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Perú es el primer exportador de cocaína

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La política antidrogas del gobierno peruano fracasó a la luz de los datos: aumentaron los cultivos de coca, la producción de cocaína, el narcotráfico y el lavado de dinero. Ollanta buscará acuerdos con los cocaleros en vez de reprimir.

Durante el gobierno de Alan García, que en un mes llega a su fin, los cultivos de hoja de coca han crecido año a año y el Perú ha pasado a convertirse en el primer exportador mundial de cocaína, superando a Colombia. Según un reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Undoc), en el Perú hay 61.200 hectáreas de hoja de coca, con lo que prácticamente iguala a Colombia, que tiene 62.000 hectáreas de coca. En los últimos dos años, el gobierno peruano, con apoyo norteamericano, erradicó poco más de 22 mil hectáreas de coca, pero los nuevos cultivos superaron largamente a los erradicados. En el balance final, en ese mismo período los sembradíos de coca aumentaron en cinco mil hectáreas, y en los cinco años del gobierno de García crecieron en 13 mil hectáreas.

El informe de Undoc no da cifras de producción de cocaína y el gobierno peruano tampoco ha proporcionado esa información. Consultado por Página/12, Jaime García, investigador especializado en temas de narcotráfico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, señala que el Perú produce anualmente entre 320 y 330 toneladas de cocaína. Según datos oficiales, el año 2010 se decomisaron solamente 17 toneladas de cocaína, apenas algo más del cinco por ciento de la droga producida. En Colombia se decomisa entre el 35 y 40 por ciento de la producción de cocaína. Esto deja al Perú en el primer lugar como exportador de esta droga. El fracaso de la política antinarcóticos es otra de las pesadas herencias que recibirá Ollanta Humala cuando el 28 de julio asuma la presidencia.

“La política antidrogas del actual gobierno ha sido un desastre. Se han incrementado los cultivos de coca, la producción de cocaína, el narcotráfico, el lavado de dinero, el tráfico de precursores químicos. El gobierno de García no ha construido una política propia contra las drogas y ha aplicado la política de Estados Unidos, que ha fracasado”, dijo a este diario un experto en políticas de drogas de Gana Perú –la alianza política que encabeza el presidente electo Ollanta Humala–, quien habló con este diario a condición de que su nombre se mantenga en reserva.

“Según la concepción norteamericana –señala el experto–, el origen del problema de las drogas está en la oferta y su estrategia es atacar la producción. Eso ha fracasado. El otro elemento de esa estrategia se dirige contra los consumidores, con una política prohibicionista de las drogas. Eso también ha fracasado. La experiencia mundial demuestra que la prohibición es contraproducente.”

“Estoy en contra del prohibicionismo, pero eso no significa la legalización de las drogas. De ninguna manera el próximo gobierno tendrá una política de legalización del consumo de la cocaína. Lo que decimos es que el consumo de drogas no se resuelve policialmente o con leyes más drásticas, sino con la prevención educativa y la rehabilitación”, aclara.

El experto de la alianza política que gobernará con Humala adelanta que el próximo gobierno cambiará la estrategia de priorizar la represión contra los campesinos cocaleros por una que se centre en buscar acuerdos con los cocaleros para una erradicación concertada de la coca y en atacar el lavado de dinero y el tráfico de precursores químicos usados para producir cocaína.

“Se debe suspender temporalmente la erradicación forzosa de los cultivos de coca hasta que se haga una evaluación de sus resultados, que a mi criterio es contraproducente. Esa evaluación debe tomar unos seis meses. Después de ese tiempo se reiniciaría la erradicación, pero en forma concertada con los campesinos, desarrollando con ellos alternativas a la economía de la coca. A los campesinos hay que darles verdaderas salidas para que dejen de sembrar coca. Los campesinos cocaleros, que ahora son satanizados y vistos como el enemigo, deben dejar de ser un problema para convertirse en parte de la solución. Nosotros los vemos como aliados, no como enemigos.”

Revela que el próximo gobierno pondrá el acento en “atacar el tráfico de precursores químicos, que ahora ingresan en gran cantidad a las zonas cocaleras, y el lavado de dinero, algo que no hace la actual política”. “Desde 2003 se han detectado –asegura– entre 700 y 800 actividades financieras sospechosas que han movido unos cinco mil millones de dólares y no hay un solo preso por lavado de dinero. Eso debe cambiar.”

Otro problema que el próximo gobierno deberá resolver es el bajísimo nivel de decomiso de cocaína. “El decomiso de cocaína es muy bajo porque hay complicidad de la policía con el narcotráfico. La policía está absolutamente corrompida. Hay que reestructurar totalmente la policía, echar a un montón de gente, porque la policía está absolutamente infiltrada por el narcotráfico”, señala la fuente.

Los cuestionamientos a la política antidrogas norteamericana que se aplica en el país puede abrirle al gobierno de Ollanta un flanco conflictivo con Washington. “Humala no quiere tener un conflicto con Estados Unidos, lo que desea es que se respeten las propuestas que quiere impulsar”, dijo el especialista en temas de drogas ligado al próximo gobierno.

“El zar antidrogas norteamericano ha dicho que la guerra contra las drogas y la política de desarrollo alternativo han sido un fracaso. Es un buen momento para cambiar paradigmas. Creo que hay una buena posibilidad de que Estados Unidos entienda la necesidad de cambiar la actual estrategia contra las drogas y se pueda lograr un consenso”, señala en tono optimista. Hace una pausa y agrega: “Si Estados Unidos se suma a nuestras propuestas, en buena hora, si quiere dar plata, mejor, y si no la quiere dar, mala suerte”.

 

Fuente: Página 12