Después de la conmoción por las inundaciones en Buenos Aires y otras catástrofes que nos tocan cada vez más de cerca, ¿no es hora de reflexionar y replantearse formas de vida y hábitos? Hoy estamos consumiendo por año 1,5 veces más la capacidad de regenerarse del planeta, lo que se acumula con el paso del tiempo y agrava la situación de manera exponencial.
Buenos Aires es hoy, una de las ciudades que más contaminan en el mundo: la cantidad de autos no cumplen con las normas mínimas de contaminación es excesiva, se produce energía termoeléctrica (queman combustible para generar energía), basura en las calles, suelos impermeables, residuos no degradables, dióxido de carbono, etc. Pero esto no solo ocurre en la provincia porteña, ocurre en TODOS lados.
No es sólo culpa de los gobiernos, la inconsciencia es de todos y las pagan siempre algunos pocos (este número está creciendo). El calentamiento global y el consumo desmedido de los recursos, genera cambios climáticos y empeora las cosas.
No digan que lo ocurrido en Buenos Aires fue un aluvión único y excepcional, porque como esta situación se vienen muchas, lamentablemente. Creo que sonó la alarma del despertador y es hora de ver que hay que cuidar el ambiente en el que vivimos, consumir la energía eléctrica y el agua necesaria, utilizar menos los vehículos a combustión, no tirar basura en cualquier lugar, no contaminar el ambiente, no comprar elementos que para su fabricación incluyan excesiva contaminación como el oro y otros. Recordemos que esto es una cadena y que lo que pasa a 10.000 kilómetros, tarde o temprano va a llegar.
Apostemos a las energías renovables, a no usar plásticos, a no derrochar recursos, a reciclar, a cuidar el ambiente y a pensar en una comunidad madura donde la acción de uno se suma a la del otro y así sucesivamente hasta generar el cambio. Ese cambio empieza en vos.3
Arturo Pechemiel
Bioingeniero del Hospital Scaravelli