Así lo dispuso en la tarde de ayer la Séptima Cámara del Crimen, que calificó al hecho como homicidio simple. El veredicto marcó una postura intermedia entre la prisión perpetua que había pedido la fiscal de cámara, Susana García, por considerarlo un hecho agravado por alevosía y la absolución por legítima defensa o los seis meses de cárcel por actuar bajo estado de emoción violenta que reclamaba el abogado defensor, Alfredo Guevara.
Ni lo uno ni lo otro. Las magistradas María Belén Salido, Gabriela Urciuolo y Mónica Araujo escucharon el miércoles los alegatos el miércoles y ayer se inclinaron por el homicidio simple, con diez años y ocho meses de prisión para José Luis Rojas, quien recibió el fallo con la misma calma que había demostrado a lo largo del juicio.
Desde el principio, la familia Rojas se inclinó a favor de su hijo José Luis, pues destacaron en varias oportunidades el perfil intemperante y violento que tenía la víctima.
En realidad, lo que ocurrió aquella mañana de domingo en el patio de la casa paterna fue el desenlace fatal de años de rencillas y agravios que comenzaron por problemas de negocios.
Quien actuó de querellante en este juicio fue la esposa del hermano asesinado, Gladys Bascuñán. Aunque esperaba una sanción mayor, la mujer se mostró conforme con la sentencia y todo indica que no buscará apelar lo decidido por el tribunal.
Su preocupación es que vive muy cerca de la familia de su esposo y el hecho de que el condenado permaneciera con prisión domiciliaria no la dejaba tranquila. Más aún cuando existen varias denuncias cruzadas por amenazas y daños entre ambas partes.
Al parecer, la Cámara no encontró solvencia para sostener la carátula de homicidio agravado por alevosía. El informe balístico había señalado que uno de los tiros había sido a quemarropa. A lo largo del juicio, que arrancó el 21 de setiembre, la defensa pidió ampliar las pericias, pero nuevos análisis psiquiátricos ratificaron que José Luis no actuó bajo estado de emoción violenta aquel día.
(Fuente: Diario Los Andes)