Los hechos surgidos en los últimos meses que involucran a policías en actitudes violentas han activado alarmas en todos los niveles. Consultado por estos sucesos, el actual jefe de la Distrital 4, Valle de Uco, el comisario general Atilio Bergamín, menciona entre otros puntos, el hecho de que años atrás se bajó el nivel de exigencia para los aspirantes de ingreso a la fuerza.
Efectivos involucrados en hechos policiales -algunos trágicos y en su mayoría de tipo intrafamiliar- han sido tema de desarrollo en medios de la provincia y también del Valle de Uco. Recientemente, una marcha en Tupungato reclamó contra la violencia policial en ese departamento, a partir de varias denuncias de jóvenes locales. En ese contexto, las menores exigencias de los ingresos, sobre todo de los exámenes psicológicos, han sido puestas en cuestionamiento. “Recuerdo que en los primeros años del 2000 se modificó la Ley 6722, que, entre otros puntos flexibilizó las condiciones de ingreso” explicó Bergamín, y agregó que, en general, los jefes de las Departamentales no estuvieron de acuerdo con la baja de las exigencias para el ingreso de aspirantes. La justificación para bajar los requerimientos de quienes ingresaban a la Fuerza Policial, se basó en la necesidad de aumentar la cantidad de efectivos policiales
Entre 1998 y 2000, en los gobiernos de Lafalla e Iglesias, entre otras modificaciones para ingresar a la Policía, se amplió la edad tope de 30 a 35 años; también se contempló que los ingresantes contaran con la mitad de la escuela secundaria (la ley exige esta etapa de estudios finalizado); posteriormente, durante el gobierno de Cobos, el ingreso volvió a flexibilizarse. Además, y aunque incomprobable, la baja de exigencia pone a pensar en qué otros aspectos se pudo haber hecho “vista gorda” siguiendo el objetivo de generar una cantidad de agentes cada vez más numerosa. Por ello el actual jefe de Policía pone en duda los procesos de flexibilización de ese momento y apuesta a “nivelar hacia arriba”.
Baja de nivel educativo previo solicitado, características físicas, baja en el nivel de instrucción- son, para Bergamín- un coctel que se completa con stress, recarga de horarios y desprestigio social permanente por portar el uniforme policía. Esta combinación puede afectar al policía en su humanidad y futuras acciones.
Los casos de la zona
Según el comisario general, hoy en el Valle de Uco son pocos los casos de policías que están bajo algún tratamiento psicológico y menos aún, los que ingresan con esas condiciones al Instituto Universitario de Seguridad Pública: “en Tupungato y San Carlos quienes siguen un tratamiento psicológico están en tareas no operativas: en ese proceso se les quita el arma y en un tiempo se define qué hacer, si se restituye a su trabajo o no” explicó el comisario y agregó que, de 400 efectivos que trabajan en Valle de Uco, solo cinco personas están bajo este tipo de situaciones.
Más allá de lo argumentado por el funcionario en relación con la baja en los requerimientos de ingreso a la fuerza, Bergamín también afirmó que las exigencias actuales del Instituto de Seguridad Pública en el Valle de Uco son mayores :“muchos chicos no ingresan porque no pasan el examen psicológico” afirmó, y agregó que “por este examen solo ingresan 30, en un promedio de 250 aspirantes”.
3 comentarios
Tranquila gente del Valle de Uco Llegó a Uds. Un gran Señor y excelente Jefe Departamental,confien en el es un gran hombre y con mucha vocación Policíal,Felicitaciones!!!!
A la falta de vocacion hay que sumarle que las leyes estan para aplicarlas a quien aplica autoridad y no a los delincuentes, menos si son menores.
Asi que se junta el hambre, con las ganas de comer. Pero bueno, algunos creen que cantidad es = a calidad.
Lo que sucede es que hoy ser policia es como los que se hacen voluntarios en el Ejercito, es la manera de zafar que hay hoy para los que no estudian.
Carrera cortita, buen sueldo, obra social, chapeo.. y paseo en camioneta.
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