El martes pasado, mi hija menor presentó sintomatología de una inflamación del apéndice. Previa consulta médica, salimos disparados junto a mi marido al Hospital Regional Antonio J. Scaravelli ya que posee guardia pediátrica y, en el caso de la necesidad de una intervención quirúrgica, cirujano pediátrico.
Al llegar a la guardia, la primera impresión fue de ausencia. En la pecera, donde normalmente debe haber una persona para la recepción de los pacientes, no había nadie. Al golpear el vidrio, luego de un rato, se presenta un señor que al mostrarle la derivación, nos indica que debemos ir al laboratorio en el edificio central, cuya entrada es por Güemes. Nos vamos con la nena adolorida y en el laboratorio nos comunican que debemos volver a ingresar por guardia, ya que la derivación la debe autorizar un pediatra. Es lógico, pero ¿en la guardia no saben el manejo con niños? El problema se presenta cuando, otra vez en la guardia, el mismo señor malhumorado de la pecera, al cual otra vez hay que golpearle el vidrio para que aparezca, nos dice que hay que ir al cuerpo central porque el pediatra no iba a atender por guardia.
Por supuesto que mi paciencia y la de todos los papás presentes, empezaba a evadir a la razón. Al esbozar mi caso dice: “no sé, golpéele al enfermero de guardia porque eso fue lo que me dijeron que deben hacer los que ingresan por guardia”. Hasta ese momento, la ira se mantenía a raya. Pero, siempre hay un pero detonador, se asomó una enfermera en su ambo amarillo y me preguntó qué pasaba. Inspiré, me calmé y le expliqué que solo necesitaba que el médico de guardia autorizara el laboratorio, ya que la derivación la había realizado un médico de Tupungato. Muy oronda la señora me contestó; “Y si es de Tupungato, porqué no hace los análisis allá. A qué tiene que venir acá. Vaya y hágalos en su ciudad”. En ese momento perdí mi capacidad zen de meditación y paciencia. Por supuesto le contesté. Acorto el relato porque podría pecar de aburrido, la realidad es que recibí un maltrato verbal de parte de esta enfermera y varios adultos que se encontraban afuera esperando aseguraron que “caer a la guardia médica del Scaravelli en martes era un calvario”. Ahora bien, yo levanto la voz, pero qué pasa cuando hay personas que no tienen voz para protestar. Porque seamos sinceros, no todos se animan o saben cómo defender sus derechos.
Y en este punto vale aclarar algunos temas.
Primero, el que llega a un hospital –salvo algunos casos muy puntuales- es porque lo necesita. A los padres no les gusta tener que entrar a una guardia con sus hijos en brazos, amén de que normalmente están angustiados y sin saber cómo paliar el dolor del niño. Recibir semejante maltrato no hace más que predisponerlos a maltratar también. O a quedarse callados por miedo a que no los atiendan.
Segundo: El Hospital Regional Antonio J. Scaravelli, atiende a todo el Valle de Uco. La primera consulta se puede realizar en el sito de precedencia, ante una urgencia, la guardia del hospital no puede negar la asistencia.
Tercero: el nivel de urgencias en las guardias médicas se guía por la RAC Recepción, Acogida y Clasificación de enfermería, evolución y adaptación a equipos de emergencias sanitarias. Según lo explican los autores “La RAC es una correcta comprensión del problema de salud de los pacientes desde la óptica asistencial por niveles de gravedad y su correspondiente adecuación a la estructura del medio asistencial. Mantiene y refuerza la relación interpersonal entre paciente y profesional sanitario, en la que deben establecerse conexiones empáticas y éticas. En la RAC se iniciará la prestación de cuidados inmediatos ofreciendo un abordaje integral de la persona en cuanto a manifestaciones físicas, emocionales y cognitivas”.
Entonces, si las pautas están establecidas, por qué se percibe que se dejó de mirar al otro, de compadecerse por el sufrimiento del otro. Si el que debe contener en un primer momento la angustia del paciente o la familia se ubica en un lugar de dominación, si en vez de ser la palabra tranquilizadora es la del desconcierto o el enojo, si no conmueven las lágrimas y el dolor del herido, entonces llegó el momento de pensar en cambiar de profesión. Porque el trabajo y la estampa de los profesionales de la salud reflejan la esperanza de quien se siente enfermo. La gravedad de una sintomatología la definen los especialistas, el paciente siempre llega a una guardia porque cree que así lo amerita el cuadro. Y seguramente tiene miedo.
Uno de los párrafos del juramento hipocrático del texto del Doctor Louis Lasagna expresa: “Recordaré que la medicina no sólo es ciencia, sino también arte, y que la calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el bisturí del cirujano o el medicamento del químico”. Quizás sea un buen momento para recordar aquello que alguna vez juraron cuando se recibieron.
(Nota colaboración: Cecilia Figueira Tibiletti)
8 comentarios
Es verdad siempre están de mal humor que se busquen otro empleo si no tienen vocación..
Es verdad siempre están de mal humor que se busquen otro empleo si no tienen vocación..
Señores de entidades publicas y privadas en salud, creame que esta tan lejos de nosotros los pacientes molestarles en sus puestos de trabajo(haaaaaa, !!!!!!pero feliz dia del trabajador, feliz dia del medico en diciembre, feliz dia del pediatra , etc tantos felices dias) a tantos años de estudios para ser quienes son hoy, pero que lejos estan de sus verdaderas intenciones de hacer salud, de ser quienes calmen nuestros miedos y dolores, ya se olvidaron del dolor de un niño, del adulto, del abuelo ese viejo lleno de experiencia y trabajo que hoy esta desprotejido e incomprendido, de aquel extranjero que vino a estas tierras a producir para nosotros, en especial aquellos que llamamos» es un BOLiVIANO; como si ser ARGENTINOS, nos diera la seguridad de ser mejores,y que nos traten mejores.El hospiatl ya es el tipico lugar al que es el ultimo lugar al que queremos recurrir en caso de enfermedad, gracias a Dios exiten las farmancias , las abuelas ,las madres,las vecinas, los que nos automedicamos, y claro como no recurrir a todos ellos antes de verles las caras de enojos al ver que en toda la noche no descanso, no comio, no vio a su familia, y quien sabe cuanto mas , pero les recuerdo!!!! USTEDES ELIGUIERON SER NUESTROS SANADORES, SER NUESTROS GUARDIANES DEL DOLOR, NO SE OLVIDEN DE DIOS, EN CUANTO LO HICISTES A UNO DE ESTOS MIS HERMANOS MAS PEQUEÑOS A MI O HICISTES, HAS EL BIEN SIN MIRAR A QUIEN.No es una cuestion de FE o de CREENCIAS, ES UN CUESTION DE HUMANIDAD, si vamos donde ustedes, es porque los necesitamos como ustedes a nosotros los enfermos , porque si no existieramos no tendrian trabajo , como todos en esta vida una mano lava la otra.
Hola necesito hacer una nota en este diario y q la publiquen mi nena corrió riesgo su vida, quiero contar, estuvo grave por ellos
Hola necesito hacer una nota con lo q le paso a mi hija, por culpa del hospital SCARAVELLI por favor contáctese a mi face
hace bastante tiempo q el hospital no le hace honor a su nombre nadie se hace cargo de nada enfermeros matones de mierda vayanse y dejen a personas con integridad y sentido del deber seguro q la mayoria de ellos estan por politica lo unico q les interesa es cobrar pero sigan tirando de la cuerda ya se va a cortar impresentables ,inmorales mala gente
Hay que ser famosa como Maru, para que te atiendan bien en tiempo y forma….
una verguenza.
Si es muy cierto lo que esta señora relata ,creo que todos estos señores y señoras que trabajan en la atención, del valle de uco. No tienen ni idea que si vamos a un hospital es porque necesitamos atención….No es porque queremos complicarles el vivo descanso que tienen ….y Cuando reclamas por tus derechos ,te tildan de mal educado sin faltarles el respeto solo haciéndoles ver sus falencias…
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