Un 2 de marzo del año 1812, el Triunvirato aprueba el uso de la escarapela azul celeste y blanca, estableciéndola no sólo como un distintivo militar, como lo había propuesto Belgrano, sino con el aditamento nacional pudiendo usarla “cualquier paisano como distinción de nuestro sistema”. La Escarapela de la Argentina es uno de los símbolos nacionales del país. El origen de los colores de la escarapela y las razones por las que fueron elegidos para simbolizar a la Patria no pueden establecerse con precisión. La teoría más aceptada por los historiadores en la actualidad es que tomó sus colores del emblema de la Casa Real de Borbón.
La primera fecha aproximada del uso de los actuales colores patrios argentinos es la del 19 de mayo de 1810, ocasión en la que fueron utilizados por un grupo de mujeres que se entrevistaron con el Coronel Cornelio Saavedra. El 23 de marzo de 1811 la escarapela fue usada como distintivo de los opositores a la mayoría de la Junta Grande.
El 13 de febrero de 1812, Manuel Belgrano solicitó mediante una nota solicitó al Triunvirato que se fije el uso de la escarapela nacional bicolor: azul-celeste y blanco. El 18 de mayo de ese año, el Gobierno resolvió reconocer la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata con los colores blanco y azul celeste: «Sea la Escarapela Nacional de las Provincias Unidad del Río de la Plata, de color Blanco y Azul Celeste».
Fuente: Argentina.ar