Las personas fueron evacuados por el municipio. En algunos sectores el granizo volvió a castigar los cultivos.
Mientras caminaba entre las casas inundadas, escuché a un anciano decirle a otro: “algo estamos haciendo muy mal, sino la tierra no estaría castigándonos tanto”. Una sentencia simple con una razón compleja. Desde hace meses, las contingencias climáticas azotan el Valle; heladas, crecidas de cauces de agua, granizos, tormentas eléctricas, cambios de temperatura radicales son algunos de los indicios que delimitan que algo no está funcionando bien.
Pese a los avisos de tormentas fuertes anunciadas por los servicios meteorológicos, nadie pensó que la tempestad que comenzó el jueves a la noche en Tupungato, y que continuó durante toda la mañana del viernes, pudiese desencadenar en la evacuación de 13 familias en la zona de Piedras Blancas y San José. Calles anegadas y desbordes de ríos y arroyos fueron las consecuencias del aguacero que se cernió sobre el Valle de Uco.
El arroyo Anchayuyo triplicó su caudal de agua, aunque milagrosamente no se tuvo que lamentar otro accidente, pese a que un conductor imprudente decidió cruzarlo y casi tiene que ser rescatado.
En el Distrito de San José los costados de la ruta mostraban una pared de 20 cm de granizo. El Peral y El Cordón del Plata también sufrieron la caída del hielo que perjudicó los sembradíos. No hay nada que hacer, es indudable que la tierra está enojada.
13 Familias evacuadas a causa del temporal.
Desde muy temprano a la mañana, Defensa Civil, la Policía y Desarrollo Social, dentro del Comité de Emergencias, se trasladaron a los lugares afectados por el temporal. Las crecidas de los arroyos y las acequias que no soportaron la capacidad de agua produjeron que varias casas se inundaran, dejando a sus habitantes sin cobijo.
En Piedras Blancas, la familia Calderón y otras cinco familias tienen sus casas distribuidas en forma paralela a la acequia. Esta se desbordó dejando bajo el agua todas las pertenencias de las familias. Graciela Silva, una de las damnificadas cuenta que el agua comenzó a salir de las alcantarillas y las cañerías arrastrando barro y suciedad con ella. El granizo hizo lo propio en los techos, destruyendo las membranas. “Desde hace cuatro años nos viene pasando esto –cuenta Silva- pero es la primera vez que tenemos que pedir ayuda. El problema es que el dueño de la acequia la tiene que limpiar y levantarla para evitar esto”. Perdieron colchones, frazadas, ropa, muebles, todo lo que se encontraba a la altura de los 40 cm de inundación. “Debido a la humedad reinante en las casas decidimos que las familias se trasladen de lugar por hoy –explica Flavia Torfe, Directora de Desarrollo Social de la Municipalidad- el equipo de asistencia social y el psicólogo están viendo la posibilidad de que estas personas vayan a casas de familiares para trabajar la contención”.
José Calderón y su esposa padecen discapacidad severa, desde Desarrollo Social los asisten con membranas, materiales para los techos, colchones y frazadas para las familias afectadas, conteniendo a los niños y a las personas con mayor vulnerabilidad.
Las zonas más afectadas fueron la calle Filipini, una zona de San José y La Carrera, en la calle Ancón el agua y la piedra fueron bastantes duros con las familias.
Nota y fotos: colaboración Cecilia Figueira Tibiletti