Alejandra Adi es comunicadora del Valle de Uco, y actualmente corresponsal en la región de diario Uno. La joven periodista es además una reconocida escritora, y conformó una antología de 150 microficciones en honor a Julio Cortázar de la editorial Artgerust. Integra la edición argentina de ¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género, y a todo esto se le suma que cuatro de sus microrrelatos serán traducidos al francés.
La noticia, que los microrrelatos serán traducidos y publicados, fue anunciada por la entrevista que le realizó el blog “Entretiens Lectures d’ailleurs”. En la misma, la escritora valletana reconoce: “soy una lectora reflexiva, ahora más crítica, muy fanática del ejercicio pero poco partidaria de abrazarme a un género o a un autor específico. Leo de todo y por eso a veces soy un tanto desordenada. Puedo olvidarme un desenlace o qué paso en toda una novela pero puedo recordar párrafos de memoria que se me vuelven imborrables. En mi mesa de luz suelen haber más de tres libros que leo a la vez. Generalmente, siempre hay uno de poesía”.
“El género microficción es bastante atrapante”, comenta Alejandra, y explica que éstos “son como pequeños relatos que no necesariamente cuentan una historia pero que cumplen ciertos requisitos, como la corta extensión, que sean un poco sarcásticos, que digan poco pero que el lector termine de interpretar” (Leé la entrevista completa aquí: http://entretiensld.blogspot.fr/).
“Delux”, microrrelato que aparece en el libro ¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género
“Rayó su último sol, como si fuese a beberlo. Siempre le temió a la noche, aunque se vestía de negro. No hubo papel, ni justificaciones. No quería dar un porqué que jamás recibió. Cerró la puerta de la habitación y se tomó esas pastillas para dormir. Eternamente. Se selló con Malbec los labios, también rojos. Se recogió el pelo como una diosa. Cambió el llanto por una mueca, vaga. Se pintó las uñas tarareando una canción que alguien dejó olvidada en la cama. Se intentó delinear los ojos pero terminó manchándose y no alcanzó siquiera a mirarse en el espejo. Usó sus dedos como crayones sobre el vidrio, también asfixiado. Ese fue su último grito. El que se suicida va al infierno. Pero ella entraría por la alfombra roja”.
Este es el libro digital donde están los textos traducidos al francés: http://es.calameo.com/read/002617799843390ee4dfa