El Grooming es un engaño cibernético. Es cuando una persona adulta intenta persuadir a un niño/a con la intención de generar una relación de confianza para que el menor realice actividades sexuales. En algunos casos, el adulto se hace pasar por un chico de la misma edad para posteriormente concretar un encuentro personal. Por eso si tienes hijos, sobrinos, nietos o vecinos es conveniente que entiendas y difundas estos consejos.
1. Establecer un vínculo de confianza entre los padres y los chicos, entablando un canal de comunicación de forma que se puedan conocer los hábitos y preferencias al utilizar los dispositivos móviles.
2. Dejar claro cuáles son los lugares permitidos para utilizar el dispositivo, el tiempo durante el cual se puede usar y qué puede hacer durante este tiempo.
3. En el smartphone toda la información almacenada (fotos, videos, mensajes) podría volverse pública en Internet en caso de que el dispositivo sea intervenido o atacado. Es muy importante hacer hincapié en la importancia de mantener los datos en privado, para no perder el control sobre los mismos.
4. No molestar o insultar a otros utilizando algún dispositivo. Recuerda el refrán: No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti.
5. Crear la conciencia de no responder mensajes o llamadas de origen desconocido. Si considera que es importante debe ser comentado con una persona mayor.
6. Cuando se realice una compra utilizando el dispositivo móvil o al realizar la descarga de alguna aplicación, debe acompañarse de un adulto para estar seguro de cómo funciona el proceso.
7. La opción de GPS del dispositivo es muy útil para ubicarse, pero se debe utilizar con precaución ya que mantenerlo siempre encendido permitiría que a través de las redes sociales puedan saber la ubicación del menor.
8. Cuidado con la webcam. Los menores deben saber que lo que se muestra a través de una webcam puede ser falso, por ejemplo un vídeo grabado previamente, y que todo lo que ellos muestren puede ser grabado por la otra persona y luego subido a Internet.
Además existe software malintencionado capaz de acceder a la webcam y grabar, por lo que deben taparla siempre que no esté siendo utilizada.
9. Al igual que la computadora personal, el sistema operativo y las aplicaciones del dispositivo móvil deben mantenerse actualizadas.
10. Las aplicaciones maliciosas están también presentes en ambientes móviles. Además del uso de sistemas para la protección de los datos, no se deben descargar aplicaciones de sitios no oficiales y antes de instalar cualquier aplicación es necesario tener en cuenta qué permisos son solicitados.
Una buena alternativa es ayudarlos a configurar sus perfiles en las redes sociales (si tiene edad para tener una cuenta) y consensuar con ellos las restricciones de seguridad. Además podemos ayudarlos a abrir una cuenta y asegurarnos que la misma no tenga privilegios de administrador. Sin privilegios no puede instalar programas, deshabilitar protecciones, activar dispositivos como la webcam, etc. Si el menor tiene una cuenta sin privilegios, no podrá realizar acciones potencialmente peligrosas.
11. Tomar precaución al conectarse a redes WiFi o Bluetooth es una muy buena práctica para evitar ataques a la información contenida en el dispositivo. Asimismo, cualquier conexión por estos medios debe estar protegida con contraseña.
12. Instalar un control parental. Existen buenos programas para limitar las acciones que el menor puede realizar en el dispositivo que utilice: ordenador, portátil, tablet, smartphone… Además. los principales sistemas operativos y navegadores de Internet incorporan opciones para garantizar la seguridad del menor en el acceso a contenidos. Siempre es mejor prevenir.
Identidad digital
Al igual que todos tenemos una identidad en la vida real, tenemos también una identidad digital, formada por todo aquello que Internet sabe de nosotros. Así la identidad digital es como nuestra identidad real, pero en Internet.
El problema viene cuando nos damos cuenta de que Internet sabe de nosotros mucho más de lo que pensábamos. Es fácil darse cuenta con una simple búsqueda de nuestro nombre en Google.
Los menores también tienen una identidad digital, a veces incluso antes de haber utilizado Internet. La identidad digital está formada no sólo por lo que nosotros subimos a Internet, sino también por todo lo que otros publican sobre nosotros: familiares, amigos, colegios, asociaciones, etc.
Es muy sencillo subir comentarios, fotografías o vídeos a Internet, especialmente desde la aparición de los dispositivos móviles, pero no es tan fácil borrarlos.
Además, una vez que esa información está en Internet perdemos el control sobre ella y nunca sabemos cuándo ni hasta quién va a llegar. Por eso en el caso de los menores es todavía más importante ser selectivos a la hora de publicar cualquier tipo de información en una web o redes sociales. Tengamos en cuenta que la foto más graciosa o el comentario más ingenioso puede no serlo dentro de unos años.
Por eso si publicas por ejemplo en Facebook, fotos de menores (hijos, sobrinas, nietos, etc.) extrema las precauciones con respecto a quienes pueden verla y compartirla; eso lo consigues configurando tus preferencias de seguridad de forma tal que solo la familia y amigos cercanos (pero no amigos de amigos y menos que menos cualquiera) puedan verlas y compartirlas.
Las nuevas tecnologías tienen normas
Debemos transmitir a los menores que en el mundo de las nuevas tecnologías también hay normas. En Internet no podemos hacer lo que queramos y salir impunes, ni adultos, ni menores.
Es necesario transmitir a los menores la idea de que hay normas que se deben cumplir:
- Si no está bien insultar a un compañero en el patio del colegio, tampoco es correcto hacerlo en Internet o difundir el insulto de otro compañero. Esto en la vida real se llama acoso o bullying, y trasladado al mundo digital es ciberacoso o ciberbullying. Estamos hablando de lo mismo en diferentes contextos.
- Si no facilito datos personales a desconocidos por la calle, tampoco debo hacerlo en las redes sociales.
- Si alguien me incomoda en el colegio se lo contaría a mis padres o profesores y ellos me ayudarían a resolver el problema. Lo mismo debo hacer si esto ocurre a través de las nuevas tecnologías.
- Las redes sociales tienen edades legales a partir de las cuales puedo abrirme un perfil.
- Seguro que no me fiaría de una persona que no conozco porque podría engañarme, pues tampoco puedo hacerlo en la vida online porque es todavía más fácil que alguien se pueda hacer pasar por otra persona. De esta forma aparecen los casos de grooming: adultos que malintencionadamente se hacen pasar por menores con una finalidad sexual.
- Los menores deben entender que el mundo real y las nuevas tecnologías no son mundos tan lejanos y en ambos aplican reglas parecidas.
Conclusiones
Algunos países ya han incluido el grooming como delito en sus legislaciones, mientras que en otros aún no se ha incluido ninguna referencia.
Entonces tomemos el asunto en nuestras manos, protejamos a nuestros menores y concienticemos a otras personas para que entiendan el alcance y la gravedad del problema.
Siempre la protección ha resultado ser el mejor remedio, ¡una vez producido el daño, este es irreparable!!! Entonces instruyámonos y ejerzamos nuestra responsabilidad como madres y padres.
Para terminar quisiera destacar que en el grooming NO hay una fase previa, a veces no hay acecho, lo que podría alertarnos. Ocurre, por ejemplo, que el depredador accede a informaciones o imágenes de su víctima no através de ésta sino usando la fuerza (robo de contraseñas, por ejemplo) o valiéndose de terceras personas o medios alternativos. La peligrosidad de este nuevo fenómeno cabe decir que el grooming está muy relacionado con la pederastia y la pornografía infantil en Internet.
Fuente: Mujeresdeempresa.com