Una medida de fuerza de 90 colegios chilenos, que comenzó ayer y finaliza el próximo viernes, la cual «intenta unificar las demandas en educación», según informaron el vocero de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios de Chile (Cones) y del Colegio Arturo Alessandri, Moisés Parede.
Unos 18.000 estudiantes se encuentran sin clases, producto de esta nueva convocatoria que tiene como fin lograr la unificación de las demandas en educación y presionar al gobierno chileno para que entregue una respuesta clara y definitiva a las demandas realizadas por los escolares.
“La ministra de educación, en vez de decir si las tomas le hacen bien o mal a la educación pública, debería estar trabajando y pronunciarse en razón a propuestas concretas porque no queremos mensajes de buenas intenciones, queremos soluciones efectivas”, señaló Paredes.
El vocero secundario agregó que cada establecimiento tiene autonomía para decidir si participa o no del tomazo, y que «este llamado nace desde los mismos estudiantes y es una tónica que se seguirá replicando en las próximas semanas”.
Por otro lado, el colegio de rectores chilenos publicó una carta firmada de forma unánime en la que entrega su «apoyo a los estudiantes» y solicita a sus dirigentes que depongan las tomas que «no hacen más que dañar a la educación», según informó el director de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez.
Por su parte, el subsecretario de Educación, Fernando Rojas, indicó que “el gobierno ha demostrado que tiene un foco muy fuerte en educación escolar».
«Se han aprobado varios proyectos en esta materia y hay que recordar que los incrementos de recursos han sido muy significativos”, se defendió el funcionario.
“Estamos convencidos de que las tomas no son el camino. Lo único que hacen es perjudicar la educación municipal y perjudican principalmente a los jóvenes y a sus familias”, agregó.
Por su lado, Alan Wilkins, secretario de educación metropolitano, señaló estar preocupado por las tomas. «Sabemos que es un camino equivocado, porque se pierden clases y hay destrucción física de los colegios”, opinó.
Esta nueva protesta se enmarca en una serie de demandas de los estudiantes secundarios y universitarios quienes exigen al Gobierno de turno gratuidad, calidad y fin del lucro para la educación.
Fuente: Télam