Ante la grave conmoción social y los saqueos a comercios provocados por el corralito bancario, la creciente desocupación, la parálisis de la actividad económica, en un acto revelador de su absoluta carencia de sentido de la realidad, el presidente Fernando de la Rúa declara el estado de sitio en todo el país, incrementando hasta la exasperación la indignación de la sociedad. Comienzan los disturbios que preanunciaban su caída.
El 19 de diciembre del año 2001, la situación social se volvió incontrolable, con saqueos y desmanes en los puntos más importantes del país. El Presidente llamó a la población a la calma. De la Rúa respondió decretando el Estado de Sitio en todo el país.Sin embargo el conflicto social no disminuyó, e incluso aumentó a pesar del estado de sitio. Finalmente se produjeron 27 muertos y más de dos mil heridos.La rebelión popular, en lugar de terminar, sumó el apoyo de la clase media, histórico bastión electoral del radicalismo. La misma se implicó por el congelamiento de los depósitos bancarios. A la medianoche renunció el ministro de economía Domingo Cavallo y el resto del gabinete puso sus renuncias a disposición del Presidente.