GIA es un grupo formado por profesionales de la salud y personas que han tenido y están dejando esta adicción. El objetivo es ayudar sin vergüenza ni tabúes.
El alcoholismo es una enfermedad y puede ser tratada como tal. Con este motivo, aproximadamente 13 personas, entre hombres y mujeres, se reúnen todos los lunes de 19.15 a 21.00 horas en el hospital General Las Heras de Tupungato.
En las reuniones, el objetivo es que quienes padecen esta enfermedad y se están recuperando, compartan experiencias y vivencias para poder canalizar la necesidad de sentirse contenidos emocionalmente por sus compañeros y las profesionales a cargo del área.
Liliana Luconi y Alejandra Castrillejos, ambas licenciadas en Psiquiatría, son quienes conducen este grupo otorgando herramientas para que los pacientes puedan recuperarse totalmente.
Quienes asisten a la terapia de grupo, rondan los 30 y 60 años de edad. Según testimonian, han sufrido y sufren por culpa del alcoholismo. Uno de sus mayores temores, es la recaída. “Las recaídas nos dan en ciertos días y horarios en que nos relajamos, por eso es importante eliminar los ratos de distracción y ponerse a hacer alguna tarea o actividad. Conocemos nuestros propios limites y momentos de flaqueza”, comentan los participantes.
Al respecto, Alejandra opina: “el alcoholismo es negado socialmente como enfermedad, no hay tratamiento para las adicciones y se disfraza una alcoholemia por una pancreatitis. En estos casos la situación social es determinante, no discrima entre ricos y pobres”
Ariel y Carmelo son dos pacientes que transitan la última instancia de recuperación. Ellos consideran que los medios de comunicación no ayudan a combatir y prevenir las adicciones al alcohol. “Ves una publicidad de cerveza y te la muestran bien fresca y espumante, y si la tomas sos el ganador de todas las chicas con el mejor auto”, manifiestan.
Quienes asisten a la terapia de GIA, coinciden en que es muy importante la responsabilidad y la fuerza de voluntad de cada uno para tener una recuperación plena y no darse “permisos” para las tan presentes recaídas. Son conscientes de que no sólo se perjudican a ellos mismos, sino que también perjudican a todo su grupo afectivo.
Los pacientes necesitan una contención que los ayude a no sufrir las consecuencias de esta grave enfermedad que trae aparejado problemas familiares, violencia física y psicológica. Quienes atraviesan esta enfermedad requieren respaldo para eliminar el vicio e incluso el riesgo de contraer otras afecciones. Necesitan ser acompañados para no sufrir la pérdida de la inserción social, laboral y familiar.
Un comentario
Hola, yo vivo en mendoza capital. Queria saber donde hay centros de recuperación y ayuda para personas con alcoholismo. Hay una persona en mi familia que sufre de está enfermedad y no quiere q la ayuden. Como se puede proceder en estos casos? Muchas gracias
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