nosotros lo analizamos y lo decidimos en enero. Lo creíamos también, a partir del desdoblamiento que harían algunos territoriales radicales, como los de La Paz, Rivadavia y Junín. En esos días sonaba fuerte (Julio) Cobos y entendíamos que el desdoblamiento favorecía que él se quedara en lo nacional y no en la provincia.
– El 28 de febrero Ud. fue nominado para diputado nacional, pero situaciones internas cambiaron eso…
– No. Yo tomé la decisión. En el cierre de lista, yo planteé a “Wado” De Pedro, a Aníbal Fernández y a (Carlos) Zannini, que cedía mi lugar en pos de la unidad.
– La lectura que se hizo fue que Ud. quedó relegado.
– Sí, pero fue decisión propia.
– ¿Y por qué no lo aclaró?
– No se dio la oportunidad. Y quizá fue más motivo de una operación política que de otra cuestión. Pero yo lo dije en una mesa donde estaban Guillermo Carmona, Anabel Fernández Sagasti, Emir Félix y Rubén Miranda. Empezó hablando Aníbal Fernández y planteó el escenario y la intención de la Presidenta y yo dije que cedía mi lugar. Ése fue mi aporte sustancial para lograr el apoyo a la fórmula Bermejo-Martínez Palau. También que viniera Scioli, la Presidenta y que se consolidaran esos 40 puntos.
– Casi que no hubo tiempo de hacer duelo…, ¿Cómo se encara una nueva campaña?
– Como lo estamos haciendo. Pequeños actos de militancia en el territorio, movilizando y saliendo a buscar la posibilidad de consolidar los 40 puntos que logró Adolfo y de que haya algunos más a partir de que se empiecen a visualizar las reales alternativas de cada candidato. Scioli y Zannini expresan unidad, coherencia, previsibilidad y la conjunción de un proyecto político, algo que las otras fuerzas no tienen.
No creo que haya unidad, coherencia y conjunción de un proyecto en Massa o (José Manuel) De la Sota. Ni en Macri y Sanz, cuando abajo están dispersos. Creo que Macri ahora apuesta a consolidar al PRO como segunda fuerza nacional o principal fuerza opositora y visualiza más 2019 que esta elección.
– ¿Qué rol tendrá Ud.?
– De colaboración, de articulación. Con Daniel y “Pepe” Scioli estamos en permanente contacto, ayudando desde lo operativo y lo político, para reactivar la masa militante del FpV.
– ¿Se superaron los roces internos?
– No creo que haya habido roces, sí dolores y angustias. A nadie le gusta perder. Y menos en algunos municipios donde el peronismo cuenta con una base de sustentación muy importante. Hoy el desafío es consolidar y ver si se puede crecer. Entre Las Heras y Guaymallén se aportaron 100 mil votos al FpV.
– Pero perdieron…
– Está bien, pero los aportaron. Lo que no podemos hacer es que esos 100 mil votos no estén para Scioli-Zannini.
-¿Cómo ve a Anabel Fernández Sagasti, figura principal en Mendoza?
– La figura principal es Scioli- Zannini. Lo que se elige en las próximas elecciones es el Presidente. Por supuesto, Anabel es la primera candidata a senadora, como el primer candidato a diputado es (Rubén) Miranda. En eso somos todos candidatos y todos tenemos que ayudar a la recuperación rápida de la militancia.
– El frente Cambiemos pondera más a Cobos, que compite con Fernández Sagasti. ¿No hay desigualdad en esa disputa?
– Creo que se les va a dificultar a ellos, porque muestran, como dice Susana Balbo, una “incoherencia superlativa”. Cobos va en Cambiemos, pero no como senador de Lilita Carrió. Es radical, pero no va con Stolbizer. Lleva su propia lista radical a diputado nacional, con (Fernando) Armagnague. Habrá que ver si los radicales votan una lista pura, con Sanz, Cobos y Armagnague o a Macri. O qué hará el elector demócrata.
O el independiente. Me parece que ese 46%, que se concentró en una alianza única que condujo Cornejo, no se dará así en la presidencial. El proceso será inverso a lo que ocurrió en la provincia. Nosotros, que estuvimos dispersos en las PASO, hoy vamos unidos y ellos que fueron unidos, ahora van dispersos.
– Eso puede servir a ustedes.
– Sí porque arrancamos con un piso muy alto y no sabemos cuál va a ser el techo.
– Esta nueva elección ¿es una revancha?
– Es una oportunidad de recuperar la mística y la alegría militante. Creemos también que, en los próximos años, Argentina necesita seguridad jurídica y política, previsibilidad y un proyecto. Con la oferta electoral de hoy, la fórmula más coherente es la de Scioli-Zannini.
Los que tenemos responsabilidad política debemos hacer todo lo que se pueda para que gane. Además tendrá una incidencia fundamental en Mendoza. No es lo mismo este modelo de provincia y de país, para los que entendemos a la asistencia y el servicio como inversión, que para los que lo entienden como gasto público.
Yo al próximo gobernador le dejo iniciada la obra más importante de la historia, Los Blancos, con una inversión de 1.500 millones de dólares, donde Mendoza no pone un solo peso. Todo financiado por la Nación; además tendrá un promedio de entre 1.800 y 2.500 personas trabajando. Me parece que eso, en el haber y en el debe, también tiene que contar.
Adiós al “déficit cero”
Cuando asumió la conducción de la provincia, Francisco Pérez prometió que terminaría su mandato con “déficit cero” en el Presupuesto, algo que finalmente no ocurrirá.
“Esa promesa dijimos que se cumplía en 2016. Nosotros estamos entendiendo que el déficit, para este año, va a ser de entre un 2% y un 4% del Presupuesto”, resaltó el gobernador, quien consideró además que ese porcentaje “para nada es preocupante. Menos en un presupuesto de $ 50 mil millones”.
En ese sentido, enfatizó que “si toma la deuda flotante de proveedores, de Tesorería de la provincia, al 30 de junio del año pasado, era de $ 680 millones y hoy es de $ 720 millones, menos del 10% de incremento, con una inflación de entre el 25% y el 30%”.
En busca de un acuerdo político
En lo referido a la transición, hace una semana, en el despacho del gobernador, hubo otra reunión cumbre entre Cornejo y sus referentes en finanzas y Pérez y parte de su gabinete. El mandatario no sólo confirmó ese encuentro, sino que también aseguró que se avanza en un acuerdo.
“Lo que estamos conversando es sancionar un presupuesto 2015 que refleje el estado de situación de la provincia, ya con la paritaria finalizada. Después, en base a eso, discutir una ley de endeudamiento, que en parte sirva para cerrar el año, pagar $ 700 millones a proveedores y $ 200 millones a municipios y que otra parte sirva para 2016”, dijo el mandatario.
– Se habla de que irán 2 mil millones para este año y 2 mil para el que viene. ¿Es así?
– No estamos hablando de números, sí de cuatro ejes: el Presupuesto 2015, que se podría tratar después del receso legislativa; una ley de endeudamiento; encuentros en noviembre para el Presupuesto 2016 y, en paralelo, a esos tres grandes temas, la renegociación con el Banco Nación.
De todos modos, y más allá de las coincidencias, el gobernador, tal vez urgido por el nuevo contexto electoral, sigue marcando las diferencias, sobre todo conceptuales. “Lo que nosotros entendemos como inversión, como la asistencia y los servicios, Cornejo o Macri lo entienden como gasto público”, dijo en reiteradas ocasiones de la entrevista.
De todos modos prefirió no polemizar, “porque se está en la transición”, aunque no dudó en asegurar: “Acá no está en juego cómo termina el gobierno de Pérez ni cómo empieza el de Cornejo. Acá está en juego la Provincia y los mendocinos. Si yo termino bien y él lo empieza así, a la provincia le irá mucho mejor. Eso es lo que espera casi el 100% de los mendocinos. Tengamos en cuenta que a ellos los votaron, 4,5 de cada 10 mendocinos y a nosotros 4 de cada 10. Hay un margen muy pequeño y a mí me van a exigir que controle y reconozca mis errores. Y a él, que cumpla con lo que prometió”.
Fuente: diario Los Andes