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Vacaciones concejales: el mismo trabajo, diferentes tiempos

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Por Luciano Rubio

Todos tenemos derecho a tomarnos un receso en esta época. Las vacaciones de verano son las mejores por el clima que posibilita estar en la costa o en la pileta y por las extensas jornadas que permiten aprovechar más el tiempo. Pese a esto, puede que a muchos les moleste saber que algunos concejales pasan varios días “panza arriba” vacacionando.

Ser concejal y tomarse vacaciones puede volverse un trabajo de riesgo. Con esto no pretendemos decir que no tengan derecho a hacerlo, ya que como cualquier otro oficio tiene sus idas, venidas y momentos de stress. Sin embargo, es innegable que estar en la escena pública y tomarse un receso prolongado puede ser motivo de duda o desconfianza para el pueblo que paga los sueldos.

Si bien la ley de municipalidades no hace referencia a los tiempos permitidos de los concejales para vacacionar o ausentarse del recinto, pareciera que la finalización y el comienzo de las sesiones ordinarias fuera el aviso de entrada y salida de la labor legislativa. Asimismo, con los sueldos elevados como el de algunos ediles, pensar que de noviembre a marzo está permitido vacacionar para muchos es un despropósito.

¿Es necesario o conveniente desentenderse durante más de un mes de todo lo que hace al ámbito estatal? Aunque es verdad que muchos ciudadanos suelen tomarse unos días, esto no debería ser impulso para que los concejales “bajen persiana”, pues no todos a veces podemos tomarnos tanto tiempo.

Quienes no se van de sus lugares también necesitan gestiones relacionadas al agua o la energía, por ejemplo. Recordemos que a fin de año hubo cortes de estos servicios  y que el verano es largo y caluroso. Ni hablar de los lugares donde las calles de tierra abundan. Los balnearios, hoteles, campings, en fin, estos y otros espacios que cumplen su función demandando control y respaldo del Estado y sus integrantes.

Los Concejos Deliberantes de Tupungato, Tunuyán  y San Carlos actualmente están en receso. El primero vuele a sus actividades el primero de febrero y el recinto no se abre para no generar gastos. En San Carlos pareciera que las sesiones –implicando la vuelta a la normalidad del trabajo- volverían recién iniciando marzo.                                                                                                         Distinto es el caso de Tunuyán que ha gestionado una “guardia de concejales” para que el trabajo legislativo continúe a pesar de las vacaciones.

No queremos acusar a nadie, solo repensamos hasta dónde nos llegan las responsabilidades y hasta qué punto somos capaces de olvidar la función que cumplimos en un lugar determinado. En este caso, el rol que les toca desempeñar  a los concejales no es nada más y nada menos que cumplir con el papel que el voto popular les otorgó.