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Legalizar la marihuana, un asunto cultural

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FOTO lavozdelintrior com ar marihuana (1)_640x392Desde la última adhesión de la provincia como una de las ciudades que pide la legalización del consumo de marihuana, el debate volvió a abrirse y analizarse desde varios puntos. Desde lo legal el doctor Alejandro Piña, juez penalista  de la Cámara Federal de Mendoza, dialogó con El Cuco y explicó que el devenir jurídico se ve influenciado en gran parte por las prácticas culturales de las regiones. Sin embargo, haciendo un balance sobre la cultura cannabica en el país, el magistrado dudó que aún hoy –con todo el debate dado sobre el tema-  un proyecto de legalización cruce las puertas de las Legislaturas.

La acción repetida que suele transformarse en un  hecho cultural puede ser uno de los cristales con el cual mirar el dilema del consumo de marihuana. Lo que hoy se conoce como la cultura cannabica podría llegar a imponerse en un futuro en las sociedades occidentales y de esta forma calar en las legislaciones que rigen el desarrollo de las sociedades. Con esta aclaración, el juez Piña analizó la situación actual de la marihuana en Argentina.

“Cada cultura del mundo ha tomado a las drogas, incluidas el alcohol, de diversas maneras. Mientras de este lado del mundo promovemos el consumo de alcohol, los musulmanes aborrecen esta práctica pero a su vez promueven y utilizan otras drogas que acá están prohibidas”, destacó.

Aunque parezca lógico, el desarrollo de estas prácticas terminan dando forma al hacer cultural de un grupo de personas y finalmente determinan las regulaciones de los Estados. Hoy la Argentina castiga a quienes comercializan este tipo de droga pero no así a quien la consume.

Por otra parte, la historia jurídica del país sobre este tema ha sido contradictoria hasta la actualidad. “Hoy no veo a personas que defiendan el consumo de la cocaína, pero si existe un cultura cannabica que considera al consumo un acto libre de las personas […] Todos estos momentos impactan para modificar las penas. El auto-cultivo quedó en una zona “gris” si se tiene en cuenta que la comercialización continua prohibida”, remarcó Piña.

Sobre el caso de Uruguay, donde el Estado legalizó el consumo y además armó la comercialización con el correspondiente control, dijo: “Uruguay ha sido punta de lanza y todos los países latinoamericanos están mirándolo para ver cómo les resulta esta medida[…] Esta es una alternativa para evitar que suceda lo que ocurrió en EEUU con la Ley Seca en donde se prohibió la comercialización de alcohol, pero la cultura demandaba tanto el producto que terminó siendo el negocio más rentable para los traficantes que manejaron el negocio ilegal, y otros que surgieron por esta demanda”.

El magistrado aseguró que hace 25 años que oye hablar del tema y que aun hoy una propuesta similar a la de Uruguay no pasaría las puertas de la Legislatura.

 

Los vaivenes de las figuras en Argentina

Hasta 1930 el consumo en Argentina no se consideraba de manera penal. Luego las drogas comenzaron a verse como un problema, se sancionaba al vendedor y se dejaba tranquilo al consumidor de quien se entendía ya tenía un problema de adicción. A fines de los 60 se comienza a sancionar también al consumidor al considerarlo como un atentado a la salud pública.

En épocas de Alfonsin  volvió a considerarse la inocencia del consumidor y en el menemato volvió a castigarlo con una nueva ley de estupefacientes que está vigente hasta hoy, pero que cuenta con una modificación por parte de la Corte que por tercera vez liberando al consumidor de toda responsabilidad.