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Se viene el Día del Escritor: anécdota contada por Omar Luna

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Mañana es el Día del Escritor y queremos compartir un pequeño texto del escritor sancarlino, Omar Luna, publicado en su cuenta de Facebook. En su relato hace referencia a las políticas culturales rememorando los encuentros que se realizaban en el departamento en la época del intendente Natalio Firpo.  

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Imagen Ilustrativa

PRIMER TEXTO

Se viene el Día del Escritor y me encuentro muuuy contento por los festejos que se vienen organizando desde la Municipalidad de San Carlos. Este es el lugar que reelijo cada tanto para vivir, para convivir y gestar. Adelante San Carlos y que viva su movida cultural municipal!
Grande, Jorge! Grande Concejo! Grande Dirección de Cultura! Ahí estaremos! Contar con un puñado de reconocimientos como el del Fondo Nacional de las Artes, el Escenario y Vendimia entre otros, no hacen más que dignificar el apoyo, aliento y estímulo que nos brinda a mí y a otros escritores, la Municipalidad de San Carlos, de nuestra patria chica. Honrado desde siempre.

SEGUNDO TEXTO

MIL DISCUPLAS
Ante mi publicación: “SE VIENE EL DÍA DEL ESCRITOR”, aclaro que equivoqué. La invitación que me llegó era de otra municipalidad y no la de San Carlos. Parece que en el departamento en que vivo no se hace nada o al menos olvidaron de invitarme. Ah, por cierto, recuerdo las Días del Escritor en gobiernos de Firpo. Nos invitaban a tomar el té con el Intendente y allí leíamos, cada uno, algo de sus escritos. En gobierno de Guiñazú también se realizaron algunos eventos -ejem- por mi sugerencia aunque después me borraron de la lista de invitados. –Igual acostumbrado. Me suele pasar por no hacer genuflexiones ante gobernantes de turno-
Ahora, me extraña y me molesta que en la gestión de Jorge Difonso no se realice nada porque eso no da con su perfil como persona ni con su gestión de gobierno. Mis disculpas si hay algo programado y desconozco más allá de ser considerado, por mi obra, para ser invitado o no.
Y ya que estamos en vísperas del Día del Escritor, comparto una anécdota referente a esas reuniones en tiempos de Natalio Firpo.

Era la tarde de un 13 de junio y a las 17 hs teníamos la invitación para compartir con el Señor Intendente. Paso a buscar a Ana María Furlán y a Silvia Dalmasso Bonacorso. Estamos, como siempre, en casa de Silvia tomando café en la cocina, haciendo tiempo, charlando y tapando en humo a Ana María, cuando Silvia, al verme con las manos vacías dice:
— Y vos no llevás nada para leer?
—Uh, cierto. No traje nada.
—Pero, Omar! Cómo no vas a llevar nada si sabes que todos leemos! –agrega Ana María.
No había tiempo para ir desde La Consulta a Pareditas, revolver en mi desorden y llegar a la Villa a las cinco. Por lo que tomo una lapicera, arranco una hoja de un cuaderno, en el que Silvia llevaba asuntos de su vivero, y escribo: “Dos más dos, cuatro.”… Y de allí continué escribiendo palabras que capturaba en el momento. El nombre de un par de remedios que Silvia tenía en una canasta de mimbre, la marca de su cocina. Miré hacia afuera y le pregunté el nombre de un par de plantas, seguí sumando con cuatro, agregue repasador, taza, cuchillo y un par de conectores entre tanto. Recuerdo que concluí el escrito con. “Por eso, ya cuatro más siete no me alcanza.”
—Y vas a leer eso? – dijo Silvia.
—No, Omar, eso es una falta de respeto. – agregó Ana María.
—Noo. Les estoy haciendo una broma. Cómo se les ocurre. Sí, traje un cuento corto. Lo tengo en el auto – dije mientras doblaba la hoja y la metía en el bolsillo.
Partimos.
Ya en la municipalidad, en el salón de los Entuertos – así le suelo llamar al salón comedor ubicado junto al despacho del intendente- entre masitas, directores, café, periodistas, té, intendente, jugos, sanguchitos de miga, concejales, empanadas, escritores y etc., comienza la ronda de lecturas.
Cuando me toca el turno, saco la hoja del bolsillo, la desdoblo, pongo cara de circunspecto y con voz como de locutor informando: “Acaba de fallecer….” comienzo a leer: “Dos más dos, cuatro…” Cada tanto daba una mirada a mis amigas escritoras. Ana, con su bello pudor de siempre, no sabía dónde meterse, y Silvia, con su desparpajo absoluto, ya se desternillaba de risas.
Recuerdo el estruendoso aplauso cuando cerré con: “Por eso, ya cuatro más siente no me alcanza.”
Mi obra ha recibido varios aplausos en salones, lugares y tiempos distintos y siempre, todos, me remiten a esa tarde y la celebración de mi “Dos más dos, cuatro.”
FELIZ DÍA DEL ESCRITOR amigos escritores Sancarlinos! Y lo hago extensivo a todas y todos los escritores que tengo el placer de saberlos –en mi pensamiento se amuchan rostros de Luján de Cuyo, Chile, Uruguay, Córdoba, Venezuela y tantos lugares más- Feliz día y un renovado entusiasmo al compartir el amor por la palabra escrita ya sea como escritores, bibliotecarios, docentes, talleristas, críticos, periodistas, editores y lectores amantes de la palabra devenida en literatura.

 

Omar Luna