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Hay un lugar donde funciona ese entrañable Club de barrio

Escuela de fútbol Club Unión de Vista Flores
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Escuela de fútbol Club Unión de Vista Flores
Escuela de fútbol Club Unión de Vista Flores

Es un lugar donde conviven decenas de deportistas y más de cien niños de todas las edades. Es en el club Unión de Vista Flores. Y es que la institución comienza a crecer, con la fuerza de la juventud junto a la experiencia de quienes están allí hace más de treinta años.

Y es que la pelota -y no sólo la de fútbol- está más que en movimiento en el club Unión de Vista Flores. Una combinación exitosa de experiencia y juventud que en tan solo meses ya muestra resultados en la institución. El club Unión de Vista Flores hoy es conducido por un grupo de jóvenes, que se iniciaron en el club y se desarrollaron como personas, y éstos a la vez son acompañados por referentes de la institución de toda la vida.

Varias obras se han llevado adelante en tan solo un poco más de cinco meses de gestión. Cuando se ingresa al predio principal del club se pueden observar los nuevos camarines, la conexión de agua potable, y diversos trabajos y proyectos tendientes a mejorar la institución, llevados adelante por la Comisión Directiva pero con la colaboración de los vecinos y del municipio de Tunuyàn.

Pero mejor aún son las proyecciones que motivan a los miembros, y los servicios que presta el club a la comunidad. Además de la tradicional cancha de fútbol –la cual es una de las pocas en todo el Valle de Uco con piso y césped impecable- también poseen una cancha de hockey, una cancha de bochas, una escuela de futbol y de hockey, y una escuelita de fútbol pre infantil. Estas son las principales actividades que nutren a la institución y generan que nunca las paredes y la cancha de este club se queden solas e inertes.

El Club Unión de Vista Flores se ha transformado en más que un lugar físico. Alrededor de 150 chicos concurren a la escuela de futbol infantil dirigida por Anchi Blas, entrenador que desde el año 1986  recibe a pequeños futbolistas. “Nosotros acá usamos el fútbol para educar”, dice Anchi, expresando la alegría de haber contado con  cientos y cientos de chicos que desde hace más de 25 años pasan por las instalaciones del Club Unión.

En Vista Flores, funciona esta institución deportiva que siempre entendió que tener inferiores es la base de un club de fútbol, comprendiendo con el pasar de los años que esa es la función de la institución: educar y contener a los pequeños deportistas, más allá de observar las aptitudes que cada uno tenga. Por ello, de lunes a sábado, de tarde y de mañana, pasan por allí los chicos integrados en la escuela de fútbol infantil y fútbol pre infantil para niños entre 4 y 6 años.

Pero además este lugar opera como escenario de intercambios de otros proyectos grupales, entre lo que resalta la reciente formación de la escuela de hockey y la cancha propia de hockey, con grupos de todas las edades.

Lucas, un joven integrante de la comisión y que es parte del club desde los 5 años de edad (hoy con 28 años), dejó por unos minutos su consultorio de kinesiología, para mostrarnos lo mucho que han logrado en tan solo meses de gestión. Junto a Eduardo, otro joven integrante de la comisión, recorrimos los vestuarios para observar las reformas. Amplios, cómodos, con pintura y techo nuevo, y con todo lo necesitan los jugadores.

camarines club union 3CAMARINES UNION“Esto lo hicimos gracias a los vecinos. Pusimos una lista de materiales que necesitábamos en una ferretería local, y la gente fue comprándonos los materiales. Luego las reformas las hicimos con toda la comisión”, manifiesta orgulloso Lucas, quien agrega que también han tenido “una inmensa ayuda de la municipalidad de Tunuyán con subsidios entregados, y la colaboración permanente en todo lo que necesitemos”. Además, la cooperativa del agua de Vista Flores donó la conexión de agua potable, algo muy necesario para el funcionamiento diario. Y entre los proyectos que  comienzan a observarse en ejecución, está una obra para mayor iluminación de la cancha -para así poder utilizarla de noche más cómodamente- y la red de cloacas.

Aquí funciona ese entrañable club de barrio. Ese lugar donde se forjan amistades, conviven, intercambian, y se divierten decenas de jóvenes deportistas, algunos que llegarán a las grandes ligas, otros que sólo usan el deporte como un escape, una diversión, una excusa para hacer amigos. Y que con el pasar de los años llegarán para jugarse un partido y comer un asado. O entrenar en alguna categoría y luego ir por una gaseosa.

Aquí en esta institución aún se siente ese espíritu. Sus miembros, de antes y ahora, han sabido conservar ese lugar simbólico que desplegaron desde siempre sus integrantes, y hoy le dan su impronta a una nueva estructura a la que valoran, quieren y respetan.