Estas bebidas aportan grandes cantidades de calorías al organismo e incrementan el riesgo de padecer obesidad y diabetes. También generan serios perjuicios en las piezas dentarias.
«Existe mucha evidencia científica que muestra que estas bebidas no producen saciedad, por lo que su alto consumo no disminuye la ingesta de otros alimentos y, además, se incorporan calorías vacías que no aportan nutrientes», afirmó Sebastián Laspiur, director de Promoción de la Salud y Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud de la Nación. Advirtió que «también existen pruebas que relacionan el consumo excesivo de bebidas azucaradas con un incremento del riesgo de diabetes».
Según datos de la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2009 realizada por el Ministerio de Salud de la Nación, el 35,4% de la población adulta en nuestro país padece sobrepeso y el 18 % obesidad, entre otras causas, debido al consumo excesivo de bebidas azucaradas, que proporciona grandes cantidades de calorías vacías que no aportan nutrientes, y que se encuentra asociado al incremento del riesgo de padecer diabetes.
En tal sentido, el Ministerio de Salud recomienda a la población, en el comienzo del verano, reducir el consumo de estas bebidas para evitar futuras complicaciones en la salud, e hidratarse con agua segura. Esta tendencia se repite en los jóvenes de entre 13 y 15 años, donde uno de cada tres presenta exceso de peso y casi el 6 por ciento padece obesidad.
Consumo de azúcares agregados
La recomendación establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto al consumo de azúcares agregados indica que su ingesta no debe superar el 10 % de la incorporación total de energía en la alimentación de una persona, lo que equivale a 50 gramos diarios para una dieta promedio de 2000 calorías.
Diversas investigaciones de mercado a nivel internacional mostraron que Argentina es uno de los países que lidera el consumo mundial de gaseosas en el comercio minorista, entre los que se encuentran supermercados, almacenes y kioscos.
Algunas de estas bebidas contienen entre sus ingredientes jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), un endulzante líquido alto en calorías, creado a partir del almidón de maíz.
Efectos en la salud bucal
Actualmente, se reconoce a las gaseosas y bebidas azucaradas como una de las mayores fuentes de azúcar, superando a las golosinas en su poder productor de caries dentales.
Otras contienen ácido fosfórico y ácido cítrico, lo que produce pérdida del esmalte dentario sin necesidad de que haya bacterias en la boca, un fenómeno que se conoce como «erosión» y produce mucha sensibilidad.
En esa línea, cabe recordar las siguientes recomendaciones:
Evitar el consumo de gaseosas y/o bebidas azucaradas y, si se consumen, hacerlo con moderación o esporádicamente.
Evitar su consumo entre comidas, para calmar la sed, ya que en esos momentos el organismo necesita agua y no azúcar.
No colocar gaseosas en la mamadera del bebé y permitir que las consuma a cualquier hora.
Luego de consumir gaseosas hacerse buches con agua para disminuir la concentración de azúcar y la acidez.
No cepillarse los dientes inmediatamente después de consumir gaseosas o cualquier dulce (favorece la erosión del esmalte). Esperar por lo menos 20 minutos.
Visitar regularmente a su dentista, ya que él es el profesional que está capacitado para detectar lesiones iniciales de caries, antes de que duelan, y de esta manera tratarlas en forma conservadora.