Dilema argentino si los hay, una década a favor de todos y cuatro de los pocos que siempre cortan el pastel del lado que más les conviene. Hace tiempo que pretendo escribir sobre la coyuntura argentina, coyuntura que perdería sentido si muchos de nosotros pensáramos un poco más en el otro, es decir en el vecino, el amigo o el que no conozco y estoy por conocer. Digo esto y no pretendo hacer una diatriba de la amistad, y mucho menos dar algún estímulo a la moral y la ética de muchos venida abajo, pretendo sin socavar demasiado profundo hacer meramente un acto de compromiso con nosotros mismos; con nuestra economía; con nuestros intereses particulares, políticos, vecinales, comerciales, bancarios, etc, etc.
Hace algún tiempo que observo a la comunidad algo descolocada en cuanto a esto mismo, la vida en comunidad. Seguramente ya fuiste al supermercado, seguramente ya viste los precios de algunos productos, seguramente ya puteaste a rabiar al gobierno, al patrón por no aumentar tu sueldo, el patrón al gobierno y los medios de comunicación, pregunto ¿alguno puteó a los dueños de los supermercados? Si lo hiciste, bienvenido a la aventura de los precios inflados y a las ganancias extraordinarias. Permítanme hacer una aclaración, en la Argentina no son más de cinco las cadenas de supermercados, y no son más de diez las empresas que concentran la mayor producción de elementos de primera y segunda necesidad. Les cuento algo, La Serenísima, marca de la empresa Danone, por cada litro de leche, restando costos totales, obtiene de ganancia neta el 55% y Carrefour, cadena de supermercados encargada de ponerte en la góndola el litro de leche, obtiene el 54% de ganancia neta, esta situación es repetida hasta el hartazgo por las demás cadenas de supermercados y empresas productoras.
¿Hay alguna necesidad de tanto saqueo al bolsillo de los argentinos? Pero permítanme retrotraerme al primer sentido de esta nota, la comunidad. Hace unos días, para ser exacto finales de enero, visité un almacén de barrio, el objetivo era comprar una bolsa de garrapiñadas, ¿qué pasó? me topé con que la bolsa de garrapiñadas que compré en plena navidad y año nuevo a 3$ me la cobraban a 20$, ¿Cómo puede ser que esta bolsa, la cual seguramente fue adquirida por el almacenero a 1$ en el mes de noviembre, vendida a 3$ en épocas donde evidentemente la demanda es alta, en épocas donde no hay demanda y ya están por vencerse pueda costar 20$? ¿En qué lugar de la cadena de valor se me escapó la tortuga? ¿Qué respeto tiene este almacenero por sus vecinos, por los que le compran todos los días, por los que garantizan que él y su familia coman y puedan vivir dignamente? ¿Dónde queda el valor de lo humano, de lo común a todos, si mi vecino me roba aumentando los precios sin ningún tipo de justificación?
No pretendo transformarme en un defensor de la moral ni la ética, pero lo cierto es que esto que humildemente planteo muy pocas veces es mencionado en los distintos medios de comunicación, ni las empresas que displicentemente saquean tu salario y seguramente auspician a las grandes empresas de comunicación, ni a algunos almaceneros que roban inescrupulosamente. Y quienes denuncian estas cosas, como es el caso de este medio, es víctima de ataques y aprietes, solamente por poner el valor de lo humano ante todo. Y no es autocomplacencia, es sin duda lo que se debe hacer, es poner en valor lo que es indispensable; a los trabajadores, los niños, la mujer, la mujer embarazada, los jóvenes, los ancianos, lo común a todos.
Cerraré esta columna pensando en el principio fundante de esta nota, la década ganada y la especulación crónica, quiero preguntarme ¿será cierto que la política, como lo común a todos, ganó la década? Siempre he sostenido que sí, pero me pregunto ¿dónde están las dirigencias políticas locales frente a situaciones como las planteadas en reglones anteriores? ¿Cuántos se solidarizaron con los consumidores e hicieron relevamientos de precios en supermercados a fin de que se cumpliera el acuerdo de precios? ¿Cuántos frente a los ataques a quienes denunciamos los maltratos a consumidores, trabajadores, mujeres embarazadas, niños, se solidarizaron? Lo cierto es que muchas de estas dirigencias políticas parecieran estar más preocupadas en mantener sus cargos de concejales, diputados, funcionarios, administrando las internas en sus municipios o especulando en qué lugar de la política van a estar, que promoviendo actitudes éticas que defiendan lo común a todos. Por suerte no son todos y esto al menos me hace pensar que la década que todos los argentinos ganamos, puede repetirse y la especulación económica y política no son más que un producto coyuntural a vencer.
Rodrigo Hinojosa
Un comentario
Por suerte no son todos y esto al menos me hace pensar que la década que todos los argentinos ganamos… muy bueno el final.. totalmente de acuerdo con la nota… y si alguno tiene una duda de q no fue una época ganada acuérdense del 2001… simplemente eso… sinceramente un Notón …. se q la palabra no existe pero era el único calificativo q me salio…
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